Capitulo 1 Fortuna infortunada

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Muchos piensan que escuchar los pensamientos de las personas es un gran don, sin embargó no lo era para quien a su desgracia podía escucharlos. Teff escuchaba constantemente los pensamientos de su pobre madre quien padecía de una depresión crónica, su único motivo de vida era darle lo mejor que podía a su hijo, así sea tener que vender su cuerpo para poder brindar las necesidades que este tenía que tener.

Un niño pequeño no debería saber todo lo que una adulta piensa y apesar de su corta edad el ya podía comprender lo difícil que era la vida que ella tenía y siempre busco una manera para poderla ayudar, aspirando y siendo de los niños más inteligentes en su colegió teniendo como única meta sacar a su madre de ese horrible trabajo y regresar todo lo que ella hacia por el.

Afortunadamente llegó un hombre a su vida, dada su profesión era muy difícil que un hombre quisiera estar con ella sin juzgarla o tenerla simplemente de adorno pues la mujer era muy hermosa.

Todo parecía color rosa, como si fuera un cuento de hadas por primera vez en sus vidas pues ese hombre les dió un techo acogedor, pago deudas que la mujer con creces podía pagar, debido a que no sólo era un hombre apuesto si no que tenía buen estatus económico y social, no le costaba nada mantener una mujer y un hijo. Teff sabía lo enamorada que estaba su madre de ese hombre sin embargo, cómo dije anteriormente no es un don escuchar la mente de los demás.

Pensamientos lascivos y llenos de lujuria llegaban a la cabeza de ese hombre, pensamientos obscenos cuya protagonista no era su madre, si no el, un NIÑO de 10 años.

La vida color rosa se tiñó de color carmín cuando este hombre quiso llevar sus fantasias a la realidad. Teff dormía con la puerta cerrada, no era capaz aún de hablar con su madre de lo que el hombre pensaba, ni siquiera tenía fundamentos para decirlo ya que no quería que su madre supiera que el podía escuchar y ver los pensamientos de los demás, en realidad, no quería que nadie lo supiera.

La perilla giraba una y otra vez intentando abrir.

El sueño ligero de Teff lo despertó al escuchar el ruido de la puerta siendo forzada para abrirse, un miedo inundó su cuerpo cuando escucho los pensamientos de aquel hombre y de todo lo que quería hacerle, con el corazón acelerado, y el sudor frío recorriendo su cuerpo, Teff se levantó de la cama y se escondió detrás de su clóset sin hacer ruido.

La puerta se abrió y aquel hombre entró en busca de cumplir sus fantasías, levanto las sábanas cuidadosamente esperando encontrar aquel "dulce" que tanto ansiaba comer.

Sorpresa

Sólo almohadas acomodadas de manera intencional para aparentar una persona acostada. El hombre se giró a todos lados buscando encontrar al niño, reviso debajo de la cama y fue en ese momento que los pasos de Teff sonaron en dirección al cuarto de su madre enseguida lo siguió pero Teff ya se encontraba abrazando su madre, temblando de miedo y con las lágrimas rodando por sus mejillas sin parar.

No hubo tiempo de explicaciones cuando la mujer le soltó una cachetada a aquel hombre, ese nivel de miedo despertó la habilidad de poder comunicarse telepáticamente y mostrar todo lo que aquel hombre pensaba de el a su madre, quien no dió tiempo de sorprenderse pues vio a su hijo corriendo hacia ella, llorando con tanto miedo en sus ojos y justo detrás de el al hombre que creyó que era el amor de su vida.

_¡¡NO PUEDO CREER LO QUE HAZ QUERIDO HACER, TE ODIO!!!
¡VOY A DENUNCIARTE!, ¡VOY A HACER QUE TU VIDA SEA UN INFIERNO! - Grito llena de irá, sus lágrimas inundaban sus ojos, con un ataque de ansiedad e irá empujó a aquel hombre.

- NO ES LO QUE PIENSAS, DETENTE -Intento defenderse, estaba completamente confundido pero al mismo tiempo bastante nervioso. - ¡¿QUIEN MIERDA CREES QUE SOY?!

Los gritos se escuchaban por todos lados pero ella jamás pondría en duda la palabra de su hijo, Teff no mentiría con algo como eso eran palabras que pasaban por su cabeza una y otra vez cuando aquel hombre se esforzaba por disfraz sus intenciones.

La paciencia se agotaba por parte de el, no podía calmar a aquella histérica mujer, todo su tiempo y esfuerzo se veía tirado a la basura y eso le enojaba demasiado.

La discusión se torno violenta de parte de ambos.
El lobo se quitó el disfraz de oveja y mostró quien realmente es, pero para desgracia de ellos, era tarde, el hombre tomo un florero de piedra que se encontraba como decoración en la casa y procedió a golpearla sin parar.

La sangre salpicaba por todos lados, los gritos desgarradores de la mujer quien estaba siendo brutalmente asesinada a golpes retumbaban en la cabeza de Teff. Parecía irreal, una película de horror pero las últimas palabras de su madre sacaron al pequeño niño de su trance

_Corré corazón... Por favor...

Ella trato de sostenerlo con su cuerpo lleno de sangre para que Teff corriera para salir de la casa, el hombre por desesperación procedió asfixiarla hasta romperle el cuello, fue ahí cuando el cuerpo de la mujer cayó sin vida.

Después de un cambio de ropa y de esconder el cadáver, el hombre buscaba por las oscuras calles de la ciudad a Teff, no solamente tenía fantasías con el, desde un principio su principal objetivo había sido tener al niño quien sospechaba si tenía un don especial por el color de sus ojos. No había ningún obstáculo ahora y sabía que a nadie le importaba lo que sucediera con el, sabía el historial de la mujer, una prostituta sin familia, sabía que el niño no tenía a nadie con quien ir.

Daba vueltas una y otra vez en su auto con la esperanza de encontrar un mínimo rastro pero todo sin éxito, le daba coraje pensar que en la calle algún sujeto de la calle pudiera hacerle lo que sea o que el frío lo matará, eso sería aún más un desperdicio pero era posible ya que aquel niño sólo salió en pijama, en fin, ninguna de las dos opciones eran de su agrado.

Con mucho coraje regreso a su casa y al día siguiente se propuso declarar a Teff ante la policía como un niño perdido, dando datos e incluso ofreciendo una gran recompensa a la persona que logrará encontrarlo y llevarlo devuelta con el.

El poder de influencia era enorme, e inmediatamente la policía y gente extra como detectives se pusieron a investigar.

Locura obsesiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora