DESTRÚYEME | Henry Martín & TÚ / FanFiction

1.

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La mañana llega con los primeros rayos de luz, la cama mantiene aún el calor de mi esposo, volteo para mirarlo. Ahí estaba el hombre de mi vida, con quien me había casado hace años atrás, sus párpados estaban cerrados y hacían lucir sus largas pestañas, verlo dormido me traía recuerdos de nuestras escapadas en preparatoria, a pesar de estar en diferentes facultades, siempre había tiempo para nosotros.

Me levanto, bajo a la cocina y lavo mis manos para comenzar a preparar nuestro desayuno, a Henry le encanta mi batido de moras, así que se lo prepararé y haré un poco de café. Termino de cortar las frutas y sirvo todo, mi marido aparece en el umbral de la puerta.

—Bonita, buenos días —se acerca a mi para darme un beso— ¿dormiste bien?.

—Buen día, cariño —lo abrazo, su loción masculina es un deleite para mi nariz— dormí bien, ¿Qué tal tú?.

—De maravilla, más porque desperté sabiendo que estás conmigo.

Nos sentamos a disfrutar del desayuno, hoy iría a la escuela hasta las 9:00 am, ya que mi primer clase era con un grupo que hoy tiene otra actividad, así que estaría con los pequeñines de primer año. Henry me cuenta que hoy tendrán entrenamiento, pero que antes convivirán con los abonados y así, para mi esposo es grato las visitas de su afición, así que desde ya hay una sonrisa en su rostro.

Mi marido se despide de mi con un beso, le deseo suerte en sus actividades y me devuelvo a la casa. Camino hacia mi cuarto para así escoger la ropa que me pondría hoy, agarro unos jeans azules, una blusa blanca y unas botas negras, para después meterme a bañar.

Salgo de la ducha, me pongo lo que elegí y coloco algo de maquillaje en mi rostro. Tomo mis materiales, mi bolso y salgo de la casa, mi trabajo me ha permitido darme algunos lujos, como por ejemplo la camioneta azul que justo ahora voy a abordar. Enciendo el motor, pongo música y ahora sí, conduzco hasta el colegio en donde doy clases.

—Eres para mí, Lo oigo todo el tiempo —Eres para Mí de Julieta Venegas inunda la deportiva— Temes, sentir más de la cuenta.

Arribo al Colegio, me estaciono y salgo de ahí para ahora sí, llegar con los pequeños. Están jugando con algunos bloques de Lego, otros más están coloreando en su libro y algunos están simplemente platicando con otros compañeros.

—Buenos días corazones —saludo alegre, sus caritas se iluminan al verme.

—Buenos días Maeta _______ —se escucha decir al unisono.

Organizo a los pequeños para hacer una actividad con pinturas, hoy haremos un mural con el cual podemos reflejar las emociones que sentimos, además de que probaríamos las mezclas de colores y obtener nuevos.

—Bien mis niños —llamo su atención— van a dibujar con sus dedos, una carita sobre como se sienten hoy.

[...]

Salgo de bañarme, la actividad con los niños me dejó llena de pintura así que tuve que bañarme, me pongo una camisa de Henry y un short. La cocina se me da bien, así que hoy prepararía pasta con champiñones, una llamada entra a mi celular y veo que es mi cuñada; Hilda.

—Buen día, chula —la yucateca saluda con alegría— ¿Cómo están?.

—Hola Hil —coloco el altavoz para comenzar a cocinar— nosotros muy bien, ¿Qué tal todo por allá?.

—Estamos bien —la voz de los pequeños se hace presente— los chicos quieren verlos ya, dile a mi hermano que vengan unos días por acá.

—Yo le digo, tal vez vayamos en algún fin de mes ya que los partidos están programados para estos próximos días.