Fuego y sangre (Daenerys Targeryen y tú)

Capítulo 3

Daenerys Pov.

Veía como Drogon jugaba con nuestro hijo Rhaego, no recordaba como llegué aquí pero me alegraba verlos a ambos. Sabía que debía de estar muerta para poder verlos y no me equivoqué cuando comenzaron a llegarme recuerdos de lo que pasó.

Cómo Jon Snow me traicionó y termino con mi vida justo cuando había llegado hasta el trono de hierro.

«Despierta».

Volteé ante el sonido de una voz que no conocía pero la risa de mi hijo me hizo ignorarlo creyendo que tal vez había escuchado mal.

«Despierta, Daenerys».

Esta vez fue más claro y sentí como alguien me llamaba hacia la puerta que estaba a mis espaldas, mire a Drogon y a mi hijo, no quería dejarlos pero sabía que mi deber es recuperar lo que se me ha robado.

Camine hasta la puerta y antes de cruzar voltee a mirarlos a ambos, ellos me veían con una sonrisa, sentí una lágrima deslizarse por mis ojos y cruce.

Cuando mis ojos se volvieron a abrir me encontré con el cielo totalmente oscuro y una luna sangrienta, me alerte cuando sentí una presencia a mi lado y me levanté rápidamente para ver a una chica pelinegra con ojos violetas, alta, con su cuerpo fornido perfectamente con rastros de sangre en su mano al igual que en la daga que sostenía.

Se presentó luego de decirme que era confiable, la cuestione acerca de lo que yo hacía allí, porque estaba ahí, no tenía idea donde estaba mi último hijo ni como llegué ahí con esa desconocida enfrente mío.

Le explicó varias cosas y al final la llevo a ver a Drogon, me había sorprendido cuando propuso que la tomara como esposa y ella haría lo mismo conmigo a cambio de darle herederos y de que me ayude a conquistar westeros.

Me sorprendió su propuesta, había aprendido la lección con Jon, pero debía regresar a recuperar lo que tanto me costó y me arrebataron, ella tenía un dragón más grande que Drogon, necesitaba su ayuda así como algún día Aegon el conquistador necesito la de sus hermanas-esposas.

Me dio su habitación y a minutos después de que se fue llegaron criadas a preparar todo para lavar mi cuerpo, el agua estaba a la temperatura perfecta para mí pero una de las criadas retiro su mano cuando la tocó para medir la temperatura.

— Está listo, mi lady — pido que salgan y me desnudo, no quería que vieran la horrible cicatriz que había dejado la daga de Snow en mi cuerpo.

Una anciana entró para cepillar mi cabello, lo hacía con tal delicadeza que llegue a creer que me rompería en cualquier momento.

Tarde algunos minutos en el agua hasta que decidí que era momento de salir porque está se había enfriado, tome la ropa quedejaron para mi, admiro unos segundos más la cicatriz en mi cuerpo y me cubro con la tela de la ropa.

_________ se había preocupado por mi ropa que mando a pedir los colores de la casa Targaryen, cuando salí de ahí mire como habían varias criadas todavía afuera esperando por mí con comida y vino.

— Nuestra señora ha pedido que deguste todo — le preparan los platos en la mesa y le ofrecen tomar asiento.

— ¿Desde cuándo es su señora? — necesitaba algunas respuestas y tal vez ella me las den.

— Desde que tenía 18 años del nombre, mi lady — responde una de ellas, sus cabellos tenían rasgos valyrios, todas ellas lo tenían ahora que me daba cuenta.

— Su dragón, ¿Cómo lo consiguió? — esperaba no tomarán como amenza la pregunta.

— Eclosiono el mismo día que nació nuestra señora y desde ahí han sido inseparables — otra hablo esta vez, su voz era muy suave que me costó escuchar a diferencia de la primera dama que le había respondido. — Se rumora entre nosotros que ellos tienen una relación más profunda como Jinete-Dragón que algún otro Baleryen — asiento ante sus palabras.