capitulo 2

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Actualizacion, no se olviden de comentar y votar que lo aprecio mucho para continuar actualizando, besos.

...

Baji se encontraba en el pequeño konbini del barrio, mirando con una mezcla de horror y preocupación los precios de los alimentos en las estanterías. Su billetera apenas contenía un puñado de billetes y algunas monedas, y la canasta básica de alimentos que necesitaba rozaba los trescientos mil yenes, casi cuatrocientos. La situación le horrorizaba, ya que su dinero apenas alcanzaba los cien mil yenes.

Con cuidado, examinó la sección de alimentos a punto de vencer y seleccionó varios productos con fecha de caducidad cercana. Sabía que no era la mejor opción, pero era la única manera de llenar su estómago sin gastar todo su dinero en una sola compra.

Sin embargo, no pudo evitar tentarse cuando llegó a la sección de cigarrillos. A pesar de su situación financiera precaria, su vicio lo llamaba con fuerza. Durante momentos de abstinencia, solía ponerse irritable y agresivo, algo que quería evitar a toda costa en ese momento.

Fue en ese instante cuando una voz conocida lo sacó de sus pensamientos.

— ¡Baji! ¡Mi muchacho, te estuve buscando! —Una mano tatuada en su hombro lo hizo girar para encontrarse con Hanma, un tipo con mala fama en el bajo mundo. Era conocido por sus alianzas con diferentes bandas y su pasión por apostar fuertes sumas de dinero en las peleas clandestinas. Baji se apartó ligeramente, frunciendo el ceño ante la presencia de Hanma y su comportamiento maniaco.

— ¿Dónde has estado escondiéndote? ¿Vas a ir a Moebius con los chicos del sector de Shibuya a pelear, verdad? —preguntó Hanma con una sonrisa burlona.

Baji se encogió de hombros y evitó hacer contacto visual prolongado con el hombre. Sabía que no era buena idea involucrarse con Hanma, quien rara vez se aventuraba solo. De reojo, observó la entrada del konbini, preocupado de que los matones de Hanma pudieran estar esperando afuera.

— ¿Esa niña es conocida tuya? —continuó Hanma, señalando hacia donde estaba parada una chica con cabello largo y rosado, mientras varios tipos parecían hablar animadamente cerca de ella. Baji, molesto por la conversación, decidió ignorar la pregunta y se dirigió hacia la caja para pagar rápidamente, con Hanma siguiéndole el paso y observando su reacción con diversión.

— ¿Es tu novia? —insistió Hanma con una sonrisa maliciosa, refiriéndose a la cicatriz en el ojo de la chica—. A mis chicos les ha llamado mucho la atención esa fea cicatriz en su ojo. ¿A ti no?

Baji trató de bloquear las palabras de Hanma y se centró en buscar las monedas necesarias en su billetera para pagar su modesta compra. Sin embargo, se detuvo en seco al ver cómo Hanma pagaba sin problemas sus compras, incluso dejando un generoso cambio para la cajera.

— Quédate con el cambio, linda —dijo Hanma mientras guiñaba un ojo a la joven cajera. Baji gruñó de frustración y empujó a Hanma levemente.

— Hey, yo puedo pagar, idiota. ¿Quién te crees que...?

La mirada divertida y burlona de Hanma lo interrumpió.

— Tómalo como un adelanto, esta noche vas a pelear, y he apostado una buena suma a que ganarás. No me decepciones, Ba-ji.

Baji tomó la bolsa de alimentos y salió del establecimiento, sintiéndose molesto por la situación y por el hecho de que Hanma habia apostado una gran cantidad de dinero por el, sabia lo que le pasaba a los chicos que perdian cuando Hanma daba dinero por ellos. La carga de la preocupación financiera y el inesperado encuentro con Hanma pesaban sobre él mientras caminaba por la acera.

Al llegar a la zona donde estaba aparcada la moto de Hanma, notó que Sanzu estaba sentado, admirando la moto con ojos llenos de anhelo. Sus ojos seguían la silueta de la motocicleta con una mezcla de admiración y nostalgia, recordando cómo su hermano mayor tenía una moto similar.

Baji lo sacó de su ensimismamiento haciendo sonar la bolsa de alimentos en su mano. Sanzu, con una sonrisa, se volvió hacia él.

— ¿Alcanzó para varias cosas? —preguntó Sanzu mientras tomaba la bolsa y notaba los productos marcados con plumón, indicando que eran los de precio más asequible. Baji asintió, pero su expresión seguía siendo seria.

