¡Por favor sé mi héroe, Nagatoro! - Boku No Hero (Pausada)

Capítulo 9: Fines y comienzos (Parte I)

Ha pasado de nuevo...

Un día oscuro se cernía sobre la tranquila ciudad de Hayama. Nubes oscuras bloquearon el sol mientras las calles se convertían en un pantano. Cada segundo, un millón de gotas caían sobre el asfalto formando charcos cerca de las aceras.

Todas las avenidas quedaron vacías. La mayoría de las personas se refugiaron dentro de sus casas, mientras que pocos vehículos atravesaron las carreteras inundadas.

Sólo dos desafortunadas personas quedaron atrapadas en medio del espeso aguacero.

Debajo de una glorieta de madera, Nagatoro y su Senpai encontraron refugio de la lluvia.

Permanecieron uno cerca del otro, temblando en silencio.

"No creo que esto se detenga pronto". Dijo Naoto Senpai, mirando distraídamente.

Nagatoro resopló ruidosamente. "Uf, ¿¡por qué está pasando esto!? Ni siquiera es temporada de lluvias..."

Agarró su cabello empapado por la base, estrujándolo como si fuera un paño húmedo.

A su ropa no le fue mejor, tanto que una ducha sería redundante en este punto. Su camisa blanca se volvió casi transparente y el agua goteaba de su falda.

Habiendo sufrido un destino similar, Naoto simplemente limpió sus gafas con un pañuelo antes de volver a ponérselas.

Parecía serio, absorto en sus pensamientos.

Por lo tanto, consideró Nagatoro, la situación requería cierta ligereza.

"Oye", llamó ella. "Esto parece familiar, ¿no crees?"

Naoto se volvió hacia ella, luciendo una expresión en blanco. "Sí, ha pasado un tiempo desde que la lluvia nos atrapó de esta manera".

Los labios de Nagatoro se curvaron hacia arriba. Lo tenía justo donde lo quería.

"¿Vas a ser un pervertido conmigo como la última vez? Después de todo, estoy toda mojada".

Como era de esperar, un feroz sonrojo carmesí se apoderó del rostro de Naoto. Sus ojos se abrieron y sus fosas nasales se dilataron por pura conmoción.

"¡P-Por supuesto que no!" replicó, tímidamente mirando hacia otro lado. "No deberías decir esas cosas tan casualmente..."

Nagatoro se rió. Incluso cuando esperaba tal reacción, todavía le resultaba divertida.

Entonces, ambos adolescentes se callaron una vez más.

Una lluvia más fuerte comenzó a inundar la ciudad. Los relámpagos se arremolinaban en el cielo incoloro, iluminando momentáneamente todo lo que estaba a la vista. Truenos ensordecedores resonaron a lo largo del viento furioso.

Sombrío, pensativo, con la mirada perdida en la distancia, Naoto parecía estar genuinamente preocupado.

No era sólo ansiedad social.

De todos modos, Nagatoro notó sus intenciones.

Y ella no era una fan...

"No estás pensando seriamente en salir así, ¿verdad?"

"Tengo que conseguirle un medicamento a mi madre", respondió Naoto con severidad, manteniendo la vista hacia adelante. "Y la farmacia cerrará pronto".

"¡Pero te resfriarás incluso si huyes! Y esta vez no te cuidaré en tu casa".

"Está bien. No está tan lejos".

"¿Estás seguro? Déjame ir contigo, al menos."

Riendo, Naoto sacudió la cabeza. "Puedo manejarlo y no será bueno si ambos nos enfermamos".