En un intento de dejar atrás el pasado y olvidar una desilusión amorosa, Ezan Abreu descubre un lugar bastante particular, la Academia Saeri EPT, donde todos compiten por un premio millonario.
Aunque está determinado a ganar y a ser el mejor, hay al...
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Cinco en punto. Había estado detrás de la entrada principal por alrededor de diez minutos, bastante nervioso como para entrar y bastante ansioso como para no hacerlo, y por lo poco que mi campo visual me permitía, podía decir que la Academia Saeri EPT lucía fantástica.
Cuando ingresé, un camino lleno de plantas me rodeó. Desde enredaderas —que se envolvían entre las piedras— hasta palmeras, me guiaron hasta el salón principal junto al resto de estudiantes. Todos estábamos maravillados y a la vez desorientados.
En el mismo patio delantero, pero un poco más alejado del camino principal, había sectores con árboles de jacarandas y mesas con carteles de bienvenida, que me hicieron sentir en un ambiente especial.
Me quedé apreciando la vista un momento hasta que alguien me interrumpió.
—¿Hola? ¿Estás tildado? —vi cómo movía una mano al frente de mi rostro para llamar mi atención.
—¿Tildado? —pregunté extrañado.
—Bueno, veo que no —dijo con una sonrisa una chica de cabello castaño claro—. Sí, tildado, es como trabado, bloqueado —y apenas terminó de pronunciar esa oración, me di cuenta de que era argentina. Si había algo que me hizo querer ingresar a esta academia, era la diversidad cultural.
—Ah, pero no, solo estaba leyendo los carteles de bienvenida —respondí, sin darle importancia, ignorando el hecho de que estaba demasiado emocionado porque era la primera persona con la que hablaba desde que entré aquí.
—Eres nuevo, ¿no? —preguntó y se me escapó una risa.
—¿Tanto se nota?
—Solo un poco... —hizo un gesto con su mano para que me despreocupara, luego volvió a mirarme—. ¿Y cómo te llamas?
—Ezan.
—Ezan...
—Abreu —concluí mirándola.
—Ezan Abreu, ahí me gusta más. Un gusto, soy Elaine Massad —respondió regalándome una sonrisa—, y para tu suerte, Ezan, también soy nueva, así que ahora vamos a entrar y ver cuántas personas confundidas hay.
No me dio tiempo para responder, porque rápidamente comenzó a caminar, pero eso me agradó. Era la clase de persona que me gustaría conocer.
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