Capítulo 8

78 6 0
                                    



Me cambié en el mismo baño, sintiendo miedo de salir. Mi respiración era agitada y trataba de dar los pasos más cortos y lentos del mundo. Mi corazón se me salió por la boca cuando lo vi sentado en medio de la cama, mirando hacia la luz de la ventana. Pero eso no duró mucho, porque pareció sentir mi presencia y se giró rápidamente. Sus ojos oscuros fijos en mí.

Salí hasta quedar en medio de la habitación, sin saber qué decir... Juguetee con mis manos, más nervioso que nunca. Agaché la cabeza para hablar, ya que no creo que nada hubiera salido de mí si tuviera en mente cómo me miraba.

"Lo siento mucho", se escuchó un silencio en la habitación y, nervioso, decidí seguir hablando. "Yo... pues, bueno, está bien si no me quieres hablar. Lo merezco mucho, yo te pude proteger de todos, pero... me quedé helado y nervioso.

"Pero no de ti", dijo él con voz neutra. De repente, un nudo se formó en mi garganta y mis lágrimas estaban a punto de salir a flote.

Perdóname, por favor, perdóname. Yoongi...
Miré hacia adelante y su expresión ahora era de odio y repulsión. Lo esperaba, pero en mi mente no dolía tanto ver su rostro.

Dejaré pasar esto porque somos hermanos y nuestros padres se sentirían horriblemente si sus hijos comienzan a odiarse. Papá Jin es el que menos soportaría esa noticia. "Hago esto por nuestros padres", porque en este momento, la idea de no volver a verte en mi vida suena espectacular.

Sentí que mi mundo se desmoronaba, mis manos sudaron y temblaron, pero qué estúpido. ¿Cómo iba a esperar que mi hermano estuviera ahí, esperándome como si nada, después de lo que pasó?

Lo siento tanto... aquí tienes lo que necesitas y pastillas para el dolor. No tengo ninguna enfermedad, eres el primero con el que no uso condón, pero si tienes dudas, puedes ir al médico. Te sugiero que tomes pastillas anticonceptivas lo antes posible, ya sabes.

No quise seguir hablando porque mientras más indagaba, más extraño era decirle esas cosas a mi hermano y sé que él estaba bastante asqueado.

Yo tampoco quiero tener un embarazo no deseado, pero seguro que tú estarías feliz de tener un hijo enfermo, ¿no? Al igual que tú.

Sentí esas palabras en lo más profundo de mi ser, mi pecho ardía y la molestia era insoportable. Tal vez porque nunca había escuchado esas palabras de él hacia mí. Siempre fue tan dulce y amable que es difícil asimilarlo.

No te preocupes si lo haces rápido, como ya te dije, no pasará nada.

Salí de la habitación sin permitirle que me respondiera. Está bien, eso ya fue demasiado doloroso, no quería que hablara y me dijera cosas que sé que nunca olvidaré.

Caminé tan rápido como pude por las escaleras y, al llegar a la planta baja, vi de reojo cómo Jimin se acercaba a mí para preguntar algo, pero simplemente seguí caminando más rápido hasta salir de la casa. Tenía que pensar, tenía que alejarme.

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora