-Toda historia tiene un comienzo-
-01/01/31-Un nuevo año comenzaba en Inkwell, al fin había llegado el tan esperado por todos ''1931''. Nadie sabía por qué, pero a todos los ciudadanos les emocionaba la llegada de un nuevo año. Como decía la tradición, consumían doce uvas por cada campanada que sonara en la plaza, incluso algunas pareja se formaron por la extraña pero también popular costumbre del beso tras la última campanada, mientras todo el mundo gritaba la icónica frase de ''¡Feliz año nuevo!''. ¿Qué tenía de especial, si sólo era que la Tierra había dado una vuelta al sol? Nada. Pero a la gente le gustaba celebrar cosas insignificantes como esa. Más de uno de los besos que se daban en la costumbre anteriormente mencionada eran accidentes provocados por la oscuridad que inundaba el lugar, las luces de las faroles se apagan escasos segundos después de la campanada final. Más de una vez apagaron incluso el gran reloj que se ubicaba en el centro de las islas para que no pudieran absolutamente nada, siendo iluminados por el suave resplandor nocturno de la luna, el cual era acompañado por el de las estrellas. Una pequeña taza blanca vestida con una simple camiseta negra de cuello alto, junto a unos pantalones azules. Todo conjuntado con unos zapatos marrones con algo de tacón, unos guantes amarillentos y una bufanda que también usaba tonos azulados.
Habían llegado el fin de las campanadas y por tanto su tarro estaba vacío, al igual que las luces apagadas. Esto apenas duraba unos segundos, pero en aquel período de tiempo sintió como lo besaban. No se apartó ya que pensaba que era una chica de su edad que lo había visto y por consecuente se había interesado en él, pero no. Ni era una chica ni se había interesado en él. Cuando las luces se volvieron a encender pudo ver como la muestra de cariño fue parte de un chico con cuerpo de bol, el cual sujetaba su tarro casi completamente lleno, como si no hubiera querido participar en la tradición junto al resto. Un sentimiento de asco invadió el cuerpo del chico taza. Trataba de entender por qué alguien de su mismo género acababa de besarle en los labios y más con aquel cariño y dedicación, como si hubiera estado practicando para aquel momento. No dudó en empujarlo para que se alejara de él, provocando que las uvas del otro chico cayeran al suelo y rodaran por este hasta llegar a diferentes lugares. La taza no fue el único que sintió asco ante aquello, ya que pudo ver como el chico bol casi vomita del desagrado que le produjo aquello.-¡L-Lo siento!- Se disculpó, su voz era infantil a pesar de aparentar unos doce años, la misma edad que tenía el chico taza en aquel momento- ¡Pensaba que eras otra persona, perdón!
-No te preocupes, si ha sido un accidente no pasa nada.
Tras recibir aquella respuesta el bol salió corriendo, desapareciendo entre la gente en cuestión de segundos. Sus guantes rozaron sus propios labios, dejando un pequeño rastro de saliva en tres de estos. No pudo evitar hacer una mueca de asco al ver la saliva del otro preadolescente en su boca, aún sentía el extraño sabor que era incapaz de descifrar qué era en sus papilas gustativas, lo cual para él sólo lo convertía en algo más asqueroso. Pero al menos tendría algo con lo que entretenerse durante un rato. Se limpió la mano usando su pantalón azulado y acto seguido se lavó la boca con una de sus mangas.
-¿Estas bien, Mugsy?- Preguntó una taza similar al chico ya varias veces mencionado anteriormente, pero con algunas características distintas como que este utilizaba el rojo, su nariz era más pequeña y sus ojos algo más grandes. Se podía saber que eran hermanos con tan solo verlos.
-¿Uh?- Murmuró, aún metido en el mundo de sus pensamientos, luego regresó a la realidad- Ah, sí, sí... Es que ha habido una confusión.
-¿Te han dado un besito?- Insinuó el chico con tono de sorna, terminando las uvas que quedaban en su bol ya que momentos antes estuvo a punto de ahogarse con una de ellas.
-¡Cuphead!- Le llamó la atención, viendo como éste se reía a carcajadas.
-Al menos dime que era guapa...
Mugman lo pensó durante unos segundos, recordando el rostro de niño pequeño que poseía el bol, el cual obviamente no se le hacía para nada atractivo.
-Hermosa.-Mintió.
-¡Se lo voy a decir al Anciano Tetera!- Exclamó Cuphead con varias uvas en la boca- No puedes tener novia a tu edad.
Mientras hablaba sin querer le tiró una uva proveniente de su boca a Mugman.
-Ya te he dicho que ha sido una confusión, Cuphead. Esa chica no era mi novia.
-Bueno, vale. Me callo.
A unos metros se escuchó como la voz de un señor mayor les reclamaba, por lo que salieron corriendo hacia la dirección de la que venía. Mugman observó el camino por el cual se había ido aquel chico tan extraño, que ya se estaba despejando, y luego continúo corriendo para no llegar más tarde que su hermano. Hicieron la misma ruta que todos los años y llegaron a su casa: Una inusual morada con forma de tetera, hecha de madera y techo de paja, pero con todas las comodidades. Dejaron sus bufandas en el perchero junto a la de su abuelo y se dirigieron a su dormitorio, ubicado en la planta superior.
-Bueno...- Comenzó a hablar Cuphead al mismo tiempo que agarraban sus pijamas, cada uno del color que solían llevar: Azul y rojo- ¿Crees que tienes alguna oportunidad con esa chica?
-Cuphead, que fue un accidente,-Insistió Mugman ya con el pijama de una pieza en la mano- ¡ni siquiera sé quién es!
-Podrías buscarla y tratar de conocerla,-Sugirió- las cosas pasan por algo. Tal vez sea el amor de tu vida y tú la estás dejando marchar como un idiota.
Lo primero que se hizo presente en la imaginación de Mugman fue la imagen del chico que lo besó desapareciendo entre las personas, chocándose irremediablemente con ellas debido a su ancho cuerpo.
-Lo dudo.-Dijo seriamente, ya sin la camiseta puesta.
-¡Oh, vamos! ¿Me has dicho que era hermosa, no? ¡Pues ve a por ella!
-El físico no lo es todo.
-Ya, el dinero también lo es.
Hubo en breve silencio incómodo entre ambos hermanos en el que dejaron de quitarse la ropa, estaba claro que eran muy diferentes el uno del otro...
-Que superficial eres.-Rompió el silencio Mugman, volviendo a quitarse las prendas para poder ponerse el pijama.
-¡No soy superficial!-Gritó la taza roja, visiblemente ofendido- Pero sin dinero no se puede vivir.
Mugman suspiró, conocía a su hermano, y la verdad no estaba sorprendido por sus respuestas. El mismo efecto ocurría en Cuphead, el cual ya sabia lo que iba a decir ''Mugsy''.
-Pues a mí me vale con sea inteligente, cariñosa...-Se sonrojó levemente, mientras en su mente se formaba la imagen de su chica ideal- No me importa si es hermosa o no, lo esencial es la personalidad que tenga.
La sonrisa que se había formado en su rostro al pensar en aquella mujer se desvaneció al ver como su hermano casi metía su dedo en su boca, simulando que trataba de vomitar.
-Que idiota eres...
Terminó de ponerse su correspondiente pijama azul y se dirigió a su cama en la litera que compartían, todo mientras Cuphead continuaba hablando:
''Oh, vamos, piénsalo; todos queremos una mujer hermosa en nuestras vidas, ¿de qué te sirve que sea fea?''
-Tampoco te sirve que sea tonta...
Hubo otra breve pausa en la que la taza roja pensó durante unos segundos su respuesta.
-Sí, sí te sirve porque así le puedes sacar todo sin que se dé cuenta...
Otro suspiro se escapó entre los labios de Mugman.
-Anda, vete a dormir...
-Sí, mejor.-Le dio la razón para posteriormente subir las escaleras que le permitían el acceso a su cama, tirándose en plancha sobre esta-¡Buenas noches!
-¡Buenas noches!
Mugman apagó la bombilla que les iluminaba y cerraron los ojos, quedando dormido en cuestión de segundos. Para Cuphead había sido un día lleno de emoción, mientras que para su hermano se había transformado en uno bastante extraño...

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Dreams - (Bowlboy x Mugman)
Fanfiction☕💛 30/09/23 ☕💛 - ☕💛 ??/ ?? / ?? La mejor palabra para definir a Bowlboy es: raro. Pero, a pesar de que eso es lo que más destaca es un simple personalidad, también puede llegar a ser alguien cariñoso y agradable, aunque su estabilidad mental no s...