30. Una verdad sangrienta

1.1K 51 45
                                    

Capítulo 30

—¿Ahora me crees o no me crees?

Antes de que Paula pueda decir algo más, antes de que pueda detenerme, ya he llegado al medio de la pista de baile.

—Supongo que esto debe ser un malentendido, ¿no? —le digo a Aren.

Para mi sorpresa, no sueno enfadada.

El moreno baja la cabeza y me mira con cautela. No se sorprende de verme aquí, lo cual me tranquiliza un poco. Su serenidad ante la situación me indica que no estaba haciendo nada malo antes de mi llegada.

—Claro que es un malentendido —replica.

—Entonces, ¿qué está haciendo ella aquí? —pregunto con cierto nerviosismo. Todavía sigo en shock de que Paula haya tenido razón—. Contigo, en la discoteca.

—Hemos coincidido aquí porque está de viaje en Barcelona con unas amigas y era la única discoteca que conocía, nada más —me explica, pero no me lo creo del todo—. ¿No ves que ya se ha ido? Solo me estaba saludando.

Qué casualidad.

Al girarme hacia el lugar donde se encontraba antes la italiana, me doy cuenta de que ya no está con nosotros. Debió marcharse en el momento en el que interrumpí la conversación entre los dos ex-novios.

—¿Y tú dónde estabas? —cambia rápidamente de tema.

—¿Yo? —estoy bastante aturdida y me cuesta reaccionar—. Estaba en el baño —respondo finalmente.

—Estuve esperándote un buen rato —se acerca a mí y acerca su boca a mi oreja—. Ya echaba de menos tu presencia —me confiesa sin ningún tipo de vergüenza.

Se me pone la piel de gallina y me arde la cara con tan solo pensar en que sus palabras sean verdaderas. Pero ese sentimiento se desvanece al recordar lo que ha pasado.

—Había mucha cola y por eso he tardado tanto —miento.

Sé que le estoy ocultando información, pero no es el momento adecuado para hablarle sobre lo que me ha contado Paula.

Tengo que confiar en Aren. Él me ha confirmado que Chiara solo está en Barcelona porque ha venido de vacaciones y, de hecho, ella se separó del chico tan pronto como yo llegué a la pista de baile. Eso corroboraría que su visita no se debe a una reconquista.

Por otro lado, el único argumento de Paula para convencerme de que está juntos es que vio por Instagram que la italiana está en Barcelona.

Todo esto me lleva a una información obvia: Paula está celosa y la versión de Aren es la más coherente de todas. No me está mintiendo y tengo que creerle porque me ha dejado claro que no me va a hacer daño.

¿Pero?

Pero siento que me está ocultando algo.

—¿Quieres ir junto al resto? —la voz de Aren me sobresalta. Yo asiento con la cabeza y su mano se desliza por mi mejilla para acariciarme levemente—. ¿Estás bien?

Parece preocupado por mí.

—Sí, ¿y tú?

Aren arquea un ceja. Mi tono ha sido un poco hostil.

—Tengo la garganta seca —suavizo.

—¿Solo es eso?

—Sí, me apetece beber algo —insisto—. De verdad —sonrío para que me crea.

Aren me mira fijamente, examinando si estoy diciendo la verdad o no. Permanece así durante unos segundos hasta que su sonrisa se ensancha y me agarra de la mano, entrelazando sus dedos con los míos.

Cambio de aires | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora