𝐆𝐚𝐬𝐨𝐥𝐢𝐧𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐟𝐢𝐫𝐞 [𝐋.𝐒]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐎𝟗

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Los días pasaban y Louis escapaba todos los días a la Ciudadela para liberarse del trabajo, aunque debía volver por las noches sabía que cada hora que pasara las ganas de quedarse aumentarían. La relación con Harry se hizo más fuerte con el pasar del tiempo pero ninguno quería formalizar nada, el corredor por el miedo y Louis por sus dudas, a pesar de todo ello estaban bien y se sentían a gusto con el otro.

El menor se sentía caer por el líder cada día, ya sea por su sonrisa que hacía que aparecieran dos bonitos hoyuelos en sus mejillas, sus pequeños gestos como abrazarlo o robarle un beso de vez en cuando, y algo que Louis tenía muy presente era la forma en que manejaba el lugar. Harry caminaba y tenía una impresión igual a la de Niall el primer día que el menor fue con él a la Ciudadela, pero diez veces mayor: todos lo saludaban, le comentaban de sus ideas nuevas, de sus nuevos autos, a veces también pedían consejos, el líder de 1D era querido por todos.

―Te adoran ―dijo una vez Louis cuando vio al mayor terminar de chocar los cinco con uno de los adolescentes del lugar.

Harry lo tomó de la cintura y siguió caminando.

―Soy bastante popular con la gente ―respondió orgulloso y mirándolo― Sobretodo con los chicos...

Louis lo golpeó en el brazo y su boca armó inmediatamente un puchero, el líder bromeaba siempre con esas cosas sabiendo que él se pondría en modo caprichoso y medio celoso.

―¡Ya ya, Dulzura! Me duele ―el líder sobó su brazo después del golpe y tomando desprevenido al menor le robó un beso.

Louis sonrió satisfecho cuando se separaron y negó con la cabeza soltando una risa. El primer día que conoció a Harry su aura era completamente intimidante, lo hacía temblar y su mirada le causaba escalofríos, oh, pero quién pensaría que el líder del equipo más temido de carreras clandestinas iba a ser todo un oso cariñoso.

Al escuchar el sonido de la risa del empresario Harry lo miró de reojo y aprecio por unos segundos la belleza de su menor, vestía con unos jeans negros y una camisa color azul con un estampado blanco, la luz de la luna iluminaba su cara haciéndolo brillar.

Louis había llegado de imprevisto y dió vuelta la vida del líder, estaba agradecido y juraba que cada día a su lado era sentirse la persona más completa.

Pero tenía miedo.

Miedo de que su pasado llegara para arrasar con toda su vida ya puesta en marcha, temía que lo que había construido se cayera pedazos y sobretodo estaba aterrado de que le quitaran al menor de su lado.

―Ya deja de mirarme, pervertido ―bromeó el ojiazul pero al no recibir respuesta se preocupó y tomó del brazo al mayor parando sus pasos― ¿Harry, qué pasa?

El alto negó con la cabeza y ocultó sus preocupaciones diciendo que pensaba en el trabajo y en cuanto debería organizar para el día siguiente, Louis dudoso decidió creerle y cambió el tema.

La noche siguió y los chicos de 1D junto con Niall y Louis siguieron tomando, hablando, divirtiéndose y compartiendo historias hasta que el ojiazul tuvo que irse.

―Te llevo ―le dijo Harry a su menor cuando lo vio tomar un saco color gris de una silla cercana.

Louis lo miró agradecido pero listo para objetarle que no quería ser una molestia, sabía que debía trabajar y aparte Niall podía llevarlo, aunque Harry se le adelantó.

―No es una pregunta, Dulzura ―aclaró, sonriendo― Es bastante tarde para que un chico tan bonito cómo tu ande solo por las calles.

Unos gritos inentendibles salieron de la boca de los otros miembros y Michael simplemente hizo la mímica como si fuera a vomitar. El líder rió alto y los silenció al mismo tiempo que las mejillas de Louis se teñian de rosado.