Susurros

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Ese sitio me aterraba, no entendía el porque de esta obsesión, era una necesidad, un anhelo de superación a la muerte de mi padre. Nada más entrar, me estremecí al sentir una brisa fría acariciar mi piel, cerré los ojos al sentirla contra mí.
-Oye.. Y exactamente que estamos buscando?- Blair se encontraba detrás de mí. Sentía su respiración contra mi nuca.
-No lo sé, supongo que respuestas a algo- Me quedé mirando el lugar, tragué saliba, me sudaban las manos. Alan me tocó el hombro con su calida mano.
Me acerqué a la escalera, la cual aún no havia subido por ella, puse mi pie en el primer escalón, me quede firme, sujeto y asegurado de manera que no pude moverme ni desprenderme de la barandilla al escuchar un susurro que provenía de la segunda planta.
-Noah, estás bien?- Alan se acercó al verme fijo sín moverme, sonaba preocupado.
-S-sí.- Mi voz era temblorosa.
No sabía que hacer, si subía, probablemente descubriría que era ese susurro que segundos atras me quemó por dentro, si retrocedía, no lo descubriría y me quedaría igual que la primera vez que entré en este lugar.
-Voy a subir, vosotros quedaos aquí, podeís iros si queréis.- Me giré al pronunciar esas palabras, Alan me miraba enarcando una ceja y Blair simplemente me miraba. Sabía que significaba eso, ellos no se iban a ir, no me dejarían allí solo, se quedarían allí aún insistiendo que se fuesen. Los miré y suspiré indicando que sabía que se iban a quedar.
Subí las escaleras lentamente, sinceramente creo que ha sido mi imaginación, en esa mansión no habitaba nadie, llevava más de una decada sin ser usada o vendida, era prácticamente imposible que hubiese alguien. Minetras subía Blair me gritó desde abajo que se quedarían por la primera planta. Yo ni siquiera le contesté, estaba demasiado nervioso como para responder, me faltaban escasos escalones para llegar a la segunda planta, la subida se me hizo eterna, sentía que ni tan solo había pestañeado. Al llegar, sonó otra vez esa tenue voz susurrando mi nombre, retrocedí dos pasos mirando la misma escalera en la que había subido hacía dos segundos aterrorizado, pero me volví para avanzar, volvió a sonar y mi nombre sonaba acada vez más fuerte, tan fuerte que me preguntaba si mis amigos lo habían oído, pero parecía que era el único que lo escuchaba, horrorizado por saber qué pasaría si me adentraba a la habitación de la cual provenía esa extraña voz que susurraba mi nombre, me adentre sin pensamiento alguno. No lo podía creer, era la habitación de una niña, lo supe por la cama rosa con princesas, los dibujos, las paredes pintadas con las mismas princesas que las de la cama en ellas y por una foto en especial qué reposaba en la mesita de esta, era una niña de unos 4-5 años de edad, era rubia con unos ojos enormes de color marrón claro, no lo entendía del todo pero luego recordé, era la misma niña que la del cuadro del hombre y también la ví en una de las fotos que estaban en la isla de la cocina vestida con un vestido morado y una corona de plastico encima de su cabeza, lo que más me extrañaba de la habitación, no era la foto ni el simple hecho de que fuera la habitación de la niña del cuadro, era qué la habitación estaba raramente muy limpia, ni polvo ni el color desgastado de las paredes, nada, estaba impecable, no lo podía entender, me quedé mirando la habitación dando vueltas analizando cada rincón de ella, cuando de repente la puerta se cerró, creo que Alan y Blair escucharon el portazo que dió esta, porqué nada más cerrarse gritaron mi nombre.
-Que ha sido eso?- Blair dió un sobresalto, preocupada.
-Mierda, ha sido la segunda planta!- Dijo Alan
-NOAH!!- Gritaron Alan y Blair.
Me encontraba solo allí en esa habitación, sentia un nudo en la garganta, el miedo me consumía. Escuché a Alan y a Blair gritar mi nombre.
-Joder, joder, joder, AYUDAAA- Fuí directo a la puerta muerto del miedo, gritando para que siguieran mi voz y me encontrasen mis amigos.
Comenzé a aporrear la puerta con todas mis fuerzas, con la parte de mi brazo izquierdo y mi cuerpo acomulando la fuerza para así poder tumbar la puerta, cuando mis amigos llegarón.
-Noah! Estas bien?!- Pregunto Blair gritando y con pánico en su voz.
-Em, sí, sí! Podeis abrir la puera por afuera?- Esperaba que pudiesen abrirla, lo estaba deseando, me quería ir de allí lo más rápido posible. Alan intento abrirla con todas sus fuerzas, pero no pudo.
-Noah! No podemos, tienes algo ahí para poder abrirla?- Alan sonaba preocupado.
-No lo sé, esperad!- Dije mientras mi mirada buscaba una herramienta con la que poder abrir la puerta. Como podría haber una herramienta en la habitación de una niña? Estaba perdido, no encontraría nada.
Busqué y busqué y no encontraba nada, hasta que encontre debajo de la cama una hacha, no quería saber como llego esa hacha hasta debajo de la cama de esa niña, pero eso no me preocuba ni lo más mínimo en este momento, me levanté y fuí directo a la puerta.
-Apartaos de la puerta!- Dije mientras posicionaba el hacha para atravesarla contra ella. Puse el hacha detras de mi espalda para inpulsarla contra la puerta y la clavé, comenzé a aporrear la puerta con el hacha para así hacer un agujero lo suficientemente grande como para yo salir de la habitación. Estuve no más de un minuto haciendolo hasta que el agujero era más grande que yo. Salí de la habitación y me tiré de rodillas al suelo exhausto. Mis amigos me cojieron de los brazos y me levantaron.
-Dios, Noah, estas bien?- sonaban preocupados.
-Sí, sí, tranquilos.- Los miré fijamente a los ojos.
-Estás seguro?- Blair me miraba preocupada.
Los tres nos quedamos mirando a la habitación a través del agujero de la puerta con inquietud.

Entre La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora