Un día, llego a oídos de todos la noticia de que se celebraría la boda de dos grandes piratas, los capitanes; Katsuki Bakugo y Izuku Midoriya, dos amantes apasionados que llevaban años enamorados locamente uno del otro. Finalmente se unirían de mane...
- ¿Que mierda les pasa muchachos? Solo es un poco de lluvia - les dijo a su tripulación el capitán del barco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El capitán de ese barco era el gran y sádico pirata, Katsuki Bakugo. Quien había ganado su fama debido a sus crueles e increíbles hazañas en las peleas y batallas que había participado en el pasado.
En este momento, Katsuki se encontraba en su barco en medio de una fuerte tormenta, desde lo alto, en el mástil de la nave. Los demás barcos que lo estaban siguiendo también le pertenecían a él, después de tantos años de vivir como un pirata había logrado apropiarse de tesoros, tierras, barcos y demás. Ahora su deber como capitán era dirigir a sus barcos fuera de la tormenta, pero había otra cosa de la cuál debía preocuparse también, y eso era ser puntual, en menos de dos días sería el día más importante de su vida y no podría darse el lujo de llegar tarde.
- ¡Maldita sea, no pienso llegar tarde a mi boda! He esperado años para ese día y está puta tormenta no me detendrá! - miro a la popa del barco, dónde estaba el timón - ¡Kirishima! ¡¿Que haces dirigiéndonos a babor?! ¡¡Fija el curso a estribor!! - le ordenó.
- ¡Capitán! ¿¡No es muy peligroso?! ¡Las olas son demasiado fuertes! - le dijo preocupado.
- ¡Cállate! ¡¡Si quieres que salgamos vivos de aquí entonces haz lo que te ordenó!!
Aun con algo de miedo, Eijirou tomo con fuerza el timón y lo giró hacia donde lo había indicado su capitán. Bakugo asintió con la cabeza para si mismo una vez que noto que el barco se dirigía a la dirección que él quería, desenvaino su espada y la apunto lo más alto que podía, para que los demás barcos lo siguieran.
La tripulación de los demás barcos también tenían sus dudas pero de todos modos siguieron las órdenes. Katsuki tenía razón, logro alejar a todos de la tormenta, a un lugar donde las olas eran menos intensas y el viento no soplaba tan fuerte.
Aún continuaba lloviendo. Bakugo miro hacia las nubes, entonces un rayo de sol se hizo notar en medio de las grises nubes.
- La lluvia seguramente pronto se irá - sonrió el cenizo. Tomo una cuerda que tenía a su alcance y la utilizo para bajar a la cubierta - Bien, debemos mantener el curso y estaremos bien - les aviso a sus compañeros.
- Capitán Bakugo - le hablo un miembro de la tripulación.
- ¿Que quieres Sero? - dijo Katsuki. El pelinegro le entrego un catalejo y apunto hacia el frente, el lugar donde se estaban dirigiendo. Bakugo tomo el objetó y miro a esa dirección, sonrió complacido - Ahh.. ahí estás.. - dijo con una extraña alegría, adelante de ellos se encontraba a lo lejos una isla, pero no era cualquier isla, esa era la isla donde se celebraría su boda con su prometido - ¡Apresúrate Kirishima!
