Capítulo 5.

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ALEX

Cuando me presento a la reunión del miércoles por la noche, aún no he hablado voluntariamente con ningún estudiante. (No califico mi interacción con Jenny como 'voluntaria'). 

En el transcurso de la orientación me vi obligado a entablar varias conversaciones rebuscadas con mis compañeros y los líderes de la orientación, pero, a parte de eso, me he mantenido al margen. Encontré una mesa en un rincón del comedor donde colocar mi portátil y finjo trabajar mientras como para que no parezca tan obvio que soy un perdedor sin amigos, y he pasado el resto del tiempo en clases o mi dormitorio. En las tres clases que he tenido hoy, me di cuenta de que la universidad implica incluso aún menos interacción entre los estudiantes que las del instituto. No hay trabajos en grupo, ni debates. Solo doscientas personas mirando en la misma dirección durante setenta minutos. Esto es la universidad, y supongo que debería estar conociendo gente y pasándolo como nunca en mi vida, pero no puedo. No sé como. Fui a clases con la misma gente desde preescolar hasta el instituto, no he tenido que hacer amigos desde que aprendí a leer. Soy un maldito desastre. 

Por favor, déjame encajar con la gente de la iglesia rezo desesperadamente mientras estoy de pie en los escalones fuera del centro. Me limpio las manos en los muslos y abro la puerta para entrar. Hay mas gente de lo que esperaba, al menos media docena de personas solo en el vestíbulo, que llevan vasos de plástico (no los rojos que he visto en las peliculas así que parece una buena señal), y hay pequeños platos llenos de bocadillos. Cierro la puerta, intentando llamar la menor atención posible, pero todo se va al traste cuando Jenny entra en grandes zancadas desde la habitación contigua seguida de otra chica, y grita en cuanto me ve. 

—¡ALEX! —me saluda con un abrazo entusiasta que correspondo despues del shock inicial. 

¿Cuándo fue la ultima vez que abrace a alguien que no fuera mi madre? No lo recuerdo. Jenny se aparta y señala a su amiga. 

—Alex, esta en Sandy, Sandy, Alex. Es nuevo —saludo tímidamente a Andy, pero Jenny me ahorra el esfuerzo de tener que decir algo y me señala la cocina, de donde han salido—. Por favor, coge algo de comida, estamos apunto de empezar, aun queda sitio en el circulo. 

Y con eso, salen trotando hacia hacia el salón, donde veo gente reunida en un circulo de sillas. Entro en la cocina para buscar agua, tengo la boca repentinamente seca. Evito el contacto visual con los demás estudiantes mientras lleno mi vaso de agua en el fregadero y me escabullo a la otra habitación para encontrar una silla vacía. Saco mi teléfono y miro los últimos mensajes de mi madre, solo para tener algo que hacer mientras la habitación se llena a mi alrededor. Unos minutos despues, Jenny llama al orden, y guardo mi teléfono, por suerte nadie me está mirando. 

—Bienvenidos todos, soy Jenny, presidenta del centro de capacitación misional de este semestre, y solo quería decir que es increíble ver tantas cara nuevas esta noche —sonríe a su alrededor y parece encantada de recibirnos a todos—. Vamos a empezar con un rompe hielos —se escuchan algunos gemidos—, para conocernos, porque se lo mucho que les gusta eso a todos.

Mi mirada se cruza accidentalmente con la de Andy, y ella pone los ojos en blanco teatralmente. Muevo mis labios en una pequeña sonrisa, que me devuelve. 

—Vamos a dar la vuelta al circulo —continua Jenny—, y cada persona va a decir su nombre, curso, y como ha acabado en esta reunión—. Se gira hacia su izquierda y mira expectante a su amiga—. ¿Quieres guiarnos? 

—Claro —Andy se coloca ambas manos en las caderas y se sienta mas erguida—. Soy Andrea, de tercer año y estoy aquí porque Jenny es mi compañera de cuarto y debo esperar que me lleve a casa. —Hay un par de risitas, pero cuando Jenny le da un golpe en el hombro, añade: —Y porque CCM es la bomba. 

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