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Capítulo 2: Enchanted
•Theodore•

Había hecho algo nunca antes visto, una cadencia en la danza macabra, para luego finalizar con aquel solo funebre y triste.

Me sentía el dueño del momento, y como había creído mi imaginación solo me había jugado una mala broma, él no estaba allí.

La orquesta se puso de pie, y acto seguido pude tomar mi lugar como Concertino.

Todo había salido como lo esperaba, todo había iniciado por lo alto y debía continuar igual, el orden del concierto siguió con lo previsto, con la interpretación de la 5ta sinfonía de tchavkovsky de una forma magistral, una obra maestra llena de sentimiento, mi sinfonía favorita definitivamente; y no podía faltar el Danzón N2 de Arturo Márquez.
Una pieza que me traía momentos de nostalgia, sobre todo en aquel solo de violín... Aquel solo que había tocado una vez. Aquel solo que le había dedicado a quien no lo merecía como una muestra de mi amor. Pero así son las cosas ¿No?

Al poco a poco sentir la tensión en la pieza aumentar mientras la fila de maderas  tomaba el protagonismo de la escena con aquel ritmo latino, empezaba a sentirse la tensión acercarse a su vez que dejaba todo junto con mi fila, siguiendo las arcadas que había puesto al pie de la letra, pero también dejando que fuera la música quien hablará y tomara control de mi, para disfrutar lo que estaba haciendo, tocar está pieza siempre era un deleite.
Al hacer el ritardando y los metales hacer aquel freno , mi corazón latió con una fuerza incomparable, se acercaba el momento, la calma se apoderó de la pieza con el solo de piano y aquellos pizzicatos de la cuerda grave, el director dió mi entrada y mis ojos se cerraron, sentir mi cuerpo desconectarse y el sonido salir por si solo, a su vez que mi mente llegaba al éxtasis y tenía un deja vú.

Era mi primera vez como solista y en medio de esa desconexión abrí los ojos por un momento y lo ví a él sonriéndome con sus ojos de cielo, y sentí nuestros corazones conectar a su vez que nuestras almas bailaban a pesar que estábamos lejos en aquel lugar, dejaba mi amor por él en aquel solo, recordando las palabras del de cabellos castaños.

— Regálame un solo bonito y bien tocado— ví aquel brillo en su mirar y su sonrisa que aceleraba mi palpitar.

Al volver a mi realidad junto con el solo ahora de la cuerda sentí una lágrima resbalar por mi mejilla, y mi corazón le reprocho a mi mente una vez más luego de tanto tiempo su culpabilidad al perder al que consideraba el amor de mi vida.

Pero lamentablemente lo nuestro se había acabado como una botella de vino, porque nunca fue mío.

La música me había poseído una vez más por perderme en mis pensamientos mientras los recuerdos pasaban como tal película, cuando reaccione luego de aquel última negra tocada por toda la orquesta puesta como final de aquella obra. Al momento de las ovaciones a los solistas fuí al primero en levantarse, con una amplia sonrisa en mi rostro le di la mano al director y mire al público con orgullo ante mi trabajo, el cuál aplaudió con gozo, y así continuaron con lo solistas y por último el resto de la orquesta.

***

Ya con el público saliendo del lugar, y confirmando que todo había sido una alucinación, procedí a bajar de la tarima con mi violín en una mano y el estuche en la otra di la espalda a las butacas  y coloque el estuche sobre la tarima y vi a Xavier, mi asistente, acercarse.

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