Naruto - Le Mafie ✔️

7 - Entrando en un nuevo negocio...

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 7

-Naruto, ¿por qué siempre tienes que buscar problemas en la escuela? –pregunto Minato con irritación mientras conducía su auto y su hijo estaba sentado a su lado.

-...Yo solo trataba defender a esa niña... -dijo Naruto de 7 años.

-Trataba –repitió Minato -... ¡No todo en la vida es tratar! ¡Tienes que lograr lo que te propones! –Exclamo haciendo que Naruto bajara la mirada –si no vas a lograr algo, mejor quédate quieto y punto –dijo Minato.

Naruto bajo la mirada aún más mientras trataba de reprimir ligeros sollozos.

Minato noto eso.

-Mejor no llores, los hombres no lloran... ya tengo suficiente con esto como para oírte lagrimear –dijo el hombre mientras daba vuelta la esquina

Naruto solo se quedó callado...

Al llegar a casa Minato bajo del auto y se dirigió adentro seguido de Naruto.

Al entrar fue recibido por su esposa.

-Hola Minato –saludo ella en la entrada para luego dirigir su mirada a Naruto –Naruto, hiciste salir a tu padre del trabajo, ¿no te da pena? -.

El rubio menor bajo la mirada ante el regaño de su mama.

-Ya déjalo, pierdes el tiempo, a ese niño le entra una cosa por la oreja y le sale por la otra –dijo Minato mientras entraba adentro seguido de kushina.

Naruto se quedó en la entrada mientras bajaba la mirada aún más y sentía tristeza...

-Ah...y por cierto Naruto –le dijo Kushina -...el día que tu vayas a hacer algo malo hazlo bien, no seas tan tonto para dejarte coger -.

Naruto miro a su madre quien ya había entrado a la cocina.

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-A veces desearía tener solo dos hijos...

...Solo dos hijos...

....Solo dos hijos....

...Solo dos hijos...

-...Soy un error....

3 Años después.

(2 de Mayo del 2018)

Naruto despertó agitado, suspiro y exhalo con cansancio y agitación mientras se sentaba en la cama.

Otra pesadilla.

Desde ya hace tiempo había tenido pesadillas que involucraban a su familia, además de recuerdos de ellos, los recuerdos en su mayoría eran malos, había ratos en los que por milagro recordaba uno que otro recuerdo bueno que vivió junto a ellos.