Whistle (Silbido)

Your Song (Tu canción)

Ese día desperté con la sensación de haber tenido un sueño agradable, pero me era imposible recordarlo, tampoco tenía tiempo para intentarlo, debía comenzar a prepararme porque ¡por fin asistiría a un concierto de ONF!

En pocos meses se habían convertido en mi grupo modelo. Al escucharlos deseaba con todas mis fuerzas que mi canto pudiera transmitir las emociones con aquella calidez que en ocasiones tomaba una fuerza abrumadora y parecía como si las fuera a hacer explotar.

La verdad es que nunca se me ha dado bien expresarme con otras personas, me refiero a hablar con ellas sobre agradecimiento, cariño y demás, en ese sentido el canto y la escritura de canciones han sido la mejor forma para transmitirles cómo me siento. Sin embargo, aunque todo haya comenzado de esa manera, mi pasatiempo se convirtió en mi sueño y ahora no puedo esperar por debutar.

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El concierto fue como lo esperaba: increíble, aunque una vez afuera del teatro no pude seguir ignorando la sed y el hambre que sentía. Corrí al estacionamiento para encontrar a mi madre e ir quizá a comer bossam mientras aprovechaba para contarle cada momento del concierto, pero ella no estaba allí. Revisé entonces el celular: se había retrasado y me pedía esperarla. No tuve más remedio que ir a una máquina expendedora y después sentarme en un banco cerca de un faro. Fue entonces cuando percibí que en aquella oscuridad alguien se acercaba, sin embargo, antes de poder reaccionar, escuché mi nombre y al voltearme la vi bajo la luz del faro.

—Hola Minkyun, no sé si lo sabes, pero somos compañeros de clase, mi nombre es Norae —dijo con timidez, como si fuera a ignorarla o ahuyentarla, ¿acaso doy esa impresión?—. No sabía que también te gustara ONF. Lo siento, pero ¿puedo quedarme contigo mientras llegan mis padres?

—Claro —dije al tiempo que me moví un poco para darle espacio junto a mí, en un intento por parecer amigable.

—¿Cuál es tu canción favorita? —me preguntó por fin luego de haber estado hablando de lo mucho que le gustaba ONF desde que se sentó.

—Definitivamente The Realist.

—¿En serio?, ¡la mía es The Dreamer! —anunció muy emocionada por alguna razón, su expresión me pareció graciosa.

—Oh, esa es mi mamá —le dije cuando vi la llamada entrante en mi celular—. Si quieres puedo quedarme hasta que lleguen tus padres.

—No es necesario, ya casi están acá —me señaló después de revisar su celular—. Nos vemos mañana.

—Sí, buenas noches.

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Me resultó agradable haber hablado con ella, por eso al día siguiente acepté su invitación de comer juntos en la azotea cuando me lo preguntó. Así fue como empezamos a pasar la hora del almuerzo juntos y aunque al principio extrañé mi rutina específica de esa hora, es decir, ir al aula de música que estaba en la biblioteca para practicar canto, luego me preguntaba si estaba loco en preferir practicar que pasar tiempo con ella.

—Es tan refrescante un día ventoso en verano —comentó un día antes de que el viento suave fuera sucedido por una ráfaga que por poco tira nuestra comida al suelo. Ella solo sonreía mientras arreglaba su cabello, pero yo no podía dejar de mirarla porque su belleza me parecía irreal como si se tratara de un sueño; por suerte la parte de mí que continuaba en la terraza del colegio me pellizco la pierna y me hizo reaccionar, volviendo la mirada tan pronto como sentí el dolor.

—¿En qué piensas?

—En nada.

Fue vergonzoso, pero por suerte no creo que lo notara.