— Esto será temporal. Pronto conseguiré algo mejor —dijo Baji, con las manos en los bolsillos. Sanzu asintió, entendiendo la situación. Aunque no lo sabía, Baji estaba decidido a pelear esa noche por una fuerte suma de dinero. No era algo que le llenara de orgullo, pero se daba cuenta de que era necesario para solventar algunos problemas económicos, especialmente desde que aceptó quedarse junto a Sanzu, cuyas necesidades y gastos habían aumentado gradualmente.

Sanzu no trabajaba, y la única habilidad que Baji tenía era la de pelear y su conexión con la yakuza. La oportunidad de ganar dinero de esa manera se presentó y la aceptó sin dudarlo, ya que Sanzu se había convertido en su prioridad desde que comenzaron a vivir juntos.

Cuando llegaron a "casa", el sol ya se estaba poniendo en el horizonte. Habían pasado varias semanas desde que se encontraron y desde que Baji aceptó su situación. No tenía a dónde ir y su situación financiera estaba en ruinas. Vivir con Sanzu era la única opción que le quedaba, a pesar de sus reservas iniciales. Con el tiempo, se había acostumbrado a la presencia del chico y había aceptado su nueva realidad.

Sanzu se dirigió a la alacena y sacó unas velas medianamente consumidas. Con cuidado, las colocó en la mesa de la cocina y las encendió con un encendedor. Desde que comenzaron a vivir allí, les habían cortado la electricidad, y por el capricho de Sanzu y su miedo a la oscuridad, habían optado por comprar velas y un encendedor para iluminar el solitario lugar que ahora llamaban hogar.

Baji se acercó a Sanzu y, con un gesto, le pidió el encendedor. Sanzu se lo entregó mientras sacaba los pocos productos de la bolsa de plástico. Miró con emoción los mochis, que eran sus favoritos. Cuando levantó la mirada para comentarle a Baji sobre su elección, notó que este ya no estaba a su lado.

Sanzu, con agua y dos onigiris en mano, se dirigió al patio Sano, donde encontró a Baji fumando. Los últimos vestigios del sol se desvanecían en el horizonte, y Baji parecía sumido en sus pensamientos. Sanzu notó su estado de ánimo, pero decidió no perturbarlo. Se sentó en el suelo de madera del Dojo Sano, abrió uno de los onigiris y dio un mordisco, tratando de no interrumpir la burbuja de pensamientos de Baji. Sin embargo, cuando el pelinegro se percató de su presencia, lo miró con el ceño fruncido.

— Deberías comer adentro. Compramos las velas por algo —le recordó Baji al acercarse a Sanzu. Este extendió la mano, ofreciéndole el otro onigiri.

— Come algo. Vas a enfermar si solo fumas y no comes —advirtió Sanzu mientras fruncía el ceño. Baji se sentó a su lado y negó con la cabeza.

— No tengo hambre. Come tú. Estás muy delgado y das miedo —bromeó Baji, provocando una mirada de reojo de Sanzu.

— Si solo como yo, me sentiré culpable de que no tengas dinero para otras cosas —respondió Sanzu encogiéndose de hombros mientras terminaba su onigiri. Luego, miró con determinación a Baji.

— No seas tonto, el dinero no es un problema para mí, solo es algo temporal —respondió Baji, con determinación en su rostro. Sanzu notó la resolución en los ojos del pelinegro y encontró un atisbo de similitud con Shinichiro en su actitud. Esa familiaridad lo hizo sentir más cercano a Baji, y no dudó en recostarse cómodamente en su hombro, asintiendo en acuerdo con lo dicho por Baji.

— Todo es temporal, Baji, todo —susurró Sanzu con calma mientras miraba el cielo que empezaba a oscurecerse. Baji, aunque sorprendido por la cercania del pelirrosa, no objetó. Estaba demasiado cómodo para apartar a Sanzu y se limitó a dar una calada larga a su cigarrillo, observando las primeras estrellas que comenzaban a brillar en el firmamento. Reflexionó sobre las palabras de Sanzu.

Mientras Baji continuaba perdido en sus pensamientos, su mente se volvió hacia la pelea clandestina que tenía programada para esa noche. No quería que Sanzu se viera involucrado en su mundo oscuro y peligroso. Era consciente de los riesgos que implicaba pelear en ese tipo de eventos y no estaba dispuesto a poner en peligro a la única persona que tenía en su vida después de la partida de Mikey y Shinichiro.


Tu y yo en la tragedia ; Baji x SanzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora