(1er borrador) Capítulo I: Pasos Solitarios

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Recuerdo ese dia como si fuese hace unas horas, aunque ya haya pasado tiempo. Los pasos resonaban alrededor de los pasillos del edificio, en dos tempos claramente distinguidos. Si no se tenía cuidado con el sonido, este se propagaba peor que la propia infección. Por un lado se encontraban pasos rapidos, agitados y que resonaban en los charcos de agua estancada y florecida, eran los pasos de alguien escapando, cuya canción funebre era complementada por el segúndo tempo. Aquel erratico y asqueroso sonido que acompañaba a la muerte misma como su musa más asquerosa, puesto no se trataba de un solo ser, sino un grupo, o inclusive podria decirse, una manada.
El sonido se me hizo molesto cuanto menos. Me acostumbré al silencio de este edificio ya hace tiempo, aunque no puedo quejarme supongo, nunca me moleste en poner trampas para las personas. El piso dos estaba plagado de cosas mas que suficientes para los infectados pero bastaba con tener dos dedos de frente para no caer en ellas, de esta forma no podria morir por mi propia estupidez.
Siento lentamente como los pasos se van acercando, lo cual esta vez si, me irrita bastante. El piso entero era mi hogar, asique esta persona podría solo estar tomando mis cosas mientras atrae una horda de esas cosas. No puedo permitir que eso ocurra.
O eso era lo que pensaba...
Tome mi arma, un rifle M16A4 modificado por mi mismo, con lo que encontré claro. Siempre fui algo geek segun mis amigos, en especial con todo el tema de las armas. Me gustaba jugar shooters antes del apocalipsis, y mi favorita siempre fue la M16, buena cadencia y potencia, la 5,56 es comun, y es mas modificable que una computadora. Me gustaría decir que me cayó del cielo, pero la verdad es que me tomo un par de meses de buscar entre los restos de personas y comisarías hasta conseguirla. Pensé en ir a la armería de la ciudad a modificarla apropiadamente y conseguir munición, pero queda del otro lado de la ciudad, atravesando el centro, asique descarté la idea...
Pero me estoy yendo por los hilos.
Tomé mi arma firmemente y patee la puerta de la habitacion que usaba de escondite, y para cuando levante mi arma, vi a una chica correr hacia mi sacando un cuchillo. Sabia cual era mi primer preocupación, asique ni bien la tuve en rango, le coloqué un golpe en el estómago para reducirla (si mi entrenador viera eso, esas cosas serian lo de menos...), y luego quite el seguro de mi arma, disparando sin dudas contra el grupo. La ventaja de los pasillos no era suerte, habia elegido este edificio por tener pasillos angostos, de esta forma basta apuntar a la altura de la cabeza y disparar de a una bala para limpiar hordas enteras.
Quiza llegues a pensar que soy una especie de genio o algo asi, pero la verdad solo aprendí de ver a otros fallar. Voy donde se que alguien murio, veo que hizo mal, y evito hacerlo. No es nada del otro mundo, o bueno... no es raro en este mundo.
Tras limpiar la horda, apunto mi arma hacia la chica, pero no me juzgues, harias lo mismo en mi situación. Rapidamente la interrogué, la pregunta rutinaria, se habia hecho usual entre los pocos que quedabamos...

-¿Amiga, o enemiga?
-Eso... depende...
-¿De qué?

Le respondí, acercando el cañon del arma, por mas bruto que llegue a sonar.

-De si me vuelves... a patear asi...

Pense un momento en su respuesta, y paso siguiente bajé el cañon del arma y puse el seguro.

-Eso tambien depende.
-¿De qué?
-De si intentas llevarte algo.
-Es justo...

No parecía de un refugio o algo asi, incluso a través de la ropa, se notaba que no le faltaba el ejercicio que conllevaba sobrevivir. Ya habia visto un par asi, aunque nunca duraban mucho, y prefería guardarme las molestias de verla morir.
Tras verificar el seguro cambié el cargador y revise el que tenía, "doce balas desperdiciadas en una extraña", fue lo que pensé en ese momento. En retrospectiva debí pedirle algo a cambio, pero tenia demasiado en la cabeza como para que eso me importara justo entonces, acababa de disparar en mi maldito hogar, con todo el ruido que conlleva. Moverme no era opcion, debia deshacerme de los cuerpos antes de que esporaran. Sin dirigirle la palabra me metí en otro departamento, donde había puesto una suerte de almacen, aunque a cualquier vista desabastecido. Tome la caja de balas y comencé a rellenar mi cargador. Y si prestaste atencion quiza notaste que antes dije que las balas de 5,56mm eran comunes, y si, lo eran, pero ya nadie fabrica balas, y a menos que quiera aprender a usar arcos debo cuidar mi munición. Por suerte no era un problema entonces, aunque si me irritaba tener la vista de una extraña sobre el hombro.

-¿Que haces?

Le pregunte cortante, resulta que por algun motivo entendió que deseaba tener su compañía y estaba curioseando lo que hacía y mi "almacen". Obviamente me irritó que no se largara de inmediato, asique termine de rellenar el cargador a su tope y lo guarde en mi cinturon.

-Yo...
-Mira no se que entendiste por lo que hice, pero yo solo vi una horda en mi hogar y hice lo que debia, asique si crees que me debes algo, pagamelo yendote ya de mi hogar.
-Okey...? Escucha, no se que te ocurre, ambos intentamos sobrevivir y no es que tuvieras un cartel de "no traer una horda intentando escapar de ellos".
-Psta en el piso dos.
-...
-Sal de aqui.

Me comenzaba a agotar ya de su presencia, no se si era por su actitud o si es simplemente que llevo mucho tiempo solo, pero no tenia ganas de escuchar sobre cuentos de rosas.

-¡No puedes solo echarme!

Eso fue una gota en un vaso realmente pequeño, asique saqué mi Glock 17 y le apunte fijamente. Quiza te parezca exagerado, en retrospectiva lo fue, pero en mi defensa no sabía nada de esta tipa y podria ser tranquilamente una asesina.

-Claro que puedo, asique pruebame, te reto.
-Okey okey, calmate, no tengo mas que mi cuchillo, ¿si?

Dijo sacandolo lentamente y dejandolo en el suelo, supongo que pensaba que con eso me convencería, aunque estaba lejos de ello.

-Guardalo. Me da igual como estes armada. Te irás de aquí.
-Pues si me echas buscare unos saqueadore solo para decirles donde estas.
-Hm... tienes razon... no puedo dejarte ir.

Saqué el seguro del arma ante su vista aterrada, y ya sé, ya sé, fue exagerado y muy lúgubre de mi parte pero ¿que quieres que diga? Paso tiempo desde que vi a alguien, y eso que ya era malo haciendo amigos.

-¡E-Espera!
-¿Y ahora que?
-P-Podemos trabajar juntos

Me lo dijo temblorosa. Tenía miedo a morir, y recuerdo lo que pense en ese momento. "No quiero matarla...". Que quiza suene simple, pero contando como me estaba portando era algo un poco contradictorio...

-No gracias.
-P-Porfavor...

Se tumbo de rodillas, al borde de las lágrimas, y en ese momento solo podia pensar en el cargo de conciencia que hiba a desarrollar si jalaba el gatillo, asique puse el seguro otra vez y guarde mi arma, notablemente estresado. Le dije que me esperara y tomé unas cosas de mi almacen para luego irme. Ahora ¿dejarla en el almacen con mis cosas e irme?, probablemente te preguntes porque hice eso, y la respuesta es simple. Si en el tiempo que cocinaba una olla de fideos intentaba robarme, tendria un motivo para matarla, caso contrario, estaba atado a ella a mi pesar.
No puedo decir que no me decepcione cuando la vi sentada junto a la pared al volver. No habia tomado nada, y, supongo que en una especie de muestra de confianza, vació la pequeña mochila que llevaba.
Tenía bebidas energeticas, leche, y agua, a demas de unas barras de cereal.
Pensarias que era insalubre, pero para sobrevivir solo era ideal. Las bebidas energeticas y la leche hidratan mejor que el agua, pero no la remplazan por completo, por eso tambien la llevaba. Las barras de cereal no eran su comida, eran raciones de emergencia. Sea quien fuera, se notaba que sabia lo que hacía, lo cual me extraño por su forma de ser.
. . .
O eso diría usualmente. Verás, que varios años pasados, una bebida a base de azucar no es buena idea, y menos leche no refrigerada, aunque, viendola de cerca, esta se veía en buen estado... curioso.
Comimos juntos, aunque en silencio, no tienes ganas de hablar luego de haber visto el cañon de un arma, ni de hacerle ver uno a alguien. Supongo que me tenía miedo, aunque recuerdo que me preguntaba cuando fue la ultima vez que comí con alguien, en especial con una chica. De hecho... creo que fue la primera vez... en serio era un perdedor antes...
No la moleste mucho, le explique donde quedaba cada cosa, luego le di un saco de dormir, y la invite a la carpa que tenia en el centro del puso. Se vehía reacia a compartir tienda, pero, en un septimo piso, con el aislamiento dañado, humedad, y viento, conservar calor era clave para evitar enfermedades, asique fue facil convencerla, aunque como te imaginaras, ni le dirigí la mirada.
Fue una curiosa forma de conocer a alguien, aunque no me sorprendía realmente, a veces llegaba a desear ver a otra persona que no fuera mi mismo.
Pero no me imagine que desembocaria todo esto...

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