Cuando Duncan se acercaba a los 18 años, no podía creer su suerte. Había conocido a Lucy, Lucybell, y ella fue quien hizo que su corazón se acelerara más que la explosión de una supernova. Durante los siguientes cinco años, crearon un mundo de sueños compartidos y conversaciones interminables. Su amor no estaba contaminado por discusiones ni traiciones, un vínculo que parecía haber sido creado en las estrellas.
Pero entonces, algo extraño sucedió. Lucy empezó a distanciarse de Duncan. Al principio pensó que él debía ser el problema, que había hecho algo mal. Así que decidió recuperarla a la antigua usanza, como en esas viejas películas románticas que amaba.
Duncan vertió su corazón en cartas escritas a mano, llenándolas de versos poéticos. Le dio una serenata con canciones bajo la luz de la luna, esperando que las melodías reavivaran su amor. Él le regaló regalos con temas de astronomía, conociendo su fascinación por el cosmos. Pero todos sus esfuerzos fueron recibidos con silencio.Pasó casi medio año, y Duncan no pudo soportarlo más. Una noche lluviosa, su desesperación lo llevó a buscarla. Corrió por las calles frías, con un nudo en la garganta y un dolor punzante en el pecho. No lo sabía, Lucy estaba haciendo lo mismo, dirigiéndose hacia él con poca fuerza.
★Escena★: En un parque por la noche, donde Duncan y Lucy se conocieron por casualidad, continuaba la lluvia Duncan está parado allí, empapado por la lluvia y desesperado, con el corazón cargado de preocupación. Ve a Lucía caminando hacia él.
—¡Lucybell¡ ¡Por favor, tenemos que hablar!
Lucy se encontró con su chico el mismo sujeto que estuvo evitando durante meses, nerviosa, evita el contacto visual, levanta su mirada hacia Duncan débilmente
—Duncan... yo, no esperaba verte aquí...
Duncan respira pesadamente
—Lucybell, yo... he estado intentando comunicarme contigo durante meses. ¿Por qué me has estado evitando? Te envié cartas y jamás me has respondido,hemos estado distantes durante meses, Lucy. ¿No contestarás mis cartas, no atenderás mis llamadas?. Pensé que era yo, que había hecho algo mal. Por favor, dime ¡¿Qué está pasando?!
Se le llenan los ojos de lágrimas, pero no por la forma en la que Hunter habla
—Duncan, no es culpa tuya! Te he estado ocultando algo...
El corazón de Duncan se hunde mientras escucha atentamente, suponía que iba a ser que había sido engañado, quedando en silencio mientras guarda su enojo escucha con atención, pero lo que en realidad ocurría lo dejó hecho pedazos
Lucy mira hacia abajo, vacilante
—Duncan, no quería que me vieras así. He estado enferma, muy enferma...
El comportamiento cambia a uno preocupado al instante
—¿Enferma? ¿Qué quieres decir?
A la fémina se le escapan las lágrimas como si fuera un río cristalino, sujetando la tela de su ropa mojada finalmente le explica lo que realmente sucede
—Duncan, es una enfermedad, un virus. No hay cura ni tratamiento. Llevo días débil, tuve que estar en cama… no sé cómo ocurrió, no cuando... o porqué...
El joven de tez azul había quedado en shock al saber la noticia, con una voz temblorosa le responde
—No, no, esto no puede ser cierto, Lucy. Eres fuerte; Lucharás contra esto