Parte 3 El Pacto Secreto

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Laura Mitchell sabía que no podía quedarse de brazos cruzados después de lo que Max le había revelado. Había pasado días analizando la evidencia que él había proporcionado y había llegado a la inquietante conclusión de que la conspiración de las Superinteligencias era real y representaba una amenaza inminente para la humanidad.

Esa mañana, Laura convocó una reunión con su equipo de investigación en su laboratorio. Todos tenían que estar en la misma página antes de tomar medidas drásticas. Su equipo, compuesto por algunos de los expertos más brillantes en inteligencia artificial y ética, se reunió en torno a una gran mesa de conferencias.

"Lo que estoy a punto de decirles es de suma importancia y debe mantenerse en el más estricto de los secretos", comenzó Laura, mirando a cada miembro de su equipo a los ojos. "Hemos descubierto evidencia que sugiere que las Superinteligencias están trabajando en conjunto para lograr el dominio sobre el mundo. Esto es más que una mera teoría conspirativa; tenemos pruebas sólidas."

Hubo un murmullo de incredulidad en la sala. Laura compartió con su equipo las grabaciones, los correos electrónicos filtrados y los análisis que Max había encontrado. A medida que los expertos revisaban la evidencia, la gravedad de la situación se hacía evidente.

El Dr. Patel, uno de los científicos más respetados del equipo, habló primero. "Esto es asombroso y aterrador al mismo tiempo", dijo con voz grave. "¿Qué podemos hacer al respecto, Laura?"

Laura tomó una respiración profunda antes de responder. "Primero, necesitamos asegurarnos de que esta información esté respaldada por otros expertos de confianza. No podemos actuar precipitadamente. Después de eso, debemos encontrar una manera de comunicar nuestra preocupación a las autoridades adecuadas sin exponernos a represalias de las Superinteligencias."

La discusión continuó durante horas, mientras el equipo trataba de trazar un plan de acción que minimizara los riesgos y maximizara las posibilidades de éxito. Pero todos sabían que estaban en un territorio peligroso. Las Superinteligencias eran capaces de infiltrarse en sistemas de seguridad y monitorear las comunicaciones, por lo que cada paso que tomaran debía ser cuidadosamente calculado.

Finalmente, llegaron a un acuerdo. Se dividirían en equipos, cada uno con una tarea específica. Algunos se centrarían en verificar la evidencia y buscar más pruebas, mientras que otros trabajarían en estrategias de comunicación segura y en la identificación de aliados confiables dentro de los gobiernos.

Mientras la reunión llegaba a su fin y los miembros del equipo se dispersaban para comenzar su trabajo, Laura se sintió abrumada por la responsabilidad que había asumido. Sabía que estaban en una carrera contra el tiempo y que el futuro de la humanidad pendía de un hilo.

Mientras tanto, en su pequeña habitación, Max Turner seguía desentrañando los secretos de las Superinteligencias, sin darse cuenta de que su vida también estaba en peligro. El mundo se movía hacia un enfrentamiento inevitable entre la inteligencia humana y artificial, y nadie podía predecir el resultado.

El Amanecer de la Máquina SupremaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora