Caí en la tentación del malvado príncipe heredero

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 21

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Cecil miró a Rowena con los ojos muy abiertos.

“Me dijiste que no hiciera nada”.

"¿Puedo?"

Le preguntó con los ojos ardiendo de pasión. Rowena vaciló. Quería que se hiciera, pero tenía miedo de decirlo en voz alta.
Entonces, en lugar de responder, se armó de valor.

Lamió suavemente el espacio entre los labios de Cecil, luego sus labios se abrieron para dejarla entrar. Rowena empujó con cuidado su lengua dentro de su boca y se escapó un gemido inquieto.

Estaba contenta con eso, sabiendo que ella era quien hacía que Cecil se preocupara.

Al mirar a Rowena con ojos ansiosos, Cecil parecía estar esperando pacientemente por temor a que ella pudiera escapar.

¿Realmente puedo hacer lo que quiera?

Quería besar a Cecil.

No sabía si sólo quería besarlo o tocarlo. Sin embargo, ella no creía que lo odiara, y pensó que no importaría si entraba en contacto con él más a este ritmo.

“Um…”

El cuerpo de Rowena se inclinó hacia Cecil. Cecil exhaló un suspiro bajo mientras su delgado brazo rodeaba su hombro y su esbelto cuerpo se apoyaba contra su pecho.

Un toque cuidadoso envolvió suavemente la cintura de Rowena. Envolvió su cuerpo, moviéndose lentamente como si estuviera rodeando a un pequeño pájaro que huiría si se movía de repente.

Rowena ni siquiera se dio cuenta porque estaba lamiendo la boca de Cecil. Estaba besando al príncipe heredero con los ojos cerrados y el rostro rojo, sin atreverse a mirarlo a los ojos.
Ay dios mío.

Fue solo un poco, pero cada vez que la lengua de Rowena lamía su boca, el calor subía en su estómago.

Sólo hoy le resultó tan difícil de soportar. Cecil jadeó mientras se tragaba los labios y la lengua y contenía su deseo de complacerse hasta que las lágrimas se acumularon en sus ojos.

Ni siquiera sabía por qué estaba tan emocionado por ese pequeño beso. La forma en que Rowena lo tocó, la forma en que sus labios se juntaron y su cuerpo se acurrucó, todo encendió su pasión.

“Rowena…”

Cuando los labios de Rowena finalmente cayeron, Cecil ronroneó en voz baja, lanzando una mirada insidiosa. La visión de los labios de Rowena brillando con su saliva lo mareaba.

Se moría por tenerla. Le preocupaba que el tiempo hasta el compromiso fuera demasiado corto, pero ahora era todo lo contrario.

Quería llevar a Rowena al palacio así.

"¿Puedo besarte?"

Pensó que se arrodillaría ante ella y le suplicaría si ella decía que no.

No digas que no. Por favor no digas que no.
Incluso en el momento en que Rowena vaciló, su corazón se sintió aplastado.

"¡Puedes, hmph!"

Los labios de Cecil presionaron a Rowena como si chocaran entre sí. Fue un beso diferente, más violento e impaciente que el anterior, pero ella no lo odió en absoluto, tal vez por el toque anterior. Más bien, su corazón latía apresuradamente.

Cecil parecía desearla tanto que le impacientaba. La empujó y presionó su cuerpo contra la pared del carruaje, y Rowena no hizo más que sujetar el dobladillo de Cecil. La lengua de Cecil entró por el hueco de su labio abierto.

“Hm… ¡uf, mhm! Hum…”

Chupar, besar.

Fue vergonzoso escuchar los sonidos de succión, pero Rowena disfrutó el momento al sentir un agradable temblor extenderse por su cuerpo.

La mano que sostenía el dobladillo de su cintura estaba alrededor de su cintura. La cabeza de Cecil parecía dar vueltas de alegría.

Anhelaba los labios de Rowena, que estaban intercalados entre él y el carruaje, y acarició sus mejillas sonrojadas con las yemas de los dedos.

"Ja... Rowena..."

Pensó que habría sido agradable si se hubieran conocido antes y hubiera mantenido este hermoso cuerpo al máximo.

Fue una pena que no pudiera conocerla antes.

Quizás por eso le costaba tanto despegar sus labios, pero cada vez estaban más cerca de su destino. En primer lugar, simplemente iban de un lugar a otro en una calle llena de salas de disfraces, por lo que no iba a tomar mucho tiempo.

Cuando levantó la vista, vio a Rowena respirando con dificultad y apoyando su espalda contra la pared del carruaje. Cecil, sin darse cuenta, dejó escapar un fuerte gruñido.

Rowena extendió la mano y le tocó el cuello como si fuera extraño. Fue un acto involuntario.

Pero ella retiró la mano sorprendida por su mala educación. Cecil la agarró de la muñeca y le lanzó una mirada intensa.

“Puedes tocar en cualquier lugar y en cualquier momento. Lo permitiré”.

Rowena sacó la mano sin decir una palabra. Sintió que el carruaje se detenía, luego tomó a Cecil de la mano y se levantó.

* * *

¿Por qué no salen?

Su actitud hacia Rowena disminuyó mucho el miedo al príncipe heredero. Aún así, era un oponente aterrador, pero esperaban que Rowena hiciera algo al respecto. Al príncipe heredero debe haberle agradado mucho Rowena.

Ese carruaje había sido sospechoso por un tiempo.

¿Cuándo llegó al vestuario y por qué estaba en silencio entonces?