Bailando con el Diablo [One Piece]

CINCO

Se habían conocido más, desde las cosas que les gustaban hasta las que no. Inclusive habían tenido citas; para Marco fue completamente extraño salir con tanta seguridad, tan arreglado y que un Omega tan lindo estuviera tan aferrado a su brazo presumiendo lo lindo que era con cualquiera que intentará hablar o lucirse con Marco.

Había llegado al punto desde que salían a citas, Ace se sentaba sobre el regazo de Marco para evitar que cualquier Omega, alfa o beta intentará entablar una conversación con él, ya que lo había reclamado como suyo.

Algunas semanas después se podía ver a Marco sentado en la sala, en el suelo debido a la falta de muebles, viendo algunas muestras de pisos y algunas alfombras, posiblemente debería descartarlas por lo difícil que era tratar con ellas, además de que sería un asco que algo cayera en ella; si es que ambos se les antojara coger en la sala.

Suspiró y descartó las alfombras, quedándose ahora viendo los pisos, posiblemente sería una buena idea el que usará pisos fáciles de limpiar. Si, eso sería una idea ya que; según lo que habían dicho; nunca sería capaz de volver a tocar una escoba como lo hacía antes.

— ¿Qué haces?—. Ace murmuró, abrazándolo por detrás y apoyando su cabeza sobre la de Marco viendo las muestras que tenía.

— Observo combinaciones de pisos y paredes-yoi—. Marco sujetó la mano de Ace sobre su pecho y la beso. Su relación había mejorado desde que habían pasado la barrera de lo físico.

— ¿Cuál te gusta más?—. Ace preguntó, viendo una muestra de pintura de un azul suave, casi como los ojos de Marco—. Este me gusta—. Dijo, entonces Marco lo apartó para los elegidos.

— Estoy pensando en tonos fríos para la sala—. Marco respondió—. Como un invierno suave que convine para navidad-yoi.

Ace permaneció en silencio, sonriendo mientras veía a su esposo planificar tanto a futuro su relación.

— Te tengo una sorpresa—. Ace se levantó y; con la mano sujeta a la de Marco; lo guío hasta la habitación continua a la oficina de Ace. La que estaba enfrente a su habitación—. Están invitados a cenar.

Marco lo vio extraño cuando Ace se retiró suavemente y desaparecía por la puerta de su oficina, así que sin esperar mucho, abrió la puerta con cuidado.

Rápidamente fue abrazado por sus hermanos, desde Atmos hasta Rakuyo, todos estaban ahí, llorando igual que él después de meses sin verse, habían cumplido la expectativa de Ace y esa era la recompensa: volverse a ver.

Marco había pasado hablando con sus hermanos toda esa tarde, que habían hecho, que había pasado, gracias a ellos se había enterado que el lugar de entierro de su padre había cambiado a un mejor lugar; que quedaba cerca de todos ellos para que pudieran ir a visitarlo todas las veces que desearán, eso había aliviado un poco a Marco de que su padre tuviera un recordatorio digno.

También se había enterado que Thatch había logrado seguir sus clases de cocina y abrir un pequeño restaurante que crecía bastante bien y de forma moderaba en el área en que vivían, Izo tenía un salón de belleza con Vista y Haruta continuaba su carrera, la casa de su padre seguía siendo suya y entre todos estaban arreglando el edificio.

Marco les contó de lo que había pasado desde que había llegado, las citas con Ace y algunos encuentros que habían tenido en la casa; evitando contar sobre los encuentros sexuales y algunas rabietas de Ace porque había sido incapaz de contestar alguna llamada o tenido un olor extraño encima; aún que fueran del suavizante de ropa.

Cuando la cena llegó, rápidamente fueron al comedor y los hermanos inmediatamente habían notado como Ace se aferraba a Marco, posesivo y casi gruñendo a alguno cuando se acercaban un poco más de "lo permitido" a Marco, aún que parecía que el Alfa simplemente no podría identificar dicho comportamiento mientras dejaba al Omega sentarse en su regazo para cenar. Debido a la hora, Ace había aceptado que ellos se quedarán a dormir, lo que provocó que Marco fuera acostarse algo tarde, mucho más tarde, causando que Ace durmiera son él.