una mañana, Rodrigo estaba yendo hacia el Kiosco, como normalmente hacía
– hola Ivi, ¿me podes dar un paquete de los chicles esos que me gustan?
– lo siento Rodri, no me quedan más - Ivan dijo apenado
Rodrigo abrió la boca, sorprendido, no podía vivir sin chicles de sandia
– pero tengo chicles de menta y limón - Ivan dijo sonriendo
– Ivi, no me gustan esos chicles, solo me gustan los de Sandia, y lo sabes muy bien - Rodrigo estaba un poco enojado, pero sabía que Ivan no tenía la culpa de este pequeño problema
– lo sé Rodri, pero ¿que pasó con los que te di el otro día?
– me los comí - Ivan se alarmó, mirando a Rodrigo - bueno, comer no es la palabra, obviamente después de que no tuvieran sabor los tiré a la basura
– Rodri, se te van a caer los dientes por comer tantos chicles
– moriré feliz - Rodrigo dijo con sinceridad, haciendo que los dos rieran poco después
– la próxima semana compraré más chicle de sandia - Ivan decía mientras veía la cara de tristeza que ponía Rodrigo
– Ivi, no te preocupes, con algunos de tus besos me alegraré denuevo
– me parece que te estás aprovechando de mi amabilidad
– puede ser - Rodrigo sonreia
Ivan le dio un pico, haciendo que los dos sonrieran
– gracias señor kiosquero
– de nada comprador favorito, ahora anda al recreo
– te extraño - Rodrigo hizo un puchero
– Rodri, estoy aquí
– estas demasiado lejos
Ivan le dio otro pico a Rodrigo, éste era más largo
– ya no te extraño tanto
Ivan sonrió, Rodrigo también
– bueno, te dejo trabajar, así me mantienes toda la vida
– con los millones que gano todos los días, te mantendré de la mejor manera Rodri
Rodrigo acarició la mano de Ivan levemente, luego, Ivan las entrelazó
– te amo mucho Ivi, mucho
– yo también Rodri
se soltaron lentamente, Rodrigo se despidió, y se fue con sus amigos, los cuales los molestaron bastante por estar tan cariñoso con su novio, Ivan sonreia al verlo
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