~ Capítulo 1 ~

754 17 0
                                    

Me desperté y me di una ducha para ir a clase.

- Hola Aria. - escuché una voz entrando mientras me cambiaba.

- Hola. - me giré y dije al ver a Chico.

- Estás muy linda hoy.

- Estoy prácticamente desnuda.

- Ya lo sé. - me dijo mientras se acercaba más a mí, me agarraba la cabeza y me giraba para besarme y tocar mi cuerpo medio desnudo.

Me aleje de él.

- Qué pasa cariño?

- No tengo ganas Chico... Tengo que cambiarme. - le dije dándome la vuelta.

- Vale... Te veo luego linda. - dijo y se fue.
Me terminé de cambiar y fui a desayunar algo.

- Hola Aria. - dijo Saya sentándose a mi lado. - No tienes muy buena cara.

- Estoy reventada, no he dormido mucho. - dije

- Pues hoy no puedes descansar.

- Por qué? - le pregunté a Saya

- El maestro Lin te ha puesto ir a buscar a alguien... Un chico huérfano de nuestra edad.

- Bien, al acabar iré a hablar con él. - dije.

Cuando terminé de desayunar fui al despacho del maestro Lin.

- Buenos días profesor, Saya me ha dicho que me necesita. - dije cuando lo vi

- Si Aria, tienes que ir a por un chico y convencerlo de que estudie aquí.

Cuando el maestro me lo explicó todo me preparé porque esa misma noche iba a salir a buscarlo.

Fui a algunas clases y después fui hacia el comedor.

Sentí una mano en mi cintura. - Hola linda. -

- Hola Chico.

- A donde vas amor?

- Voy al comedor.

- Hoy comerás con nosotros.

- Iba a ir con Saya. - le dije

- Ven con nosotros cariño, hace tiempo que no te sientas a nuestro lado. - me dijo, no me gustaba hacer enfadar a Chico asique acepté.

Llegué al comedor y me senté junto a él en la mesa, pasó su brazo por mi hombro y nos sirvieron la comida.

- Tienes planes esta noche amor? - me preguntó Chico

- Pues la verdad es que si.

- Y qué harás?

- Nada, una tarea que me ha encargado Lin. - contesté

- Si es sobre matar a alguien o ya sabes, ese tipo de cosas que suele encargar y no te apetece hacerlo dímelo... Mandaré a alguien en tu lugar.

- No tranquilo, no es nada de eso... Solo tengo que encontrar a alguien y traerlo aquí.

Cuando acabé de comer me fui a mi habitación a descansar un rato porque esta noche no sabía cuánto iba a tardar en encontrar al tal Marcus.

Estaba tumbada en la cama intentado quedarme dormida y llamaron a la puerta.

- Adelante! - dije para ver quién era. Chico entró en mi habitación

- Amor... No te sientes bien? - me dijo sentándose en la cama.

- Si, estoy bien, solo quiero dormir un rato. - me dije para que no se preocupase.

- Te importa que me quedo contigo? Hace tiempo que no pasamos tiempo juntos.

- Claro. - dije y se levantó para cerrar la puerta con llave y se metió entre las sábanas junto a mi.

Comenzó a besarme y a tocarme.

- No me apetece mucho. - le dije parándole.

- Últimamente nunca quieres. - me dijo

- Esque hoy estoy muy cansada, no he dormido bien y no tengo ganas de nada. - dije intentado explicarle.

- Está bien amor. - me dijo acariciándome la cara, me abrazó y se acomodó a mi lado. - Descansa, en un rato te despertaré. - me dijo, cerré los ojos y unos minutos más tarde me quedé dormida.

- Aria, despierta. - escuché la voz de Chico y me comencé a despertar.

- Qué hora es? - le pregunté abriendo los ojos.

- Son las 9, recuerda tu tarea de esta noche.

Me levanté de la cama y fui al baño.
Después me preparé para irme.

- Te veré esta noche? - me preguntó Chico

- No lo sé todavía... Puede que llegue tarde o puede que encuentre al chico en 10 minutos.

- Está bien... adiós. - me dijo, me dio un beso y salí de la academia.

Estaba caminando yo sola por la calle, tenía mis armas bien escondidas y nadie sospecharía, además era el día de los muertos.

Mientras caminaba hacia la zona donde vivía Marcus me puse a pensar en algunas cosas.

Llevaba siendo novia de Chico mucho tiempo, pero no por que yo quisiera. Su familia me ayudó mucho en un pasado y para compensar acepté estar con Chico y antes lo soportaba, pero ya no sentía nada por él y me parecía absurdo seguir junto él.

Aunque me daba miedo dejarlo por su familia y porque él era peligroso y ya había tenido varias peleas fuertes con él, tanto que había llegado a pegarme.

Decidí dejar de lado esos pensamientos y centrarme en encontrar al chico.

Llegué a una gran plaza donde había mucha gente, vi a un chico agachado cogiendo un porro que había en el suelo y dándole unas caladas a la colilla.

Cuando se levantó enseguida lo reconocí, era él. Se le veía mareado por lo que estaba fumando y un poco distraído.

Me fijé en él y también me miró, nuestras miradas conectaron, pero de repente vi que alguien estaba armando bulla acercándose a él... Era un hippie y Marcus se estaba fumando su porro y no se qué más.

Vi que él chico empezó a correr con el hombre tras él, se alejaron de la gente y fui corriendo tras ellos.

Llegaron a un callejón sin salida, Marcus estaba atrapado y al hombre se le veía muy enfadado. Saqué una navaja de mi bota y me acerqué poco a poco.

Puse mi navaja en el cuello del hippie agarrándolo por detrás.

- Deja en paz a este chico. - le dije

- Tranquila guapa, no haré nada malo. - me dijo el hombre mirándome de reojo sin mover la cabeza

- Yo si haré algo malo como no lo dejes en paz. -  le amenacé al hombre

- Está bien... No me volveré a meter con él.

- Cuando te suelte quiero que desaparezcas de aquí y si te vuelvo a ver no voy a tardar en contarte la garganta. - dije con una voz todavía más borde, el hombre aceptó y cuando lo solté salió de allí corriendo.

Guardé mi navaja de nuevo y cuando miré a Marcus estaba sorprendido mirándome, ambos nos quedamos mirandonos en el callejón.

CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora