Capítulo 13: Mentiras.

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Pasaron toda la noche descubriendo sus cuerpos hasta quedar agotados, no supieron realmente a qué hora fueron a dormir, pero sabían que estaban satisfechos y que ahora su lazo era más fuerte. Yamato despertó en la mañana con su celular sonando y con el golpeteo de la puerta insistentemente, creyó por un momento que era su padre, pero era Ryo. No tomo la llamada era más que obvio que lo quería para alguna tontería.

Cuando se dio cuenta noto que Mimi lo estaba abrazando por el pecho, estaba bastante cómoda, y se veía realmente hermosa dormida. Jamás pudo apreciar lo hermosa que era hasta esa mañana. El golpeteo de la puerta principal seguía, tal vez era un vecino, o tal vez su papá que habia llegado más temprano y olvido las llaves.

—Mimi...—Dijo suavemente tocándole las mejillas—Despierta...alguien vino...

—Cinco...mas—Mimi se estiro un poco y de dio la vuelta para acurrucarse más.

Sabia Yamato que si era su padre tendría un problema, pero podía fingir que Mimi habia llegado muy temprano y se quedó dormida, eran pasadas las 9 de la mañana, así que se decidió arriesgarse. Se puso la ropa interior y el pantalón que traía el día anterior y salió de su habitación, se sentía bastante cansado y no era por demás, habia hecho mucho esfuerzo físico y se habia desvelado.

Abrió la puerta esperando que su padre pasara por ella y empezara a decir groserías sin fin, pero no eran sus tres amigos que venían con bolsas del convini, panes y algunas otras cosas más para el desayuno.

—¿Qué demonios hacen aquí? —Pregunto Yamato irritado.

—Como que ¿Que hacemos aquí? Te dijimos ayer por la tarde que vendríamos para arreglar las canciones que presentaremos en el festival—Dijo Kouji entrando como si fuera su casa, mientras los demás seguían.

—No dijeron nada—Yamato dijo, pero cuando acordó todos estaban ya adentro.

—¿Te lo dijimos mandamos un mensaje, no lo leíste? —Ryo dijo acomodándose en el sofá.

La verdad no, habia olvidado su teléfono en el sofá donde estaba sentado Ryo, y cualquier mensaje que pudo haber llegado desde las 6 de la tarde que se fue a su habitación hasta esa mañana no lo habría escuchado.

—Con razón no lo viste, aquí esta tu teléfono—Dijo el moreno entregándole el teléfono a Yamato.

—Se tienen que ir—Yamato estaba nervioso, viendo que sus amigos invadían su casa, en cualquier momento entrarían a su habitación.

—Ya vine ahora no me voy—Hiro dijo entrando a la cocina buscando la cafetera.

—Oye, tenemos que comprometernos con esto, prometimos un espectáculo en el festival, así que tenemos que cumplir—Kouji dijo.

Y fue cuando los cuatro la vieron, en el pasillo saliendo de la habitación de Yamato, era Mimi venia casi dormida, con las piernas desnudas y una playera de Yamato que dejaba ver parte de su ropa interior.

—Matt—Dijo tallándose un ojo, su cabello estaba desordenado y se limpiaba aun los ojos—¿Quién era?

Los cuatro chicos estaban sonrojados, viendo a Yamato que estaba aún más avergonzado, corrió hacia la castaña y la metió nuevamente a su habitación quedándose encerrados los dos, una vez dentro escucharon las risas de los demás.

—¿Por qué no me dijiste que eran ellos? —Mimi estaba avergonzada por como salió.

—¿Quién demonios en sus cinco sentidos sale así cuando hay visitas?

—Pensé que no era nadie—Mimi se metió a la cama de Yamato y se ocultó bajo las cobijas—Pensé que era un vecino o yo que sé que pediste el desayuno a domicilio, no lo sé —Mimi estaba a avergonzada, no quería dar ese espectáculo.

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