🍹Capítulo 9: Hogar

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—¿Estás bien Kookie?—habló el peli negro una vez que su cabeza se había enfriado lo suficiente

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—¿Estás bien Kookie?—habló el peli negro una vez que su cabeza se había enfriado lo suficiente.

Ambos se encontraban abrazados sobre el asiento trasero, respirando profundo y agitados aún; Jungkook se había recostado en el pecho de Taehyung, rodeando con sus brazos su cuello y cintura de éste, y teniendo sus piernas juntas sobre los muslos contrarios; por su parte, Kim se mantenía acariciando el cabello rubio de Jeon, y correspondiendo el abrazo al pasar su mano libre por la cadera del rubio.

Ya habían pasado cerca de veinte minutos allí, en la misma posición, simplemente mirándose mutuamente, sonriendo, y tratando de relajarse por completo después de su reconciliación tan movida.

—Jamás he estado mejor.—contestó Jungkook entre una respiración honda—Estoy más que bien Tae...—lo miró con una suave sonrisa.

—¿Seguro que no me excedí?, perdón por haberme emocionado tanto...—el peli negro le correspondió la mirada, con un leve puchero en sus labios.

—Claro que no, amor, no te disculpes.—el rubio lo acercó a él tomándolo de la mejilla, y dejando un dulce beso en la comisura de su boca—Me encanta todo lo que haces conmigo, tú siempre me haces sentir cómodo y seguro, así que no tienes que disculparte por nada.

"Amor", sí, eso era lo mejor que había escuchado Taehyung aquella noche.
Sonaba un poco más lindo en su oído cuando Jungkook se lo decía estando tranquilos, solo existiendo juntos.

—¿Me lo prometes, amor?—Kim sonrió con los ojos un poco entrecerrados.

—Por el meñique.—extendió su dedo pequeño de forma tierna, esperando ser correspondido con el mismo gesto.

Por supuesto, así fue.
Ambos entrelazaron sus meñiques como dos niños enamorados, soltando risitas nerviosas y conectando sus miradas nuevamente.
Que bonito se sentía amarse el uno al otro.

—¿Quieres subir al departamento?, está haciendo más frío ya.—el rubio comenzó a tomar sus prendas que habían sido apartadas para poder vestirse correctamente y salir del auto.

—Tienes razón, vamos.—Kim imitó sus acciones, y acabó de arreglar su aspecto más rápido. Después de todo, él no había recibido el mayor impacto de aquella pasión desenfrenada.

La lluvia se había convertido en una leve brisa, la calle estaba cada vez más solitaria, y era momento de que salieran de su capullo de lujuria —aunque sea brevemente— y entrar a lo que era su "hogar".

Cuando Jungkook terminó de vestirse y logró verse más presentable, quitó los seguros de las puertas y salieron del auto.
Claramente, el rubio tuvo una ligera dificultad para caminar como era debido, y eso, sin querer, les sacó una carcajada a los dos; Jungkook sentía punzadas desde la cintura hacia abajo, no insoportables pero sí molestas, lo cual lo hacía moverse lento y algo torcido.

Taehyung —después de haberse reído un poco—, decidió ayudar a su príncipe.
Literalmente, lo levantó en brazos al estilo princesa Disney, cargándolo con facilidad y haciendo que las molestias de Jeon desaparecieran al instante.
Desde ese sitio, Jungkook apretó el botón de la llave del Subaru, poniéndole seguros nuevamente.

El peli negro lo llevó así el resto del camino al departamento, sin soltarlo ni siquiera en las escaleras que debían subir. Sabía de memoria en qué número de puerta debía entrar, y realmente, se sentía más que feliz de estar otra vez en ese lugar. Su hogar.

Ya estando dentro del departamento, lo llevó cargando por el pasillo hasta la única habitación que había, encontrando la misma cama matrimonial que recordaba; sábanas blancas, cobertores color chocolate y la misma hermosa vista de la ciudad desde la ventana.
Tan familiar y cálido como lo había guardado en su memoria.

—Llegamos, su majestad.—habló Taehyung entre una leve risa dulce.

—Extrañaba ser consentido por ti.—comentó Jungkook devolviendo la sonrisa, y dejándose posar en el medio del colchón—Gracias por traerme, amor.

—No agradezcas, adoro tenerte entre mis brazos.—el peli negro se acomodó junto a él, quedando ambos en la cama.

Se cubrieron con la sábana y un poco del cobertor, mientras la lluvia volvía a hacerse presente sobre la ciudad.
La ventana rápidamente se llenó de gotas de agua que resbalaban sin parar; el frío del ambiente aumentaba poco a poco, y los dos chicos se juntaban más entre sí buscando guardar calor.

Ésta vez, Taehyung fue quien se recostó sobre el pecho de Jungkook, aferrándose a su torso y cerrando los ojos. Solamente se quedó ahí, respirando profundo, dejándose inundar por el aroma de su chico y la paz que este le podía brindar solo con existir.

Por su parte, Jeon rodeaba la espalda de Kim con un brazo, mientras que con su mano libre acariciaba suavemente sus cabellos negros algo húmedos. Lo miraba sin cansarse, tratando de guardar en su mente aquella imagen tan hermosa que tenía frente a él.

Fueron algunos minutos de silencio y quietud, ninguno se movía ni hablaba. En la habitación se escuchaba únicamente el ruido de la lluvia golpeando la ventana, y sus respiraciones calmadas en sintonía.
El ambiente perfecto de tranquilidad.

En ese momento ni siquiera estaban pensando en qué le dirían a los señores Jeon, ni en como se resolvería todo aquel show que habían provocado sin querer en el bar. Solamente querían pasar la noche juntos, dormir abrazados, despertar con un beso, y resolver su propia etiqueta de relación.

Ya tendrían el resto del día siguiente para arreglar lo demás.

—Buenas noches amor mío.—susurró Jungkook cuando se dió cuenta de que Taehyung ya se había quedado dormido.

El peli negro estaba cansado, y el hecho de estar en su lugar seguro, lo hizo caer rendido; no se despegó de Jeon en ningún momento, y probablemente no se movería en toda la noche.
El rubio los cubrió mejor con la cobija, se acomodó por completo en el colchón, y dejó un beso suave en la cabeza de Kim antes de finalmente cerrar los ojos también.

Por primera vez en mucho tiempo, ambos dormirían felices otra vez.

Por primera vez en mucho tiempo, ambos dormirían felices otra vez

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Sobrio ♡ TaeKook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora