One.

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Un estruendoso azote en la puerta principal resonó por el lugar.

Hajime se encontraba alterado. ¿La razón? Se encontró con uno de sus compañeros de Isla muy "pegado" a su novio.

El jóven castaño en la habitación se encontraba realmente molesto, hervía de celos luego de ver aquella desagradable escena.

De repente la suave voz de su novio intentando calmarlo se hizo escuchar.

"Hinata–kun, realmente fue un malentendido, por favor cálmate..."

Exclamó el albino con notorio nerviosismo en su voz, mientras acercaba sus temblorosas manos a los hombros de su pareja para intentar tranquilizarlo.

"¿Me estás diciendo que me calme?" Soltó una pequeña risa llena de ironía.

"¿Pretendes que me calme luego de verte actuar como una puta al lado de Tanaka?, ¿Es que acaso tu intención era revolcarte con él?"

Komaeda se quedó boquiabierto al oírlo, no lo podía creer. ¿Se atrevía a faltarle el respeto de esa manera?

— ¡Te equivocas, solo estabamos charland-...

Se apresuró a excusarse, sin embargo no pudo terminar de hablar a causa del repentino ardor en su mejilla

Había recibido una cachetada por parte de su novio. Llevó inconscientemente una mano a la zona afectada mientras observaba sorprendido y algo atemorizado a su contrario por la actitud que había tomado.

Ese había sido solo el comienzo.

Entre sollozos, rodeaba su frágil cuerpo en un abrazo, retorciéndose del dolor presente en su estómago y demás zonas de su anatomía.

Había sido golpeado por su novio reiteradas veces acompañado de insultos hacia su persona.

No era la primera vez que peleaban a causa de los celos de Hajime, pero sí era la primera vez en la que el mismo le levantaba la mano.

"Realmente me lo merezco, soy una basura..." musitó en un débil susurro.

Con algo de dificultad, se levantó del frío suelo para dirigirse con lentos pasos hacia el baño de su cabaña para tomar una ducha con agua fría y deshacerse de aquellos pensamientos que comenzaban a atormentarlo.

Pasados unos veinte minutos, salió de la bañera y se colocó unas prendas suaves y livianas para poder descansar. Se dirigió a su cama y antes de tomar asiento en la misma, se llevó un par de materiales para tratar sus heridas.

Observó con tristeza los hematomas que yacían en su pálida piel, mentiría si dijera que no estaba asustado del reciente comportamiento violento de su pareja.

Soltó un largo suspiro y se dejó caer en la suave cama, dejando escapar pequeños jadeos de dolor al sentir el leve ardor en sus zonas afectadas. 

De repente, una sensación de vacío acompañada de tristeza y soledad de apoderó de su ser. Sentía tantas ganas de correr fuera de la cabaña y buscar a Hajime, necesitaba sentirlo cerca, se sentía tan solo sin él.

Pero no deseaba causarle más molestias a su castaño, por lo que batalló un largo rato contra sus pensamientos que inundaban su mente hasta finalmente quedarse profundamente dormido.

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Había despertado algo exaltado a causa del mal sueño que había tenido, por lo que dió un rápido vistazo a su alrededor. Un sentimiento de amargura inundó su interior al notar que Hajime no estaba junto a él.

Cuánto hubiera deseado que estuviera a su lado en aquél momento.

Decidió darle su espacio, a lo mejor seguía molesto con él aún. Ya era hora de ir a desayunar junto a sus demás compañeros de Isla, sin embargo decidió no ir al comedor.

Se sentía terriblemente mal, no había podido dejar de sobrepensar durante toda la noche y solo se torturaba así mismo.

Le dolía el hecho de pensar que Hajime pensaba de esa forma sobre su persona y que podría encontrar a alguien mejor. Pero una parte de él llegó a pensar que aquella escena de celos podía significar algo, que realmente estaba enamorado de él como para reaccionar de aquella forma.

Trataba de autoconvencerse de mil formas, pues deseaba con todas sus fuerzas jamás ser reemplazado por alguien mejor, aunque no sería del todo una sorpresa en caso de suceder, no es más que basura humana después de todo.

Tendría que haber muerto hace tanto tiempo.

No fue consciente del momento en el que comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos. Abrazó su cuerpo en busca de consuelo, Dios, se sentía tan insuficiente en aquél instante.

¿Realmente hacía sentir bien a su pareja? ¿Era lo suficientemente bueno para él?

Desde hace tiempo que no habían tenido un encuentro sexual y eso le hacía creer que tal vez su cuerpo lucía demasiado feo para el gusto del castaño.

No deseaba verse, pero se puso de pie y caminó con lentos pasos hacia el espejo de su baño y allí observó detenidamente su silueta .

Estaba extremadamente delgado, sus huesos eran tan notorios, y su piel tan pálida de la cual solo destacaban sus moretones en zonas visibles junto a las bolsas bajo sus ojos.

Nuevamente se sumergió en el inevitable llanto, no deseaba sentirse así.

Limpió sus lágrimas con brusquedad y caminó fuera del cuarto de baño, buscó entre la pila de ropa de su armario la ropa que utilizaba habitualmente. La cual consistía en una chaqueta de un color verde un tanto apagado y unos jeans oscuros, llevaba puesta desde antes una camiseta blanca con un notorio estampado rojo.

Una vez listo, salió de su cabaña y caminó lejos del lugar en busca de un sitio más tranquilo entre aquellas islas. Durante su caminata pensaba en cientas de manera para fortalecer la relación entre su novio y él, lo amaba tanto que no podía siquiera pensar en estar lejos de él.

No quería perderlo por una de sus estupideces.
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⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

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Ultraviolence  |  HinaKomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora