Capitulo 1

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Desde tiempos antiguos los milk y los choco han sido enemigos, no hay ningún registro de que en un cierto tiempo estos dos bandos se llevarán bien. En la época actual siguen con esa rivalidad haciendo guerras, mayormente por territorio, así creando un muro de división el cual marcaba el territorio que les pertenecía, cada cuando se realizaba una guerra, una parte del muro se destruía para así llevar a cabo la batalla, si uno de los bandos terminaba victorioso el muro se reconstruia dándole un poco más de espacio al bando ganador. Esa práctica se sigue realizando pero con menos frecuencia.

En el tiempo actual existen las escuelas militares para futuros aspirantes a soldados, los hombres no tenían opción y por obligación tenían que asistir, por el contrario de las mujeres ellas sí tenían opciones, está carrera empieza cuando el milk tiene 14 años y dura aproximadamente 14 años.

En un pequeño pueblo del lado de los milk, vivía un milk muy curioso de cabello castaño y ojos ámbar de 14 años, el día de mañana empezará a ir a la escuela militar, a el chico no le quedaba la idea en la cabeza de ir a la escuela pero le daba igual, ya terminando de acomodar sus maletas se acostó en su cama y se dispuso a dormir por última vez en su cama, que mañana será un nuevo día.

En la mañana siguiente su madre lo despertó para avisarle que el desayuno estaba listo, el chico con fastidio se levantó de su cama aún con sueño se dirigió al baño para cambiarse su ropa, se puso una camisa blanca con toques rojos, unos pantalones y un par de calcetines. Al salir del baño procedió a agarrar sus maletas dirigiéndose a la puerta, no sin antes despedirse de su habitación.

—Buenos días —dijo su madre.

—Buenos días —dijo el de ojos ámbar dejando sus maletas en la puerta de salida.

—¿Cómo dormiste? —preguntó su madre mientras sacaba de una de las alacenas un sartén.

—Bien, supongo —respondió para proceder a sentarse en la silla de la mesa del comedor.

—Bueno, en ese caso te prepararé un par de huevos con salchicha para empezar tu día con ánimos —dijo con alegría la castaña para levantarle los ánimos a su hijo.

—Gracias madre.

—No hay de qué, y cuéntame ya planeaste el rol que vas a agarrar al terminar la escuela —dijo la castaña, mientras le ponía la sal a los huevos que estaba preparando.

—Estuve pensando en agarrar el rol de ser un bombardero como papá.

—¡Estupendo! Tu padre y yo nos conocimos en la escuela a la que vas a ir el día de hoy. Si te consigues una novia ahí, no te olvides avisarme— dijo la castaña sirviendo el desayuno al otro castaño.

—Mamá tampoco digas ese tipo de cosas, no estoy interesado en tener alguna relación amorosa, aparte solo voy a estar centrado en el entrenamiento y solo eso —dijo el de ojos ámbar para después darle un bocado a su desayuno—. Está muy bueno el desayuno, muchas gracias madre.

—Lo que tú digas cariño.

Al terminar el desayuno, procedió a entrar en el coche de su madre con sus maletas para ir directo a la estación de trenes, en el caminó el de ojos ámbar no paraba de asimilar el hecho de que estará viviendo en esa escuela por 12 años, estaba nervioso y confundido. «¿Es muy necesario asistir a esa escuela? ¿Hay alguna razón en particular? ¿Por qué su madre le insiste en asistir a esa escuela?». Pensó el de ojos ámbar aún más tembloroso.

—¿Estás bien hijo? Te veo un poco nervioso —le preguntó su madre viéndolo desde el espejo central.

—No te preocupes madre, todo está bien —dijo el de ojos ámbar aún más nervioso notando como su madre lo miraba con una ceja alzada.

Dos mundos, un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora