Hazlo otra vez

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Dodoria sintió cómo sus piernas se aflojaban. Cómo toda su fuerza parecía desvanecerse conforme su sonrojo se hacía cada vez mayor. Y mayor. Y mayor. Hasta que no pudo contenerlo más y sus rodillas finalmente se rindieron al tiempo que de sus labios escapó un gemido que denotaba cuán necesitado de atención estaba.

Por suerte, los brazos de su amado le atraparon antes de que pudiera rozar el suelo, y lo sostuvo con firmeza contra su cuerpo, acariciándole la espalda para tratar de calmar su agitada respiración.

-Tranquilo, Dodo... Todo está bien, no hay nadie que nos pueda ver. Ni escuchar. Solo apóyate en mí y deja que la ola de placer te recorra bien para poder dejarla marchar cuando estés satisfecho. 

Los ojos cansados y desenfocados de Dodoria apenas podían distinguir lo que tenía alrededor, pero igualmente hizo un esfuerzo por mirar a Zarbon a la cara... Y notó cómo las piernas le temblaban de nuevo con sólo ver el rostro del hermoso hombre.

Sus dedos se aferraron a los calentadores de brazos de su compañero y cerró los párpados para apoyar su cabeza en la coraza del peliverde. 

Era malditamente adictivo.

-Zarbon... Otra vez -susurró -. Hazlo otra vez.

200 palabras
11-05-2023

Déjame amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora