I - Noticia

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"Sé que te gusta el traketo, y yo quiero hacerme dueño de tu' fantasía'"

viernes 03 de octubre de 2023, 02:54am
Habitación 407, abba Presidente Suite
Santiago de Chile

- "Me encantai cuando gemí así", le dijo el peliplateado, besándole suavemente el cuello mientras se acomodaba hacia adelante del sillón de la habitación que había arrendado a última hora, para así abrazar y bordear con ambos brazos la pequeña cintura del muchacho que tenía encima de él, metiendo totalmente de esa manera su miembro y haciéndolo reaccionar con un gemido acompañado de una sonrisa, el cual comenzaba cada vez más a suspirar de placer por el contraste que se generaba el calor de las manos del chico del tatuaje de Alan en la ceja - que recorrían su cintura y muslos - con el frío de los anillos que tenía encima de sus dedos. Esto, sin contar la sensación misma de calidez que transmitía el roce mismo de aquel miembro que se encontraba dentro suyo hacia ya varios minutos.

Ya se le había hecho costumbre sentir los besos, caricias y embestidas del Jairo al menos una vez durante la semana, aunque agradecía a Dios cuando ambas agendas congeniaban y lograban así verse en dos oportunidades esa misma semana para desquitarse aquellas ganas que no se controlaban por ninguno de los dos.

Pese a ello, en la mayoría de las veces, era Jairo quien aparecía sólo para decirle el día - usualmente los días jueves - durante la noche en que estaría desocupado, ignorando la mayoría de los mensajes de WhatsApp que Jere le dejaba saludándolo o preguntándole cómo estaba, lo que si bien le llegaba a complicar emocionalmente a ratos, más aún cuando éste organizaba prácticamente toda su agenda para el día consignado por el mayor, siempre era el peliplateado quien no sólo lo iba a buscar, sino que era quien terminaba arrendando la pieza en donde furtivamente entraban a altas horas de la noche para así juntarse.

- "Igual tá interesao...'", se decía a sí mismo el chico Lacoste uno de esos días en el mes de septiembre en que veía cómo su mano era entrelazada por el peliplateado mientras lo iba a dejar a su hogar en la madrugada tras una noche que, conociendo ya su cuerpo, le dejaría una molestia en la zona baja de su espalda por un par de días.

Hacia ya un par de meses atrás que al menor se le había generado una necesidad explícita de sentir aquel perfume del otro que tenía una mezcla de olores cálidos y cítricos, los cuales sumados a la esencia misma que éste emanaba, hacía que su corazón latiera con rapidez y bombeara sangre a su entrepierna; en ese sentido, agradecía internamente que Jairo le haya regalado uno de sus polerones una noche helada en que el aire acondicionado de la pieza en que estaban se había averiado, siendo aquella prenda su pijama habitual en aquellos días en que podía dormir algo más tranquilo mientras terminaban los últimos detalles de ÉNFASIS.

De igual forma que aquel aroma extasiante, una nueva adicción se había engendrado en su cabeza: de sentir la piel algo más morena del chico peliplateado tocando la suya, de sus besos suaves por el cuello que bien sabía Jairo que le gustaban y que terminasen en pequeños mordiscos, de sus manos cálidas repasando su abdomen y cintura, del calor de sus muslos cuando se sentaba encima de él mientras ambos se besaban desnudos, de los pequeños vellos púbicos que el peliplateado se dejaba y que lograba sentir en sus glúteos una vez ya sentado encima de éste, y claro, de su miembro llenando el vacío físico que sentía cada vez que éste salía de su recto para volver a penetrarlo hasta acabar - en la mayoría de las veces - dentro de él, sintiendo segundos antes los espasmos y quejidos del Jairo que solía emitir al momento de venirse, así como las venas de su miembro engrosarse y chocar en sus paredes internas, lo que le hacía expresar sin ningún ápice de razonamiento una sonrisa de placer.

Paradójicamente, su adicción más peligrosa no venía del alcohol o del tussi que solía consumir cada vez más en aumento cuando éste ignoraba sus mensajes durante la semana o sólo se limitaba a responderle en monosílabos debido a su propia agenda, sino que provenía de aquel muchacho que, en ese preciso momento, se encontraba recorriendo la totalidad de su cuerpo, tanto externa como internamente.

TRAKETO (Jairo Vera x Jere Klein)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora