Sol de medianoche [ getou x itadori]

capitulo cuatro

"Yo no soy aburrido"

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Evitaba sentirse decepcionado, sabe que no debió esperar nada desde un principio; ¿Shoko yendo a una sala donde estaría "lleno" de gente?, claro que no.

Shoko era increíble, pero últimamente ah estado tan ocupada como Satoru, y eso es decir un montón.

Así que se sienta en la banca, mira la comida delante de él. Pestañea cuando la comida no es lo que esperaba, era a la vista,  muy buena.

Para nada lo que la escuela ofrecía a sus estudiantes y a sus profesores.

Parecía y era curry, en su plato, mientras que en el Junpei había Omeruce que parecía recién hecho, cree que si pusiera un poco más de atención el Omeruce diría de si mismo "mírame, tan fresco, delicioso y único"

Aparta la vista cuando Yuji alza una ceja hacia él, el propio profesor tenía en su plato ramen de katsudon.

Apreta los labios, con fuerza hasta que parece que se hace daño.

— ... entonces Habiara simplemente salto sobre la cosa con fuerza y ....—se desconecta otra vez de lo que sea que Nanami estaba diciendo de su compañero de trabajo.

Mira su plato, toma la cuchara, siente el dolor en su estómago por el hambre de no haber comido en dos días enteros.

Prefirió tratar de dormir, sin embargo eso fue una total mierda también.

Al final espera que sea como la última vez; estar tan cansado que su cuerpo se rinda a dormir y descansar hasta que una nueva pesadilla llene su mente.

—... nanami siempre ha sido increíble — Haibara sonrie junto a sus palabras, desde que estuvo a naada de morir, sus palabras hacia nanami han tomado un giro y una intención que era tan obvia a excepción de Nanami.

Siente una pequeña pena por eso.

La conversación sigue así, sin que Getou formará parte de ellas mientras movía la comida de un lado al otro sin comerla, con ganas de que ese delicioso aroma llegue a su garganta y sin que pueda siquiera pensar en ponerla en su boca.

Está en eso unos veinte minutos, hasta que Junpei que, nota ahora, se ha manteniendo en silenció mientras Yuji, Nanami y Haibara conversaran.

La cosa es que el niño derrepente levantana la cabeza y le mira a los ojos, con sus facciones lindas y tímidas volviendose aún más tímidas.

Está a nada de gruñirle y burlarse de él cuando Junpei le sonríe.

—¿Es cierto que invocas maldiciones?—el susurro es bajo, pero parece que Yuji pudo escucharlo tan fuerte como hizo Getou.

—sí.

Es todo, espera a que el niño pierda el interés.

No es así.

—¿Puedes decirles que hacer?

—algo como eso.

El niño lo sigue mirando, Getou puede ver cómo ya casi no hay nada en el plato del muchacho.

—¿Cómo haces para que sean tuyos?— Junpei lo mira con enormes ojos brillosos de emoción.