Científico 67: Bien, ustedes serán los primeros en ser enviados a esas instalaciones del culto. - Mientras extendía unos papeles.
Dos sombras se miraban, una de ellas era la agente Angélica y el agente Evan. Angélica tomó los archivos y los leyó.
Angélica: Entendido, no se preocupen, estará listo.Una vez dicho esto, tomó del brazo a Evan y sacó un arma de portales, dirigiéndose al lugar.
Angélica: -emocionada- ¿No te parece genial ser el primer grupo en atacar esta instalación? Seremos los que tendrán mayor diversión.
Evan: Tranquila, solo estamos aquí por tu habilidad de terremotos.
Angélica soltó una pequeña risa y puso su mano en el suelo, provocando un gran terremoto en toda la instalación.
Angélica: Vamos, Evan, no seas tan aguafiestas. Manda el mensaje de que hay un terremoto y que se pongan una máscara los que vengan.
Evan hizo lo que le pidió y se puso una máscara, comenzaron a caminar y lo único que vieron fueron cuerpos de ocultistas clavados en adornos puntiagudos o aplastados por el derrumbe del techo, los que quedaban semivivos estaban envenenados por las toxinas de Angélica.
Angélica: Esto es pan comido, la mayoría muere solo al respirar mis toxinas menos mal que soy inmune a ellas.
Evan: Sí, lo sé. Eres toda una caja de peligro ambulante.
Al avanzar, se encontraron con varios no muertos, incluyendo zombies y esqueletos, Angélica disparaba con su arco para desintegrarlos, mientras Evan usaba fuego para quemarlos y magia de viento para cortarlos. A pesar de sus esfuerzos, los no muertos seguían apareciendo en gran número.
Evan: Son demasiados. Por cada uno que destruimos, parecen aparecer tres más.
Angélica: No te preocupes, tengo una idea.
Angélica tocó las paredes, haciendo que parte de ellas y el techo se volviera negro y se desintegrara, cayendo sobre los no muertos y aplastándolos en el proceso.
Evan: No pensé que encontraríamos a los nigromantes tan pronto.
Angélica: Sin ofender, pero los demonios de aquí son raros y extraños.
Evan: No te preocupes, no me ofende. Entiendo que somos de realidades diferentes, a pesar de ser demonios, somos diferentes.
Continuaron avanzando entre las zonas no destruidas mientras escuchaban gritos de terror de los ocultistas. Pasaron por un pasillo oscuro.
Angélica: Este pasillo debe ser bastante resistente o no estaba dentro del rango de alcance. ¿Y por qué crees que está tan oscuro?
Evan: Probablemente, para la ambientación, durante mi tiempo como esclavo, escuché historias de lugares oscuros utilizados para rituales o invocaciones, aunque nunca estuve en uno para saber si era cierto.
Antes de poder seguir caminando, un espectro apareció por detrás de ellos y agarró el brazo de Evan, antes de que pudiera reaccionar, el espectro comenzó a arrancarle el brazo.
Evan: ¡Ayuda, me están arrancando el brazo!.
Angélica, al voltear, disparó con su arco de luz al espectro, pero ya había arrancado el brazo de Evan. Angélica sacó un botiquín, limpió y vendó la herida.
Evan: Dolió más que la última vez. No puedo creer que perdiera el brazo derecho dos veces esta semana.
Angélica: Afortunadamente, los avances tecnológicos y los médicos de Vitris Corp nos permiten recuperar partes de nuestros cuerpos.
Evan: Bueno, solo queda llegar a la corporación para que me den un brazo nuevo otra vez.
Regresaron a las instalaciones.
Doctor 39: Otra vez, otro brazo arrancado.
Evan: Sí, ya sabes cómo es el trabajo, ¿verdad, doctor?.
Angélica: No te preocupes Evan.
Se vio cómo le volvía a crecer el brazo a Evan.
Evan: Bueno, el trabajo ya terminó, quiero ir a comprar mi cereal de edición ilimitada.
Angélica: Asegúrate de regresar bien a casa.
Evan: Ni que me fuera a perder con los portales interdimensionales.
Angélica: Bueno, si lo hicieras, no sería la primera vez.
Evan: Solo me pasa a veces. Ya me voy.
Se observó cómo Evan se levantaba, abría un portal e ingresaba en él.
ESTÁS LEYENDO
Historias de Vitris corporación
Science-FictionAquí se contaran historias de los demás agentes de Vitris corporación