Juan en su visita a Coyotia conoce por coincidencia a un vaquero algo misterioso y un poco prepotente llamado Foragissa.
¿será esto el inicio de un Enemies to Lovers?
Juan y puerco se estaban hospedando en un hotel en Coyotia, pues el primer mencionado decía que necesitaba un descanso.
-Realmente necesito relajarme, no se como termine en esto, se supone que me mori-Dijo mientras se recostaba en la cama de aquella habitación de hotel.
-No te pongas cómodo, no es bueno que un humano se quede tanto tiempo aqui-Hablo de repente la conocida voz de Foragissa, qué hizo qué el de gafas diera un mini salto.
-¿¡Tu de donde saliste pendejo!?-Pregunto exaltado el castaño.
-De mi madre-Respondió sarcástico para después reírse de su propio chiste.
-Mira mi rey, no me importa lo que tu pienses sobre tomarme un descanso por que reconocer que mereces un descanso es amor propio y he aprendido qué el amor propio--Iba a comenzar a dar su platica sobre el amor propio hasta que el peli-azul lo interrumpió.
-Shhh, ya entendi-Lo cayó.
-Uy, pues pensé que te gustaba mi discurso-Murmuro para después tomar un folleto del hotel que se encontraba en la mesa de noche.
-¿Sabes leer?-Dijo el sombrerudo con una pequeña risa filtrandose en su voz.
-Bueno, ¿Tu desde cuando andas tan chistososito pendejo?-Pregunto el de gafas mientras se levantaba de la cama molesto, acorralando al de mayor estatura contra la pared.
—Creí que sería divertido rebajarme al intelecto de un humano—Dijo con una sonrisa la cual apenas se veía pues su gabardina cubira parte de su cara, hasta abajo de la nariz para ser específico.
El vaquero tenía su espalda pegada a la pared y en frente a un humano molesto con la punta de su nariz separada por no más de cinco centímetros de distancia.
—Me estas sometiendo a una posición muy comprometedora... ¿Qué paso con eso del amor propio, Juan?—Dijo el peli-azul al darse cuenta del detalle.
El de gafas de retiro rápidamente al sentir como sus respiraciones se mezclaban y se puso a caminar alrededor de la habitación, aun más molesto que antes.
—¿¡Bueno cabron no qué me odiabas!? ¡Se supone que yo soy el que jotea! —Gritaba Juan.
—¿Qué tu eres el que qué?—pregunto con confusión.
—¡Olvidalo! No mames...—Murmuro la última expresión.
—Yo solo decía, una opinión no significa nada, Humano—Dijo dejando al de diferente especie pensando.
—Vete pronto—Volvió a hablar el de negro para después irse del cuarto.
. . .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
