Capítulo 2

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Minjoon Lee

Nunca pensé que seguir a mi hermano sería algo tan complicado, pues siempre parecía volver sus pasos y mirar hacia atrás, incluso en varios momentos sentí como mi corazón se detenía por el miedo a que nos viera.

– El hecho de que haga eso lo hace más sospechoso.

— Shh.

Callé a Matt cuando noté como Young-mi volvía a voltear hacia atrás. Realmente era algo complicado.

Vimos el como se dirigía a un callejón que, para ser sincero, no me daba nada de confianza. Antes de que Matt lo siguiera lo detuve.

— ¿Y si aparece un asesino en serie para matarnos y luego vendernos al mercado negro? Quizás tú quieras ser un pan sin relleno, pero yo no quiero ser un tómate hecho puré.

— No soy un pan.

Frunció el ceño.

— pues, ve tú primero.

— ¿Qué? Claro que no. Ve tú.

— Yo dije que no quiero ser tómate aplastado.

— Ya me diste inseguridad, ahora te aguantas y ve ahí.

Luego de una pequeña guerra que duró unos cuantos minutos fue donde caí en cuenta de algo...

— Matt...

— ¿Qué? —me asomé levemente por el callejón.

— perdimos a Young-mi.

Matt tomó mi mano y me arrastró adentro del callejón. Yo tenía razón, ya no estaba. Sin embargo había una pequeña puerta por la que pudo haber ido.

¿esta sería la puerta hacia la muerte?

— El que tema a morir que no nazca.

Abrí la puerta de una patada en un intento de verme épico, total no perdía nada.

Una fiesta bastante ruidosa y... Sospechosa, yacía adentro. Muchas personas nos miraron por la forma en la que habíamos entrado.

La gente llevaba puestos traje, vestidos y/o máscaras, todos de color blanco, gris o negro.

Un traje rojo resaltaba, había una persona con una caja en manos repartiendo algo a todos los presentes, miré a Matt en busca de ayuda.

— Parece que aquí fuman y no de la buena.

Maldito panadero.

— Toma fotos. Del lugar, de la gente y de lo que están dando.

— ¿Por qué yo y no tú?

— Porque a mí Young-mi me puede revisar el celular. Hazlo ya.

Luego de reclamarme que había veces donde me ponía un poco mandón, sacó su celular e hizo fotos de forma disimulada.

— me siento observado...

— tal vez porque somos los únicos con estas fachas, sin máscaras y perdidos.

— ¿Quienes son ustedes?

Discutimos un poco más antes de que una tercera voz se uniera a la conversación, haciendo que nos recorriera un escalofrío, aún más por el tono en el que habló la persona.

— ¿Es normal que hables de forma tan terrorífica? —traté de bromear.

La chica en frente de mí tenía un vestido rojo, así que una vez más resaltaba en la multitud.

Y no pareció agradarle mi broma.

— He preguntado que quiénes son, respondan.

— Somos... Amigos del cumpleañero.

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⏰ Última actualización: Oct 06, 2023 ⏰

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