💌 𝐌𝐀𝐒𝐎𝐍 𝐓𝐇𝐀𝐌𝐄𝐒 | Mason recibe cartas anónimas cada día, ¿logrará descubrir quién se esconde detrás de estas? Y lo más importante, ¿aceptará los sentimientos que empezó a sentir por la escritora de las cartas?
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NARRADOR OMNISCIENTE :: Chapter three | Familia Evans
Hablemos de la familia Evans:
Madre; manipuladora y controladora, minimiza los problemas de su hija, narcisista, sobre exigente con su hija.
Padre; presente pero ausente, abusivo cuando toma, obsesionado con los cigarros, no le importan los sentimientos de su hija, solamente la ve como una manera de satisfacerle tanto a él como a su mujer, sobre exigente con su hija.
Hija; ataques de ansiedad, ataques de ira, sufrió una TCA de pequeña gracias a sus padres, autoexigente emocional (nuevamente gracias a sus padres)
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¿Cómo se supone que se tenía que sentir aquella pequeña? Todo su examen de matemáticas estaba imprimido repetidas veces y pegados en la pared.
Trató de quitarlos, pero fue imposible al sentir la mano de su madre jalar bruscamente su brazo hacia atrás.
Esta era la forma de Jane Evans de hacer que su hija "mejorara" en sus exámenes cuando todo lo que hacía era humillarla.
Incluso algunas veces Amaya logró quitarlos de la pared, pero rápidamente Jane imprimía más y se repetía el proceso.
Cada vez que Amaya suspendía, tenía que aguantar ver los exámenes suspendidos en la pared, se sentía muy avergonzada.
Y cuando su padre llegaba del trabajo y la pequeña le contaba, él decía lo mismo, que era para que se esforzara más. Ellos no entendían que por mucho que se esforzara, siempre suspendía.
Hasta cuando sacaba un 5, Jane la humillaba de esa manera.
El que sus padres infravaloraran sus sentimientos, no hizo nada más que provocarle ataques de ansiedad e ira, ya que la rubia sentía grande impotencia al ver como tiraban su esfuerzo a la basura.
Un día, cuando la pequeña Amaya tenía tan solo 9 años, se encontraba en la cocina comiendo unos donuts.
La puerta se abrió y por ella entró la rubia mayor, que al ver a su hija comer no tardó en soltar un comentario:
"Si sigues comiendo así, te pondrás como una foca, ¡eh! ¿Acaso quieres ser tan gorda que ni entres por la puerta?"
La niña solo frunció los labios mientras su mamá pellizcaba su pequeña mejilla con el ceño fruncido.
A partir de ese momento, la mamá de Amaya no dejó de decir comentarios como esos, que afectaban a la pequeña chiquilla cada vez más.
Finalmente a los 10 años, los comentarios de su madre habían conseguido provocarle un TCA a la niña, que de estar en un peso saludable, paso a estar en uno por debajo de lo que debería pesar a su edad.
En clases, una linda niña llamada Lea quería sentarse con ella pero desde que su problema alimenticio aumentó, no tenía siquiera ganas de estar con alguien, así que se alejaba.
Un día, Lea la vio comer sola en las escaleras, caminó a su lado y se sentó haciéndole compañía.
No la aceptó pero tampoco la rechazo, simplemente dejó que se sentara a su lado.
A comienzos de eso, una amistad muy bonita comenzó a florecer, y en menos de 4 meses ya se consideraban mejores amigas.
Lea no estaba enterada de su problema, y Amaya no había contado nada de eso.
Aunque se sentía bien con su amiga, en casa lo único que quería hacer era desaparecer y cuando cumplió los 13 años estaba tan cansada de su madre y los comentarios, de como sus padres minimizaban sus problemas que no dudó en intentarlo...
El 28 de octubre, día de su cumpleaños, exactamente a las 6:37 de la tarde, mientras su padre se encontraba fumando en el jardín y su madre estaba durmiendo, cogió un cúter y ya sabemos lo que hizo...
Su padre la encontró desangrandose desmayada en la cocina, la llevó al hospital y la atendieron de urgencia.
Cuando le preguntaron "¿Por qué?" dijo que fue un accidente, aunque los doctores dudaron al final le creyeron, pero sus padres no.
Al llegar a casa, recibió una paliza por parte de su padre.
"¿Por qué me pega? ¿Qué hice mal?" Eran las preguntas que rondaban en su cabeza.
No pasaron ni 5 semanas de eso, y sus padres tomaron la decisión de mudarse, lo que significaba alejarla de Lea.
Rogó y rogó, pero a sus padres no les importó y la obligaron a empaquetar sus cosas.
No todo es lo que parece, una de esas cosas es la familia Evans...
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Este capítulo apesta, pero mi imaginación fue una mierda ayer, no podía quedarme con las ganas de escribir así que lo hice.
