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El humano más fuerte, el arma secreta del gobierno contra las fuerzas exteriores, escapa para poder cumplir con su rol de padre soltero
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El pelirrojo se dejó caer en sillón repentinamente igual de agotado que sus dos hijos, aunque lo suyo era por otras razones. Una que lo miraba desde el sillón contrario esperando que iniciara alguna conversación.
Había logrado que ambos niños se acostaran a dormir para poder conversar con Dazai, eso en si ya era un trabajo agotador...por no hablar de que, era incomodo, muy incómodo tener que hablar con un sujeto que claramente parecía tener más de un plan de respaldo para todo lo que fuera a decir, además tenía el leve presentimiento de que los Aignes eran increíbles en todo lo que significara negociación ¿No sería mejor simplemente...
- Matarme tampoco es una opción coherente a la situación – lo interrumpió Dazai
Chuuya ni siquiera se molestó en negarlo, aunque si escondió su rostro entre sus manos maldiciendo para sí mismo, claro, como no iba a ser bueno en las negociaciones si podía leer la mente
- Ah, mierda – se quejó finalmente alzando bruscamente la mirada, fue entrenado desde niño para estas situaciones, no estaba fuera de forma aun, esas torturadas que denominaron entramiento eran cosas que no se olvidaban con facilidad... - Si voy a tener esta conversación contigo, necesito que no mientas a lo que voy a preguntar, esto no es en ningún sentido algún tipo de negociación, solo quiero ayudar a Otta – fue rápido en poner la primera regla a la conversación
Aun así, Dazai le regalo una irritante sonrisa de negocios
- ¿Entonces es un interrogatorio donde solo acato las preguntas?
El pelirrojo estaba repentinamente muy enojado ¿Se estaba burlando? ¿Verdad? No podía saberlo con el ser que no debería mostrar emociones, pero... había algo en esa molesta sonrisa
- Bien, entonces convirtamos esto en una negociación sin mentiras ¿Okey? – A los Aignes les gustaban las negociaciones, a Otta siempre le brillaban los ojos cuando usaba esa palabra
... El repentino brillo verde en los ojos de Dazai fue suficiente confirmación
- ... ¿Vas... a negociar...conmigo? – repitió claramente interesado por el rumbo de la conversación
Esperaba no estar vendiendo su alma al diablo en esos momentos
- Parece que es la única manera en que me consideres un igual aun siendo humano, así que, si, negociemos sin mentiras sin engaños
El Aigne pensó en ello, una negociación como la que le solicitaba Chuuya era extraña considerando la mención de dos elementos que podían obtener un beneficio máximo a la hora de obtener los resultados
- Estoy de acuerdo con ese término, siempre y cuando se considere el mío – señalo finalmente, solo continuando cuando Chuuya asintió con recelo– No negociare con el traspaso de los derechos de Otta, tengo un contrato sin caducidad respecto a su crianza y cuidados tanto en su infancia como protección en su adultez – el pelirrojo parpadeo rápidamente ante eso, no esperaba que ese fuera el termino... era bastante emocional para ser un término dicho por un Aigne – Por tanto, a menos que la negociación se base en un contrato de incubación entre ambos no puedo negociar respecto a Otta
