6.3 Yo te enseñaré a partir leña, tú me enseñarás a ser bueno

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El primer viaje que hacen es con Scott, Malia, Derek y Liam. Theo involucra a Derek en este espectáculo de mierda porque es el único individuo que tiene una visión del mundo similar, suficientes líneas en yuxtaposición para que, a la hora de la verdad, Theo sepa que puede confiar en él para calmar la situación. O para empujar a Scott en la dirección correcta, lo que también obligará a Malia y Liam a comportarse. Al menos un poco.

¿Y sabes qué? Debería haber sabido lo que esta banda de alegres trastornados hará.

Es un desastre. Un puto desastre de principio a fin. Scott se pone firme cuando se trata de viajes largos sin apenas descanso, les obliga a dormir al menos siete horas por noche y, como no hace falta ser precavido cuando Theo no está solo, ni siquiera puede utilizar el modus operandi de Argent en su beneficio. Es tan malo que Liam adquiere una sentimiento culpable que persiste durante toda la noche, ni siquiera molesta a Theo para mantener conversaciones sin sentido. No es que tenga la oportunidad. Theo lo exilia a la habitación de Scott y Malia para tener una videoconferencia con Lucía y perder una hora mandándose mensajes con Bree, que por fin tiene teléfono.

El resto del tiempo bombardea el teléfono de Argent para quejarse de la lentitud de los progresos y de cómo no debería haber dejado que esto sucediera en primer lugar. Si él va a sufrir por esta mierda, Argent también. Al hombre no le va mejor, a veces se olvida del acuerdo y le manda a Theo un mensaje de texto en forma de signo de interrogación solitario, lo que provoca que Theo le envíe un emoji de payaso. Las oportunidades para ser sutilmente condescendiente son probablemente lo único destacable y el único deleite que tiene Theo.

El resto del tiempo se mantiene distante, en un estado de calma forzada que mantiene haciendo malabarismos psicológicos para mantener a raya a los monstruos. Dividen la desactivación en tres zonas y a Theo no se le permite trabajar solo, como si fuera un niño que necesita cuidados y atención constantes por si se vuelve loco. Al final, le obligan a disociarse, desencadenándolo él solo. Rara vez habla mientras están allí abajo, en el frío subsuelo, con las herramientas conservadas y los líquidos peligrosos.

Tiene la estúpida sensación de que están entrando en su territorio, invadiendo su espacio personal. Opta por tener a Derek como niñera, confirma que es la elección correcta cuando no le impiden recoger sus archivos, ni cuando se agacha con los frágiles papeles, con las manos temblorosas al intentar abrir la amarillenta carpeta.

Apenas ha leído un párrafo de términos médicos cuando unas zapatillas sucias entran en su campo de visión. Unas manos mugrientas intentan arrebatarle las carpetas y él gruñe, con un rugido que le sale de lo más profundo del pecho.

-Theo-. Liam empieza en tono de amonestación, a punto de desviarse hacia el carril del enfado. -Dame-.

-Vete a la mierda-.

Derek suelta un suspiro agudo, habiendo llegado también a la conclusión de que una pelea les va a asegurar y estancar aún más.

-Eres un testarudo de mi…-

Theo le interrumpe y le dirige la mirada. -Tal vez quiera saber en qué cuerpo estoy viviendo en realidad-. Hay demasiado veneno amontonado en la frase, la culminación de su situación actual no muy lejos de estar enjaulado.

Scott llama a Liam para que se aleje, se acerca para apartarlo físicamente cuando Liam se queda clavado en su sitio.

Sus ojos azules están impotentes.

-Amadio dijo una página por día-. Dice Malia desde algún lugar lejano. La percepción de Theo empieza a menguar, lo que puede no ser visible en el exterior. -Y eso fue una exageración-, añade, sin saber por qué razón.

Toma mi corazón (Y ponlo en un lugar seguro) - Thiam [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora