Alex apenas puede contener la emoción de empezar el último año de instituto, no porque le guste especialmente, sino por la vida que le espera después: ir a la universidad de Nueva York y estudiar derecho, algo que lleva queriendo desde pequeño ya que admira enormemente a su madre y todo lo que ella ha conseguido. Solo un año más y estará por fin haciendo lo que realmente le apasiona. O eso cree. Esa mañana no puede dejar de mirarse en el espejo y arreglar sus rizos salvajes que nunca se mantienen en su sitio.
En la otra habitación está June, su hermana, preparando sus cosas para volver a California a seguir con su grado en periodismo. Cada año se le hace menos difícil cuando ella se va, pero el primero fue un baño de lágrimas y mocos para nada favorecedores. Aunque June y él en muchas ocasiones se lleven como el perro y el gato, e incluso tomasen partes diferentes en el duro divorcio de sus padres (June es la niña de papá y Alex es el niño de mamá), se quieren incondicionalmente, cosa que le llena el corazón a Alex, el saber que pase lo que pase, su hermana siempre estará ahí. Ella es su red de seguridad.
Ellen, su madre, es una mujer fuerte, trabajadora, decidida, todo lo que Alex quiere ser. Y todo lo que Alex teme no llegar a ser. No sabe muy bien cómo, cuándo ni por qué, su madre empezó a poner todas estas expectativas sobre sus hombros, pero lo hizo, y Alex no puede evitar querer cumplirlas a toda costa. Fallarle a su madre es lo que más teme en este mundo.
Con su ausencia en la casa ya solo quedarán él y Ellen, y bueno, Leo. No es que Alex odie a Leo ni mucho menos, ya no tiene que presenciar las horribles discusiones de sus padres porque Leo es un hombre paciente que sabe manejar a Ellen, o más bien ella lo maneja a él. Simplemente no tienen nada en común, Alex es un chico atlético, energético, con una mente que en rara ocasión se calla y va más rápido de lo que le gustaría, mientras que Leo es tranquilo y disfruta más de otro tipo de actividades, como montar barcos en miniatura dentro de botellas, cosa que Alex encuentra tediosamente aburrida.
Cuatro golpes reconocibles para él en la puerta principal le hacen saber que Liam, su mejor amigo, ya está aquí. Baja las escaleras corriendo, dando un salto siempre en los dos últimos escalones para abrir la puerta antes que nadie.
-¡Liam!
-¡Alex¡
Chocan las palmas y se dan un breve abrazo. Detrás de ellos se escuchan los tacones de Ellen acercándose.
-Liam, justo estaba por irme al trabajo, qué bien que he podido verte antes- dice Ellen cariñosamente, Liam y Alex llevan tanto tiempo siempre amigos que ya forma parte de la familia.
-Gracias señora Claremont.
-¿Cuántas veces te he dicho que puedes llamarme Ellen?- le pone la mano en el hombro- Espero que te vaya genial, a los dos- mira a Alex torciendo su sonrisa- Dale recuerdos a tus padres.
-Sí señ... digo, Ellen.
Alex no puede evitar más la risa.
-Tío, ¿por qué te pones tan nervioso con mi madre? En serio, empieza a dar grima.
Liam rueda los ojos. A Alex le encanta picarle porque es demasiado sencillo hacerle enfadar. June es la única que le devuelve el golpe, cuando se meten en esas batallas de tira y afloja y Alex se queda con la última palabra se le llena el pecho de orgullo. A Alex le encanta tener razón. Y hacer listas. Alex adora hacer listas mentales sobre cualquier cosa.
Tras desayunar van al instituto en bici como cada mañana. "Qué ganas de dejar de ver este maldito edificio" piensa Alex. El letrero del Austin International School está siento repintado, un montón de trabajadores arreglan los jardines, coches amontonados en la calle dejando al alumnado, muchos de ellos nuevos y perdidos andando de un lado para otro.
ESTÁS LEYENDO
El muro entre nosotros
FanficAlex y Henry se conocen en otro mundo y en otras circunstancias, pero lo que sienten el uno por el otro no cambia en ningún universo.