Nobody Else [YoonSeok]

2/2

—Imbécil, mira por dónde vas —el hombre les grita a los dos. Namjoon se gira y se inclina en señal de disculpa, pero Yoongi no le dedica ni una segunda mirada. Es viernes por la noche y está de mal humor.

—Hyung, más despacio —dice Namjoon, trotando para seguirle el ritmo—. Estás chocando con la gente. Vamos. Deja de ser un imbécil.

Yoongi resopla en voz baja, sin importarle una mierda si está siendo un imbécil o no. Tiene otras cosas en la cabeza. Como Hoseok. Y cómo Hoseok ya está en precelo, habiendo sido escoltado a una de las habitaciones de celo de repuesto en el edificio de la empresa. Aparentemente, van a llamar a un facilitador de celo alfa para él, ya que no tiene pareja. O un amigo que esté dispuesto a ayudarle. Yoongi se burla en voz baja. No le importaría ayudar. Pero no es tan valiente como para hacer una oferta. Y tampoco es que Hoseok vaya a pedírselo en primer lugar.

Gruñendo en voz baja, patea una lata vacía en la acera, burlándose cuando Namjoon se sobresalta. Siguen caminando hacia el supermercado, desafiando la fría brisa invernal. Yoongi se estremece, pensando a regañadientes en lo cálido que estaría Hoseok en ese momento, como una tostadora humana, todo suave y resbaladizo a su alrededor... Yoongi se estremece ante la repentina imagen que aparece tras sus párpados, mojándose los labios secos antes de sacudir la cabeza para aclarar sus pensamientos. Es inútil, intenta decirse Yoongi. Hoseok va a calentar la cama de otro esta noche.

—Hyung, ¿a dónde vas? —Namjoon tira de la manga de Yoongi, obligándole a darse la vuelta y mirarle fijamente—. La tienda está aquí mismo.

Yoongi murmura una disculpa en voz baja antes de seguir caminando, pasar la puerta de cristal y entrar en la tienda con aire acondicionado. Se ciñe la chaqueta para protegerse del frío e intenta por todos los medios no perder el hilo de sus pensamientos.

—¿Para qué estamos aquí? —pregunta Yoongi, cogiendo distraídamente un cartón de cereales mientras ve a Namjoon caminar detrás de él. Mira torpemente a su alrededor, buscando Dios sabe qué. Uno pensaría que después de venir a la misma tienda todos los días durante un año, sabría para qué sirve cada pasillo. Pero, al parecer, todo ese cociente intelectual es para aparentar.

—Intento encontrar la sección de helados —murmura Namjoon, caminando hacia el final del pasillo. Yoongi levanta los ojos exasperado, se acerca a él y le da un golpe en la nuca.

—Imbécil —murmura Yoongi, tirando de él por el cuello hasta el otro lado de la sala, hacia la fila de congeladores—. No guardan helado en ninguno de los putos pasillos. Se va a derretir, Jesús.

Namjoon se ríe avergonzado, se frota las manos en señal de disculpa antes de escabullirse hacia uno de los grandes congeladores y abrir la puerta de golpe. Durante un minuto, rebusca entre los diferentes productos, empujándolos a un lado antes de llegar a la fila de artículos escondidos detrás. Cuando por fin encuentra lo que busca, silba en señal de victoria y levanta el puño antes de cerrar la puerta de golpe— ¡Ajá!

Yoongi levanta una ceja, mirando la caja verde en la mano de Namjoon— ¿Chocolate con menta? ¿Desde cuándo te gusta el chocolate con menta, Joon ah?.

—No me gusta —Namjoon tararea y se dirige al mostrador.

Hay una larga cola. Genial, entonces van a estar aquí un buen rato. Yoongi chasquea la lengua molesto. La señora que tienen delante está escuchando música a todo volumen, con los auriculares sueltos y a todo volumen. Hay un niño llorando en algún lugar dentro de la tienda. Todo está sacando de quicio a Yoongi, dándole cuerda hasta que está a punto de reventar.

No es como si Yoongi estuviera tan molesto en otro día, bajo otras circunstancias. Pero ahora, tiene algo más en mente. Alguien más... Hoseok. El maldito Hoseok. No poder follar con Hoseok...