Especies Diferentes (Jinx)

Cap.1

Dan se agachó detrás de un árbol y vomitó.

Una forma espléndida de empezar el día.Regurgitando todo el contenido del estómago en violentos ataques de náuseas.

La sensación de que tu estómago empujando la comida hacia afuera es prácticamente como golpes en tus entrañas.

Y lamentablemente esta no fue la primera vez.

Esto lleva días sucediendo.

Cada mañana es el mismo ritual agotador.

Dan no puede soportar esto más.

Es demasiado para él.

El castaño terminó de vaciar el contenido de su estómago sobre las pobres raíces del árbol.La visión de Dan está borrosa por las lágrimas que se formaron durante los ataques de vómito, le duele la cabeza y la boca del hombre tiene un sabor horrible.

Sin confiar en sus propias piernas para sostenerlo, él se sentó en una de las raíces y respiró hondo para recuperar el aliento.Su estómago se revolvía indicando que era mejor esperar un poco antes de intentar moverse.Dan se frotó la frente tratando de evitar el dolor punzante.Fueron largos minutos esperando a que la sensación de náuseas al menos disminuyera para poder levantarse sin que el vómito regresara a su garganta.

Después de unos buenos minutos de masaje, Dan finalmente pudo ponerse de pie sin tambalearse debido a la debilidad que le dejaban las náuseas.Su cuerpo ya llevaba un tiempo mostrando signos de cansancio y ahora con estas náuseas matutinas el cansancio sólo se intensificó.

Con pasos cautelosos él caminó hacia el río.

Dan se arrodilló al borde del agua corriente ahuecando sus manos recogiendo agua para lavarse la boca.

Un suspiro salió de sus labios cuando se encontró en el reflejo turbio del agua.

Realmente parece lamentable.

De forma completamente automática, recogió agua y se la frotó en la nuca y en el rostro cansado.

El frío de la mañana no ayuda mucho a aliviar el malestar de Dan.

Dan respira profundamente, se levanta y regresa al árbol donde arrojó la comida de la noche anterior.Allí, tirado en el suelo, vio las raíces que había recogido poco antes de enfermar.El hombre de cabello castaño escondió las raíces entre la ropa que llevaba en su cuerpo y caminó en la dirección que conduce de regreso al pequeño lugar donde vive.

A lo largo del camino, varios pensamientos van y vienen por la mente de Dan.

Necesita descubrir qué le está pasando a su cuerpo antes de que los demás miembros del grupo se den cuenta de su situación.

El grupo no necesita otro enfermo.

°•°•°•°

- Dan,mi niño, ¿adónde fuiste tan temprano?

Cuando Dan entra a la pequeña tienda compartida, su abuela se le acerca inmediatamente con expresión preocupada.

- No es bueno que los geckos reciban la lluvia de la mañana.- La señora toma las manos de Dan, tirando de él débilmente para que se siente en la fina alfombra de piel donde duerme el más joven.

- No pasa nada, abuela.- Con una pequeña sonrisa, Dan intenta tranquilizar a la anciana.

Con un apretón de manos un poco más fuerte, la anciana mira a su nieto con dudas en sus ojos.

- Estoy bien.- Dan intenta transmitir verdad en su afirmación, sin embargo, sabe que su apariencia no le ayuda en su mentira.

Al darse cuenta de que ella quería seguir insistiendo en su salud, Dan se alejó hasta el pequeño rincón de la tienda donde había varias vasijas de barro llenas de hierbas, hojas, frutas y otros contenidos.