Día uno

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La puerta principal del departamento se abrió de repente, el cuerpo de Katsuki se movió desde la cocina para ver la entrada, esperando el saludo de quién había llegado, pero Shoto estaba demasiado acostumbrado a llegar en silencio.

— Hey.

Su voz ronca atrajo la atención del albino que quitaba sus zapatos con elegancia y delicadeza, haciéndolo dar un saltito en su lugar ante el susto; aunque cuándo vio que solo era su novio rubio, dejó ver una pequeña sonrisa amable mientras quitaba su abrigo beige para colgarlo junto a su paraguas.

— Katsuki, hola. — Se acercó dejando ver mejor su cabello y rostro mojado, al igual que parte de su ropa consecuencia de las lluvias de invierno.

Katsuki podía ver como temblaba levemente, probablemente por el frío, haciendo que se preocupara y dejara de lado la cuchara de palo que estaba usando para acercarse por instinto a tocar sus bonitas mejillas regordetas y sonrojadas por la helada.

— Estás congelado, ¿no llevaste ropa más abrigada? — Dejó sus manos tibias sobre las mejillas del más bajo un buen rato, esperando una respuesta de parte del contrario, pero solo recibió una mirada algo cohibida que le hizo notar lo que hacía. Sus mejillas se sonrojaron y se alejó rápidamente. — Lo siento.

— Está bien, no me molesta. — Murmuró. — Es solo que aún no me acostumbro.

El pecho de Bakugo sintió un peso insoportable de culpa.

— Oh.

El ambiente se tenso de repente, haciendo que Shoto mirara a otro lado y que Katsuki simplemente lo mirara a él, su cuerpo deseando abrazarlo para hacerlo entrar en calor lo más rápido posible.

Pero no quería incomodarlo.

— Mi ropa estaba en la secadora, olvidé lavarla ayer y la metí tarde. — En un intento de que Bakugo no sobrepensara su reacción porque realmente no estaba acostumbrado, y no le molestaba su tacto. Le gustaba. — ¿Estás cocinando?

— Ah, sí. — Dejó de mirarlo para volver a tomar la cuchara y revolver la olla más grande. — Sopa de espárragos y pollo al horno con ensalada.

La barriga de Shoto sonó con hambre al escucharlo haciendo que nuevamente el ojirubí se volteara a mirarlo con una sonrisa enternecida.

— Lo siento. — Sonrió haciendo que Katsuki agradeciera que le cancelaran las clases, aún cuándo él odiaba perder clases. — Olvide desayunar y huele...

— ¡Ah, huele delicioso! — Los rizos despeinados de su otro novio aparecieron por la entrada de la cocina junto con su voz ronca por, lo que Shoto supuso, acabar de despertar. — ¡Oh, Shocchan, llegaste antes!

Katsuki sonrió observando a ambos chicos sonreirse entre sí, volviendo a preocuparse por la cocina pero escuchando absolutamente todo y viendo de reojo a sus novios.

— Cancelaron mi clase de las dos por la lluvia, los instrumentos se mojaron por goteras y mi padre estaba ocupado. — Explicó abrazando su propio cuerpo, intentando mantener el calor. — ¿Ustedes dos no tuvieron clases?

— Me cancelaron toda la jornada de hoy y de la semana por lo mismo. — Katsuki se movió por su cocina en busca de otra cuchara porque la que usaba no le gustaba para revolver la sopa.

— Yo me quedé dormido, desperté hace poco... — Midoriya comentó avergonzado.

Shoto soltó una pequeña risita ante su vergüenza y su apariencia.

Era adorable.

Pasaron unos minutos en dónde Izuku observó con atención a Todoroki, analizando la forma en que temblaba en su lugar y su ropa parecía gotear el piso. Le tomó tiempo entender que la razón de por que Shoto estaba así era simplemente que estaba mojado.

30 days of smut   ✶  BKDKTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora