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"Quiero saber si todavía
te quedará un
poquito de amor por mi.
La carretera de hace larga y
yo siento que puedo morir"
-"La carretera" Prince Royce.

El frío dolía esa mañana, el sol débilmente alumbraba mientras los pájaros buscaban un escondite para pasar el frío mientras poco a poco el sol dejaba de luchar y daba paso a las nubes que avecinaba una tormenta.
El chico caminaba hacia la cafetería donde el otro lo había citado, con las manos temblorosas y no por el frío, sino por los nervios.

Abrió la puerta y el sonido de la campana se hizo presente en el ambiente, en una mesa en el fondo lo esperaba él; con una sonrisa, esa sonrisa que un tiempo atrás lo había hecho felíz.

—Viniste -dijo el rubio con una sonrisa.
—No tenía opción -respondió el chico de cabellos negros.
—Por favor Binnie...
—¿De que querías hablar? -dijo el chico, sentándose frente a él. —Debe ser demasiado importante como para hacerme venir hasta aquí.

El rubio bajó la mirada, sus manos temblorosas intentaron tomar la mano del otro pero este la apartó ligeramente, el rubio suspiró y habló.
—Terminé con Seungmin -dijo mirando a Changbin con una mueca de tristeza.
—Espera -dijo él e hizo una pausa-, me hablas después de tres años solo para decirme que terminaste con tu novio...eres demasiado hipócrita Bangchan -murmuró el final, mirándolo fijamente mientras las lágrimas amenazaban por salir.

—Escucha Binnie -dijo el rubio ahora si tomando la manos de Changbin- podemos ser felices...yo aún te amo, te amo como nunca lo había hecho yo..
—¡Cállate! -interrumpe Changbin casi saltando de su silla- ¡Eres un hipócrita! Vienes aquí a decir que me amas después de que decidiste no tenerme en tu vida, ¿Sabes? No puedo volver a amarte aunque quiera.

—No puedes -murmura Bangchan poniéndose de pie- no puedes, yo entiendo y lo sé fui un idiota pero, ¿puedes perdonarme?

—Te perdoné hace mucho -dice él poniéndose de pie- pero no pienso volver, no después de todo.

Diciendo esto salió de la cafetería directo a su casa con los ojos llenos de lágrimas y el corazón latiendo a mil por hora, sus manos temblaban y ahora no era frío ni nervios, era rabia. Rabia por que Bangchan había decidido que él era una segunda opción, por que no luchó por el amor que le profesaba, por que su corazón lo había destrozado.
Y ahí estaba, viajando por el mundo a cada lugar que compartieron su amor para recolectar cada pedazo de su corazón destrozado que, aunque quisiera, nunca estaría completo...por que sin duda él tendría un pedazo para toda la vida.

Memories Of A Love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora