Memorias enlazadas

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Aún los acontecimientos que ocurrieron hace cuatro años quedaron grabados en los recuerdos de toda la humanidad. Muchas personas sufrieron y perdieron vidas debido al egoísmo de un grupo de personas que velaban por sus intereses. La manipulación que sufrieron y el constante daño al que se sometieron los llevaron a rebelarse, pero al hacerlo, cometieron los mismos errores que la sociedad había cometido con ellos.

Con el paso de los años y el crecimiento, uno adquiere la madurez para entender muchas cosas. La experiencia ganada permite actuar más rápido y tomar decisiones más acertadas, pero también significa que algunas de esas decisiones que antes ayudaron a muchas o pocas personas quizás ya no se tomen, lo que podría empeorar las cosas.

En la humanidad, todavía se recuerda la gran batalla que Japón enfrentó para acabar con la ideología de una sola persona, y cómo muchos héroes perdieron la vida en aras de la paz que hoy disfrutamos.

Recuerdo vivamente mis días como estudiante y el arduo trabajo que realicé para convertirme en el héroe que soy hoy. Noches sin descanso analizando y estudiando para alcanzarte, mientras veía cómo cada vez la brecha entre nosotros se hacía más grande.

Recuerdo la primera vez que sentí el terror de no poder alcanzarte y saber que sería bastante sencillo que te escaparas de mis dedos. Por esa simple razón, empecé a crear muros que nos separaran cada día más. Tengo que admitir que la actitud que tomé no fue la mejor. Sabía que el camino que había elegido podía ser peligroso, por lo que mostré la peor cara de este mundo para intentar que te rindieras.

Aun así, con todo el desprecio que te mostré, seguías empeñado en seguir el mismo camino que el mío, y cada paso que dabas, tú estabas ahí. Recuerdo el momento exacto en el que me superaste, y aunque físicamente eras superior a mí, ya eras un verdadero héroe desde mucho antes. Por eso, cada vez que escuchaba tu nombre, Izuku Midoriya, sentía un dolor que no se podía describir, y este se exteriorizaba como odio.

Cada vez que dabas un paso y te adentrabas en un mundo donde no te podía tener a salvo, sentía cómo el terror se adueñaba de mí. Hasta que me di cuenta de la realidad de tus poderes y cómo llegaste hasta donde estabas. El sentimiento de furia que tenía en mí se hizo más grande, y cuando tú crecías, tenía un sentimiento de crisis enorme.

Aún recuerdo el día en que desapareciste de mi vista, y supe que podía perder todo en lo que había trabajado. En ese instante, vi todo con claridad y entendí que tenía que dejar el miedo de lado para poder seguir junto a ti. Fue ese momento en el que, al fin, todo lo que sentía por ti tomó un nombre y se hizo real.

Una de las cosas que agradecí durante la batalla fue nunca haber expresado ese sentimiento hacia ti, porque no quería que cargarás con ese peso en tus hombros, y eso te detuviera, aunque eso me dejará a mitad del camino.

Cuando volví a abrir los ojos después de creer estar muerto, supe que tenía que dejar de ser un cobarde y simplemente decir las palabras para que eso no fuera un obstáculo en nuestras vidas. Pero no todo puede ser como uno quiere, ¿verdad, Izuku Midoriya?

Puedo entender cómo te debiste haber sentido al verme en el suelo, perdiendo lentamente la vida y sin poder hacer nada, simplemente la impotencia de que todo había terminado, y no habría un mañana para nosotros.

—¿En qué estás pensando? —sonó una voz en mi oído.

—Simplemente estaba recordando cosas —espeté en un tono tranquilo.

—Creo que deberías ver tu cara en este momento, no parece que simplemente estés recordando cosas.

—¡Cállate, maldito nerd!

—Creí que habíamos superado esa etapa, ¿no es así, Kacchan? —respondió Izuku con una sonrisa.

—¿La etapa de ti siendo un nerd? —le pregunté de forma sarcástica. —Eso jamás se va a superar —le respondí con una sonrisa irónica.

—Cállate.

Al decir eso, simplemente sentí sus labios sobre los míos, y así de simple, apagó todos esos recuerdos dolorosos de nosotros dos. Aún puedo recordar las cosas dolorosas que vivimos cuando no estás a mi lado, pero cada día trato de superar ese miedo, y con solo verte, todo lo malo se desvanece. Lo que me duele más es que, muy dentro de ti, sabes lo que estoy pensando y solo por eso tratas de dejar todo para estar conmigo.

Aún recuerdo cómo por un tiempo estuve en este mundo sin ti, sin poder escucharte, verte o sentirte. Pensé en dejar todo y seguirte a donde fueras, porque no podía estar en un mundo que no te tuviera a ti.

Saber que el universo casi pierde a una maravillosa persona que estaba dispuesta a sacrificarse por todos sin recibir nada a cambio, porque ese es el deber de un héroe y el cual no todos estaban dispuestos a compartir contigo.

—Lo estás haciendo de nuevo, Kacchan —escuché la voz del peliverde con un tono de resignación.

—Claro que no, Izuku —respondí con un tono suave poco característico de mí y el cual solo estaba destinado para él.

—¡Vamos! —respondió Izuku con una sonrisa. —Sé que tienes algo en la mente, y es extraño viniendo de ti.

—Te amo.

Solo con esas palabras, Izuku Midoriya silenció las palabras que estaban destinadas a salir de esos hermosos labios. Sabía que era una artimaña un poco sucia y que siempre la usaba cuando no quería responder, pero ambos éramos conscientes de que cuando la usaba en una discusión, no quería seguir con los problemas.

—Tú ganas, no diré nada más sobre el tema, solo deja todo de lado y corre porque vamos tarde —respondió con un tono de voz más amoroso. —¡¡¡Yo también te amo!!! —besó mis labios de nuevo y salió corriendo de la habitación.

—¡¡¡CREO QUE LLEGAREMOS AÚN MÁS TARDE!!! —respondí gritando. —¡¡¡VEN ACÁ, IZUKU MIDORIYA!!!

Esas palabras eran el calmante más poderoso de la vida, aquellas que me impulsan a seguir día a día y a luchar por más. Sin él a mi lado, no sé qué sería de mí ni qué sería de este mundo.

Recuerdo muchas cosas que he vivido a lo largo de mi vida y que han dejado una profunda huella en mí, pero puedo afirmar que en mi memoria no hay un solo recuerdo en el que no esté Izuku Midoriya. Espero que en el futuro siempre esté presente en todos mis recuerdos, porque siempre será mi recuerdo más preciado.

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