"Eres mío." Secuela de Damien x Pip

Capítulo 1: Un diario

¿Qué es el Anticristo? ¿Lo sabemos? ¿Es simplemente el reverso de Jesús? ¡Demonios, y si el Anticristo ni siquiera es una persona! ¡Podría ser un cerdo, quién sabe!

Afortunadamente, Philip lo sabe. Oh, él lo sabe, pero también no lo sabe. No sabe lo que hará Damien. Cómo terminará. Cómo Damien pondrá fin al mundo.

Porque eso es lo que se supone que hace el Anticristo. Marcar el fin del mundo, y todos los lo suficientemente buenos irán al cielo.

¿Es eso lo que piensan los humanos?

~*~

Era un día normal, si estás acostumbrado a vivir en el infierno, como Philip y Damien.

Philip estaba sentado en su cómodo sillón en la biblioteca del castillo que Damien le había conseguido hace unas semanas.

Estaba leyendo el mismo libro que había estado leyendo durante los últimos días. Lo encontró bastante bueno, incluso si tuvo que saltarse algunas páginas debido a las escenas... menos que gustosas, pero no aparecían con frecuencia, así que estaba bien.

Estaba tranquilo y agradable. Por supuesto, solo un momento después, alguien arruinó la tranquilidad.

Philip levantó la vista de su libro y miró quién era, esperando que fuera Damien, pero no lo era. Era uno de los mayordomos, el más nuevo.

Philip lo saludó, "¡Oh, hola!" El mayordomo se arrodilló y se inclinó. Philip todavía se estaba acostumbrando a que la gente hiciera eso; era incómodo.

"Oh, por favor. No hay necesidad de eso. Cuando solo estemos tú y yo, siéntete libre de omitirlo". El mayordomo asintió y se puso de pie.

"Um... me dijeron que te entregara esto." Sostenía un paquete bellamente envuelto con un lazo amarillo delicadamente hecho en la parte superior.

"E-es de parte del Príncipe Damien". Philip sonrió mientras se levantaba y tomaba el paquete con cuidado.

"Oh, ¡es encantador!" Con cuidado, quitó el lazo y lo desenvolvió, sin querer arruinar el hermoso papel de regalo.

Dentro había otra caja con una tarjeta en la parte superior. La tarjeta era principalmente blanca con algunas líneas doradas en ella, haciendo hermosos dibujos.

"Oh, um... tengo que irme, pero antes de hacerlo, ¡también te dieron esto!" El mayordomo le entregó a Philip una copia de "Grandes Expectativas" de Charles Dickens. Philip frunció el ceño.

No podía ser que Damien le hubiera regalado esto. Él sabía cómo se sentía al respecto. Aunque para ser amable, lo aceptó, "Um... gracias. Lo pondré con los otros".

El mayordomo asintió antes de salir rápidamente de la habitación y continuar con su siguiente tarea del día.

Philip suspiró y fue hacia la sala trasera de la biblioteca. El bibliotecario no estaba allí, así que Philip sacó su propia copia de la llave y desbloqueó la puerta.

Dentro encontró la trituradora de papel y de inmediato tomó el libro y lo trituró.

Philip suspiró aliviado antes de salir de la sala trasera de la biblioteca y regresar a su cómodo sillón.

Fue entonces cuando recordó el regalo de Damien. Sonrió para sí mismo mientras lo agarraba de nuevo y miraba la hermosa tarjeta.

La abrió y suspiró de amor por lo que leyó en su interior.

Querido Philip,

Lamento no haber podido pasar mucho tiempo contigo esta mañana, pero hay muchas cosas sucediendo en el sistema político. Sé que no te interesa, así que te ahorraré los detalles.

Solo quería decirte lo que no pude esta mañana. Te amo mucho. Tu hermoso cabello rubio es tan lindo cuando está despeinado. Tu sonrisa ilumina mis días más oscuros en este lugar infernal. Y tu risa, es como un rayo de sol. Tu sombrero es adorable, y quería tenerte en mis brazos toda la mañana.

Junto a mi carta hay un regalo que te conseguí. Lamentablemente, no es tan grande como la Biblia original o la verdadera Constitución de los Estados Unidos, pero creo que te gustará.

Te amo, Damien.

Philip puso una mano en su pecho mientras agarraba la caja que estaba al lado de la carta y la abría.

Dentro había un diario bellamente elaborado con encuadernación de cuero y grabados en la portada. Era una obra de arte, y no pudo evitar pasar los dedos por la cubierta.

Abrió el diario y vio páginas en blanco con líneas, bueno, algunas. Las páginas con líneas tenían hermosos diseños en las esquinas. Flores, viñas y otras cosas de plantas.

Aunque también había algunas páginas completamente en blanco. Philip sonrió; pensó en lo que podría hacer con eso. Podría dibujar en las páginas negras, llevar un diario en las páginas con líneas, anotar ideas.

Philip no podía esperar para empezar. Así que, mientras se acomodaba en su sillón, tomó un lápiz y comenzó a pensar.

-¿Qué opinan todos ustedes?

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