Kelly Brooks es una patinadora nacida en Winnipeg y la siguiente ganadora olímpica.
Su hermana, es la mujer del entrenador.
Theodore Lee es un prodigio del hockey sobre hielo y el nuevo fichaje de los Dodgers.
Llega a la ciudad Canadiense a inicio...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para ser tan solo el segundo día de septiembre, hace más frío de lo que debería. La cafetería de la universidad parece un congelador.
—Me estoy congelando el trasero.
Holly se queja mientras abrocha su abrigo hasta la nariz, para resguardarse del frío.
—Toma —le lanzó mi bufanda.
—Lo siento —se encoge de hombros—. Pero no vivo en una pista de hielo como tu.
—Brooks ¿Porque se ha convertido en rudolf mi novia? —Jordan aparece detras de ella—. Esta mañana estaba normal.
Deja un beso en su cabeza y una taza de chocolate caliente para cada una. Holly resopla por el comentario, cruzando sus brazos.
—Te quiero tanto —muestro mi sonrisa, para luego dar el primer sorbo.
—Lo siento, Brooks, pero por si no lo sabias, salgo con rudolf.
Pasa su brazo por encima de la peli miel, intentando brindarle calor. Ella intenta negarse, pero el frío le puede y acaba acurrucadose en sus brazos.
—No sabía que mi novio era tan gracioso.
—¿Tienes los ejercicios de hoy? —ignora a su novia, poniendo sus ojos en mi. Asiento—. ¿Me los dejas? Por favor —pone ojitos de cachorro.
—No hace falta que te pongas bizco, amor. Kelly te dará los ejercicios igualmente —Holly le da un suave toque en la nariz.
Jordan sonríe embobado y la besa.
—Sigo aquí.
Me quejo al ver que el beso es más largo de lo que me gustaría presenciar.
—No sabía que tu novia era rudolf, Jordan.
Lucas aparece junto a Lee. El primero se sienta a mi derecha, mientras que el nuevo se coloca a mi izquierda. Puedo notar lo tenso que está y como se pone lo más lejos de mi que la mesa le permite.
Es imposible que le caiga mal, no he hablado con él más que para presentarme.
—Ni se te ocurra comentar algo Lee —Holly amenaza—. Me caes bien, no lo arruines.
El chico levanta las manos en señal de paz.
Ah, con ella si que se lleva bien.
—Toma —le extiendo los ejercicios a mi mejor amigo.
—¿No los has hecho? Eran para hoy —Theodore abre el tupper que previamente ha sacado de su mochila y empieza a comer.
Jordan se encoge de hombros, mientras empieza a copiar los ejercicios. Gruño cuando el sonido del timbre resuena en el comedor.
Tan solo nos queda una clase, pero por desgracia es matemáticas.
—Venga quejica, que el señor Green se enfada si no llegamos a tiempo —Lucas agarra mi mochila.
