𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑜́ 𝑒𝑙 𝑣𝑒𝑟𝑎𝑛𝑜...🍃(𝑅𝑦𝑢𝑢𝑖𝑐ℎ𝑖 𝑥 𝐻𝑎𝑦𝑎𝑡𝑜)

❥︎ (𝐼𝐼) ¿𝐸𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑖𝑛𝑣𝑖𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛...?

Hayato leyó aquel relato con un pequeño rubor en la mejilla.

-¿De quién será? -dijo susurrando.

Sintió el aroma de las flores para luego salir de su cuarto y dejarlas en un jarrón con agua en la alacena. Ellas adornaban la casa dándole color y calidez.

-¡Hayato! -dijo Taka-¿Ya sabes quién las envía?.

Hayato saltó del susto, y dirigió la mirada al pequeño celoso. Dándole así un sermón que lo dejaría solo en la cocina.

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𑁍
᪥
𝐴𝑙 𝑑𝑖𝑎 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒...

El joven Hayato tuvo toda la noche en su mente la curiosidad. Pensó y pensó sobre el tema, ¿Quién enviaría algo así?. Alguno de sus amigos para molestarlo o alguna chica de la que no tenía idea. Hasta entonces, el no prestaba atención a los detalles, pero molestando con Taka, se dió con una pista que estaba al alcance de sus ojos.

En la envoltura del ramo, decía: Florería XXX.

Da la casualidad que el chico conocía perfectamente donde se encontraba. Ya que, ¿Cómo no lo sabría, si era a dos cuadras de sus casa?. Todos los días pasa por allí, ya que la panadería está a dos casas de ese lugar.

Automáticamente tomó el ramo y salió directo a la florería.

Al llegar observó a sus lados, como buscando a alguien. Ryuuichi
Al verlo se quedó impactado, pero se escondió lo más rápido que pudo detrás del mostrador, rogando que el joven no se haya percatado de su presencia.

Hayato al no ver a nadie salió de la tienda desilusionado. Pero en ese momento llegó el hombre que podaba las flores, entonces preguntó:

-Joven, ¿En qué puedo ayudarlo?.

-Señor, disculpe las molestias, ¿Sabrá quien compró estás flores?. -dijo mientras le alcanzaba el ramo.

-Recuerdo haberlas plantado, también las saqué para entregarlas, pero no las vendí. De eso se encarga el chico del mostrador.

-¿Cual chico? -preguntó Hayato mirando hacia dentro de la tienda, como corroborando.

-Ahora lo llamo, espere un segundo.

El hombre entró y dejó allí las bolsas que al parecer traían tierra fertil. Luego llamó a Ryuuichi.

-¡¡Ryuuichi, hay un joven para atender!!.

Ryuuichi estaba debajo del señor, pero gateando, logró ir a la puerta de atrás. Por lo que al salir, se acomodó la ropa, quitó el polvo y entró como si nada hubiera sucedido.

-Disculpe señor, salí un segundo a tomar aire.

-Joven, pase, ahí lo va a atender mi compañero.

-Muchas gracias -dijo Hayato cruzando la puerta. Al mirar hacia a delante, sus ojos se abrieron cada vez más, ¿Ryuuichi trabaja ahí?. -Hola, Ryuuichi.

-H-hola, Hayato.

-No sabía que trabajabas aquí. Hubiera saludado cuando pasé por aquí.

-Realmente no llevo mucho tiempo-dijo entre risas, recordando el momento en que compró ese ramo y lo dejó en su puerta -Dime, ¿Qué necesitas...?

-¿Sabes quién compró este ramo?.

Un silencio se apoderó de la florería. Hasta que la tención se rompió apenas con la voz de Ryuuichi.

-Emmm, no lo recuerdo, son muchas las personas que vienen. Lo siento, no tengo idea.

-Bueno, igualmente gracias.

-No es nada -dijo aguantando los nervios para sonar más convencido, acompañado de una sonrisa forzada.

-¿A qué hora sales del trabajo?.

Ryuuichi se sorprendió pero disimuló al instante acomodando su ropa, mientras el joven aún con el ramo miraba hacia un costado.

-Mi horario de salida es a las doce...De hecho ya son las once y media.

-¿Quieres venir a mi casa? Vivo cerca, o podemos ir a algún sitio. -dijo Kamitani con una expresión seria, una reacción que Ryuuichi ya conocía, era la de Hayato cuando estaba ansioso. Esta misma información le ponía los nervios de punta al joven Ryuuichi, pero aún así continúo la conversación.

-¡N-no quisiera causarte un inconveniente Kamitani! Pero te agradezco la invitación.

-No es ninguna molestia, de hecho últimamente he pensado en salir un rato, y si quieres puedes venir. No es algo muy lujoso o divertido, pero aunque sea caminar para despejar un poco la mente.

-E-está bien, pero falta media hora. ¿Qué harás?.

-Te espero, No tengo apuro. Lo que debo hacer es dejar este ramo en mi casa. Voy y ahora vuelvo -dijo Hayato despidiendose, dejando a Ryuuichi con mucha vergüenza resguardada ante el joven, pero que se liberaría cuando este se haya retirado.

-¿Tengo una cita con Hayato? -dijo en voz baja. Con las manos en las mejillas rojas y el cabello desalineado.