𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟏

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▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼

―Siempre te pasas de los límites, Marko ―habló el recién llegado parado en la entrada de la habitación y mirando a su hermano― Te pidió que lo asustaras sin hacerle daño al chico y lo primero que haces es meterle un balazo, idiota.

Marko rodó los ojos y avisó que llamaran al médico que tenían allí para que viniera a ayudar.

―Fue algo leve, ¿que apunté a su cabeza? Obvio que si lo hice ―rió dándose la vuelta para enfrentar al otro― Pero sé lo que me pidieron, Jahir, así que desvíe el cañón para que no le diera.

Jahir sintió su estómago estrujarse al ver al ojiazul empresario atado a la silla, su cabeza colgando y su camisa anteriormente blanca ahora manchada con un rojo espeso y oscuro.

Caminó hasta el chico y subió su rostro tomándolo del mentón, giró unos centímetros su cabeza y examinó la herida que el arma había dejado entre el helix de su oreja y el lado lateral de su cabello. La bala no había atravesado nada sino que rozó la piel haciéndola sangrar, probablemente Louis se hubo desmayado por el susto y el dolor.

Cuando el doctor llegó soltó lentamente la barbilla del chico y lo dejó en manos del profesional que inmediatamente se puso a curarlo.

Ambos hermanos salieron de la habitación para luego sentarse en una larga mesa en el centro de la casa.

―Veo que tomaste medidas con tu cabello ―el de cabello negro miró atentamente el nuevo color de cabello y aplaudió― Realmente te quedan bien todos los colores, es impresionante, aunque debo admitir que el amarillo de ahora es mi favorito.

Era en esos momentos donde Jahir imaginaba cómo sería su familia en una situación normal, tal vez ellos dos hablarían de deportes y compartirían ideas sobre nuevos colores de cabello o hablarían de que hicieron en el día, sus trabajos, amigos, pero siempre que aquel hombre entraba por la puerta sabía que esas cosas nunca pasarían.

―Señor ―dijeron ambos con una leve reverencia como saludo al sujeto que entró vestido en traje.

El mayor los miró analizándolos con sus ojos verdes, que solo transmitían autoridad y asintió con la cabeza para que sentaran.

―¿Está aquí? ―su voz potente resonó en el espacio y Jahir afirmó con un movimiento.

―Aunque puede que Marko se haya pasado y lo haya desmayado ―comentó el de pelo amarillo― Ah, también es probable que esté sangrando.

―¿Al menos fue realista? ―volvió a preguntar el mayor y ambos menores afirmaron― Maravilloso entonces, eso es lo que queríamos.

Un silencio reinó en la sala y el de traje miraba a la nada pensando.

―¿Qué me dicen de... ―no pudo terminar de hablar, no diría su nombre.

Marko entendió a que se refería y le explicó todo lo que estaban planeando.

―Genial, sabía que podía confiar en ustedes dos, nuestro legado sigue siendo igual de fuerte.

Minutos luego el mayor se había ido y los hermanos se pusieron manos a la obra para seguir con su plan. Matarían dos pajaros de un tiro, cumplirían con su misión oficial y a la vez arreglarían los cabos sueltos de su familia.

Caminando por los pasillos hacia la sala de armas Jahir se dedicó a mirar los cuadros colgados en las paredes de la casa, la mayoría eran cuadros sin sentido salvo el más grande colocado en centro del pasillo principal. Cinco personas se erguían en el lienzo, el mayor de todos al fondo y los cuatro menores delante suyo, todos vestidos de trajes negros y con sonrisas en la cara.

𝐆𝐚𝐬𝐨𝐥𝐢𝐧𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐟𝐢𝐫𝐞 [𝐋.𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora