I.-Tiempos de amor

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Era una tarde soleada en la universidad, y Mew caminaba por el campus, absorto en sus pensamientos. Sus amigos le habían animado a unirse a un club para socializar más, y ahora estaba en busca de uno que le interesara. Cuando pasó por el edificio de teatro, escuchó risas y música suave que venía de una de las salas.

Intrigado, Mew decidió entrar y se encontró con un grupo de estudiantes ensayando una obra. En el centro del escenario estaba Gulf, el chico más carismático de la universidad. Sus ojos se encontraron con los de Mew mientras cantaba, y una sonrisa amable se formó en su rostro.

Después del ensayo, Mew se acercó tímidamente a Gulf y le felicitó por su actuación. Gulf, con su encanto natural, comenzó a conversar con Mew, descubriendo que compartían intereses similares en la música y el arte. Pasaron horas hablando y riendo, y Mew sintió una conexión especial.

A medida que pasaban los días, Mew y Gulf se volvieron inseparables. Se unieron al club de teatro juntos, pasando innumerables noches ensayando y compartiendo secretos. Aunque sus amistades notaron la estrecha relación que habían desarrollado, Mew y Gulf no podían evitar negar la química que había crecido entre ellos.

La amistad entre Mew y Gulf floreció rápidamente. Pasaban tiempo juntos tanto dentro como fuera del club de teatro, explorando la ciudad, y compartiendo risas y confidencias. A medida que se conocían mejor, descubrieron que tenían mucho en común. Ambos disfrutaban de los mismos tipos de música, películas y libros. Sus conversaciones se volvieron más profundas a medida que compartían sus sueños y aspiraciones.

Un día, mientras caminaban juntos por un parque, Gulf compartió un secreto personal con Mew. Le confesó que había estado luchando con la ansiedad durante años, y que a veces se sentía abrumado por la presión académica y social. Mew escuchó atentamente y ofreció su apoyo incondicional. Prometió estar allí para Gulf en los buenos y malos momentos.

Desde entonces, Mew se convirtió en un refugio para Gulf cuando las cosas se volvían difíciles. No importaba la hora del día o la noche, Mew siempre estaba dispuesto a escuchar y ofrecer palabras de aliento. Su amistad se fortaleció aún más a medida que compartían sus miedos y vulnerabilidades.

Con el tiempo, el vínculo entre Mew y Gulf se convirtió en algo más que amistad. Empezaron a notar los pequeños gestos de cariño que compartían: una sonrisa cómplice, un abrazo prolongado, y miradas que contenían mucho más de lo que las palabras podían expresar.

Una noche, mientras ensayaban una escena romántica para una obra, sus labios se rozaron involuntariamente, creando un momento cargado de electricidad. Ambos se retiraron, sorprendidos por la intensidad del sentimiento que había surgido entre ellos.

Esa noche, después del ensayo, Mew y Gulf hablaron sobre lo que habían sentido. Ambos admitieron que había algo especial entre ellos, algo que trascendía la amistad. Decidieron tomar las cosas con calma, explorando este nuevo territorio emocional juntos.

Así comenzó una nueva fase en su relación, llena de emociones confusas y emocionantes. Se apoyaron mutuamente mientras exploraban sus sentimientos, tratando de comprender qué significaba este vínculo especial que compartían.

Con el paso de los días, Mew y Gulf continuaron explorando su conexión única. Decidieron mantener su relación en secreto por el momento, temiendo las opiniones y el escrutinio de los demás. Sin embargo, cada momento que pasaban juntos fortalecía su amor.

Una noche, Gulf invitó a Mew a dar un paseo bajo la luna llena. Caminaron por un parque tranquilo, sus manos entrelazadas, compartiendo risas y miradas cómplices. La brisa suave acariciaba sus rostros mientras se perdían en conversaciones profundas sobre sus esperanzas y sueños.

Amor en los escenario de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora