prologo

28 4 13
                                    

Fútbol, para algunos un simple deporte, para otros entretenimiento, para algunos pocos un trabajo, para muchos solo 20 tipos corriendo tras un balón y dos en cada lado de la cancha evitando que les hagan gol.... para mí.... para mí es arte..... el fútbol al igual que el arte es algo que cualquiera puede hacer pero que no cualquiera logra dominar, no cualquiera logra vivir de ello, no todo el mundo puede decir que es un artista reconocido, y no todo el mundo puede decir ser un futbolista reconocido, hay éxitos y fracasos, famosos y desconocidos, estrellas en ascenso y leyendas al borde del retiro, ídolos que fallecen y estrellas que nacen para brillar en un futuro, el fútbol definitivamente es algo que nos apasiona, algo que nos hace vivir y sentir únicos, animar a tu equipo favorito, a tu jugador favorito, a tu selección, es algo que enciende una chispa dentro de nosotros que nos hace sentir de maravilla.... pero definitivamente no hay nada como anotar un gol

-18 de Agosto, año 2023-

Era un día nublado, aunque sin intenciones de llover, eran ya las tres de la tarde, había una gran cantidad de personas que se dirigía hacia un estadio de fútbol en Caracas, la capital de Venezuela, dos equipos juveniles de aquel país se enfrentaban en la final del torneo nacional sub-18, el equipo de la capital iba como favorito a ganar aquel torneo, habían llegado con un recor de porterías imbatidas desde el inicio del mismo, con victorias de dos goles o más, mientras que sus contrincantes, un humilde equipo de un estado al sur del país el cual no tenía más de dos años de creación había logrado su primera participación en aquel torneo, teniendo problemas para lograr vencer en sus encuentros, remontando un par de estos al último minuto, pero aún así se abrieron camino hasta la final, todo estaba preparado para aquel encuentro, algunos visores de equipos de primera y segunda división se encontraban en el lugar en busca de la futura estrella del fútbol nacional, había también visores de otros países, siendo Brasil, España y Portugal los más destacados ahí, los equipos se encontraban calentando en el terreno de juego, en media hora daría inicio aquel partido el cual quedaría para la memoria de los espectadores y de los jugadores, especialmente para uno de ellos.

-bien muchachos, vengan, tenemos que ir a los vestidores-indicó el entrenador de aquel equipo, sus jugadores respondieron al llamado y fueron de inmediato, bajaron hasta los vestidores para colocarse sus uniformes y platicar un poco, repasar las tácticas y oír un pequeño discurso del entrenador-chicos, hemos llegado muy lejos en estos dos años, lo hemos dado todo en el campeonato, quiero que sepan que no importa si ganan o pierden, para mí ustedes son los campeones por haber llegado tan lejos

-entrenador, si llegamos hasta aquí fue para ganar, ¿No le parece?-el joven que dijo aquel comentario fue el número 15 del equipo, Ezequiel Piñero, era el máximo asistidor del torneo y el tercer máximo goleador con seis goles, luego de decir eso se levantó de su silla-vinimos aquí para ganar, así que demoslo todo para llevarnos ese trofeo a casa, nos lo merecemos.

Tristemente el fútbol no se trata de merecer o no, puede que este recompense los esfuerzos de los jugadores, pero hay veces en que simplemente juega con las ilusiones y esperanzas de estos, dejándolos hundidos en la desesperación de tener la victoria frente a ellos y ver cómo escapa de sus manos, cómo a pesar de haber dado todo de si mismos no son capaces de obtener aquello que tanto han anhelado, aquello por lo que tanto lucharon, simplemente el guionista de la vida es cruel con ciertas personas, y aveces los futbolistas de llevan la peor parte.

Ambos equipos salieron al terreno de juego para disputar aquel encuentro, era lo que ambos equipos habían estado esperando días atrás, era su momento de demostrar su valor, de demostrar de que eran capaces, los jugadores fueron a sus posición para esperar indicaciones del árbitro para iniciar aquel partido. El juez dió el pitazo inicial, el equipo de la capital dió el saque inicial y empezaron su ataque, ambos laterales subieron junto a los delanteros para generar opciones por las bandas, mientras que los mediocampistas se quedaron junto a los centrales para evitar una contra, los delanteros adoptaron una conducta defensiva inmediatamente, junto a los mediocampistas para ser la primera y segunda línea de contención, manteniendo la mayoría del juego y de las oportunidades de ataque de sus rivales lejos de la portería, pasando los primeros 25 minutos de juego en un vaiven de un lado de la cancha a otro, sin generar ocaciones claras de gol, creando peligro y acercándose cada vez más ambos equipos pero ninguno se atrevía a disparar a puerta todavía, finalmente en el minuto 35 el número 25 del Caracas F.C, aquel equipo capitalino, disparó hacia la portería luego de una ocasión creada por uno de sus compañeros el cual había arrastrado la marca y dado un pase con su talón para que el jugador disparara con tal potencia que el portero no fue capaz de llegar al balón, marcando así el 1-0 del encuentro al minuto 35 con 45 segundos exactamente.

El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora