Dreams - (Bowlboy x Mugman)

🥣 ⪧ Capítulo 3 ⪦ ☕

                                                                             -Recuerdos recientes-

02/ 01 / 31   16 : 56  - 17 : 08

Un libro fue la única compañía de Mugman en su cuarentena temporal, aunque sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que sus dos únicos familiares regresaran de sus quehaceres. Pasaba las páginas con delicadeza y dedicación, como si aquel libro fuera algo muy frágil que se podría romper en cualquier momento, desintegrarse delante de sus ojos o acabar destrozado en mil pedazos como si del cristal de una ventana se tratase. Su mente trataba de centrarse en el relato, pero por primera vez desde que se aficionó a la lectura era incapaz de visualizar la historia, de leerla con la pasión que siempre empleaba. El rostro de aquel chico atravesaba su mente en todo momento, rondando alrededor de su aún inocente imaginación. La escena del beso estaba clavada en su mente como si la hubieran tallado a fuego. Debía hacer algo. Debía encontrar a ese chico y quitarse aquel peso de encima como fuera... Se sobresaltó al escuchar el timbre, ya que sus pensamiento hacía rato que se habían centrado exclusivamente en aquel pequeño varón. Se levantó de su cama, sintiendo el frío suelo a través de la fina tela de su pijama de una pieza, y caminó hasta llegar a la puerta principal. La abrió con desgana ya que en el fondo no quería ver a nadie, pero se sorprendió al ver al chico tazón.

-Hola...-Le saludó este notablemente incómodo- Soy Bowlboy, ¿me recuerdas?

Mugman lo observó de arriba a abajo, sin saber muy bien qué decir. Aquella visita parecía obra del destino, como si hubiera leído sus pensamientos y decidido que Bowlboy hiciera lo que él tenía planeado hacer para que su conciencia pudiera estar en paz.

-Sí, me acuerdo de ti.-Respondió la taza azul de forma cortante, sabiendo que el sentimiento de incomodidad era recíproco-¿Qué es lo que quieres?

-Me gustaría hablar contigo, sobre...-Hizo una breve pausa en la que se sonrojó y desvió su mirada al suelo con vergüenza- eso.

Mugman continuó observándolo, esta vez con un sentimiento de pena que le inundaba el pecho. Le resultaba algo adorable que aquel chico al que apenas conocía se hubiera tomado la molestia de ir a su casa, aunque...

-¿Cómo sabes dónde vivo?-Cuestionó la taza con una ceja alzada, ya que acababa de darse cuenta de que nunca le había dado su dirección y aún así la sabía.

-Fui preguntando por la ciudad hasta que una señora me dijo que vivías en las afueras -Explicó-, así que sólo tuve que buscar hasta encontrar esta cabaña. No es que mucha gente viva fuera de la ciudad...

Pensó en si creérselo, pero no tuvo otro remedio que asimilar que era verdad.

-Me cambio y salgo, tardo dos minutos.

-Va...-Fue interrumpido por un brusco portazo que dio Mugman en respuesta a sus palabras.

El chico con cabeza en forma de vasija se dirigió de nuevo hasta llegar a su habitación, donde se cambió rápidamente, usando su ropa y bufanda de siempre. Pasaron exactamente dos minutos cuando ya se encontraba con la mano en el pomo de la puerta. A pesar de que llevaba guantes podía notar el frío del pomo bajo su mano derecha, como se iba calentando con el paso del tiempo. Salir de aquellas cuatro paredes era lo último que quería hacer con su precaria situación emocional. ¿Y si aquel beso demostraba que era homosexual? ¿Y si lo volvía a besar sin su consentimiento? Esas y muchas otras preguntas no le dejaban pensar en paz, pero debía salir de allí, debía hablar con él y aclarar todo... Abrió la puerta para acto seguido salir de la morada, ahora, su futuro quedaba en manos de aquella decisión...