He vivido toda mi vida así.
Sufriendo por dentro.
Solo quiero que esto termine.
Quiero acabar con el dolor que lleva dentro.
Y quiero ver a mis padres sonreír juntos de nuevo.
Para lograr eso tengo que soportar estar...
Muerto en vida.
Gray estaba en la cocina de una pequeña casa, sus ojos se veían algo cansados pero también alegres, rápidamente preparó dos tasas de chocolate caliente y los llevo a la sala.
En uno de los sillones una niña rubia dé ojos azules de unos 6 años, estaba sentada con algo de aburrimiento.
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Niña: Tío Ryu ya preparaste el chocolate?
Gray: Ravel te dije que mientras no esté tu madre puedes llamarme Gray.
Ravel: Está bien tío Ryu.
El hombre solo dio un suspiro resignado antes de darle una de las tasas a la niña.
Gray: No soy tan viejo para ser llamado tío.
Ravel: Apuesto que eres más viejo que mi mamá.
Gray: Ja, que buen chiste, tu madre es mucho más vieja que yo, incluso tengo la edad para ser tu hermano... No le digas a tu madre que dije eso.
Ravel: No lo haré, pero te conozco de toda la vida, también tienes edad para ser mi padre y por lo tanto también mi tío.
Un estremecimiento recorrió el cuerpo de Gray cuando la niña mención la palabra padre.
Gray: Solo tienes 6 años, no es la gran cosa, además solo tengo 18 años no soy tan viejo, entiendes
Ravel: Entiendo tío Ryu.
Gray: Sabes, dime como quieras.
La casa se quedó en silencio por unos minutos mientras ambos tomaban el chocolate, hasta que se rompió el silencio.
Gray: Por que viniste aquí sóla, estoy seguro que tú madre te dijo que solo estoy unos cuantos días al año en esta casa y es tu mamá la que te trae cuando estoy aquí, tienes suerte que haya venido a buscar algo, o estarías afuera en la nieve, y si te resfrias?
Ravel: Soy una fénix de sangre pura, no me voy a poder resfriar aún queriendo.
Gray: Si... sangre pura.
Ravel: Y si no hubiera nadie siempre puedo romper una ventana con una roca para poder entrar.
Gray: Por favor no hagas eso.
Ravel: No prometo nada... Yo vine aquí por qué me siento más cómoda aquí que en mi casa, por más que haya vivido toda mi vida en ese lugar siento que no logro encajar ahí, incluso siento mas felicidad estando contigo que con mi padre.
La niña se quedó callada por un momento.
Ravel: Dijiste que podía llamarte como quisiera, puedo llamarte papá?
Papá
Papá
Papá
Papá
Papá
???: Papá despierta! No puedes morir! Por favor despierta papá.
Con un gran dolor recorriendo su cuerpo, Gray abrió los ojos de manera lenta, se sentó de golpe e inclinó su cabeza a un lado para vomitar sangre, astillas de hueso y trozos de órganos.
